Los últimos hombres libres...

Desconozco si existe alguna novela o película con este título tan impactante, supongo que sí porque nos pasamos la vida hablando y defendiendo "nuestra libertad"... hoy quiero hablar de este tema, con vuestro permiso.

Donde pone "hombres" entiendase hombres, mujeres, etc, vamos, que es por generalizar, que sabéis que nada admiro más que una mujer en cueros, perdón, vestida de cuero, llevando su propia moto, esa estampa es una delicia que llega al ADN directamente y nos alarga la vida un año más... pero me estoy saliendo del tema...

Hubo un día en el futuro que las curvas eran solo un recuerdo. Tiempos en que vehículos, automóviles y motocicletas, se conducian solos, por "seguridad", por "comodidad", esas obsesiones que nos venian lastrando y debilitando como especie durante el último siglo y pico (más o menos, desde el fin de la última generación que sobrevivió a una guerra). Hubo un día en que viviamos en casas que no se tenian que limpiar (lo hacian solas, cojonudo), perros que no había que sacar a pasear (los sacaba el robot comprado en el Carrefour), trabajos aburridos y petulantes que nada tenian que ver con el bien común.... y recuerdos de viejas aventuras que no se podían contar porque demostraban que eras un ciudadano "irresponsable" (!?).

Un día cualquiera de aquel sombrío futuro, uno de nosotros, harto de esa patética existencia, pseudovida sin verdaderos alicientes, llamo a su nieto, su última esperanza, días antes de que el nuevo "recluta" entrase en la escuela estatal donde le iban a lobotomizar parcialmente el cerebro para ser otro obediente borrego del rebaño.

- Hola, querido abuelo, me alegro de verte. ¿Por qué me llamaste? hoy no es domingo.
- Lo sé, campeón. Antes de que te vayas al nuevo colegio quería hablar contigo. Quería enseñarte unas fotos que nunca has visto... y contarte una pequeña historia, una bella historia, algo que ocurria no hace tanto tiempo.

El nieto se sentó intrigado, quizá estaba harto de los dibujos de la tele, tan predecibles como politicamente correctos. El abuelo, calvo y barrigón, viejo rockero, sonrió. Sacó un album de fotos que el chavalín jamás había visto y le dijo, mientras acariciaba la tapa..

- Tienes que saber que más allá de lo que te han contado hasta ahora.. ahi otro mundo -dijo algo enigmático-, no hace muchos años, cuando tu abuelo era joven, muchos como él salian los domingos a montar en moto. Nunca te lo he contado, ¿verdad? pero sé que algo sabes.
- Sí, mi madre me lo ha dicho, pero siempre pone mala cara. ¿Como era aquello?, ¿ibais a un circuito de máxima seguridad, con las típicas motos con airbag y tecnología Eco-Poyas? ¿Eran ya eléctricas?
- No, campeón, no exactamente. Verás... Tu abuelo y sus amigos, y muchos otros, salian con motos que funcionaban con gasolina, precisamente porque les excitaba su bravura, su sonido y su potencia. No siempre podiamos entrar en circuitos, no era tan barato ni tan fácil como las autoridades de aquella época querían hacer creer. Además... a algunos nos gustaban más un buen puerto de montaña, tipo "Tourish Trophy", aunque da igual, no son los detalles lo que quiero hoy contarte.
- ¿Les excitaba? suena irracional, ufff..
- Las emociones y las sensaciones son la base de nuestra supuesta humanidad, querido nieto. No lo olvides. Verás... cuando viajaban o corrian con ellas sentian que sus monturas eran una extensión de su cuerpo, de su mente, un vehículo de su propia libertad. Eran uno con su montura. Eran hombres libres. Tanto que ponian su vida en riesgo por serlo... ¿Me entiendes?
- ¿Libres o unos locos de la velocidad?, esa gente irresponsable que se mataban y no llegaban ni a los cuarenta. Ahora está prohibido conducir manualmente a partir de 80 km/h, lo sabes.
- Sí, claro que lo sé, por eso te cuento esto. Debes entender que la vida sin libertad no es vida. Y que es un gran pecado ignorar las llamadas de tu espíritu, sobre todo cuando te incitan a hacer cosas genuinamente humanas como aventuarse en los caminos y en las oportunidades que nos brinda la vida.
- Creo que te comprendo en parte pero... ¿Y qué hacias, por dónde ibais?
- Saliamos por carreteras abiertas al tráfico, viajabamos siempre que podiamos, o dábamos una vuelta corta para "despertarnos" del tedio habitual. Pocas veces tuvimos incidentes y casi siempre volviamos a casa con una sonrisa en la cara. Casi siempre ibamos por carreteras de montaña, tal vez nos sentiamos como animales salvajes por medio del bosque o de la estepa. Además, habia un bonito orden natural dentro de nuestra "manada".
- ¿Qué quieres decir?
- Nos respetábamos y disfrutábamos en común... digamos que casi siempre había cierta solidaridad entre los moteros. Eso que ahora os falta a los jovenes.
- Ya, erais una panda de colegas que cogiais la moto a menudo a pesar de los numerosos y terribles peligros... ufff. ¿Y habia coches, claro?
- Si, "chicanes moviles", je,je -el abuelo se permitio un pequeño chiste- casi siempre huiamos de ellos por miedo a que nos golpeasen.
- Y vosotros... ¿nunca haciais nada mal?, ¿algún reproche que aceptes?
- Alguna vez, sin duda, pero mucho menos que otros colectivos, seguro. Pero sí, lo reconozco, siempre hay un punto de egoismo cuando uno cultiva sus pasiones. Como dijo el gran Nick Jeffreries, "Por supuesto, que somos unos egoistas, por que ahi estan nuestras mujeres, las novias, los padres, que son quienes se preocupan por nosotros. Pero una vez estas en la moto, pueden irse al infierno".
- Supongo que os merecía la pena...
- Sí. Aunque muchos compañeros se dejaron su vida en la carretera, esos hombres libres, esos últimos hombres libres vivieron mucho más que lo que viviréis realmente cualquier de vosotros aunque os entierren con ciento veinte años.
- ¿'Cómorrrr'?
- No es cuestión de cantidad, eso es lo que quiero trasmitirte hoy, es cuestión de calidad, calidad de vida, ser honesto contigo mismo y con los demás. Apréndelo, ¿vale? Para qué quieres celebrar tu cumpleaños número cien si llevas setenta sin poder beber todo lo que quieres ese preciso día, por ejemplo. ¿Me entiendes?
- Sí.... ¿pero qué conseguiais con ese modo de vida?
- Ya te lo dicho... conseguiamos ser nosotros mismos. Bien es cierto que, a veces, nos confundian con otros motoristas, con otros que, sin saberlo, iban simplemente disfrazados de motoristas, pero eso pasa en todas las "familias"... En fin, que eramos tios y tias normales pero que no olvidaban jamás su primera pasión, y se divertian, viajaban y conocieron gente estupenda gracias a la moto y su mundo. Yo mismo, con el paso de los años conoci, primero a los amigos de tu bisabuelo, el gran "LF", luego a mi "pandilla" y más tarde a muchos otros.
- Gente maja, por lo que cuentas...
- Camaradas inolvidables. Auténticas princesas del asfalto y caballeros de las dos ruedas... grandes amigos, aunque en ocasiones solo nos vieramos una vez al año, o ni eso. Moteros excepcionales, sabios, cañeros, luchadores, ruteros... Personas extraordinarias que cultivaban su libertad y que siempre estaban disponibles cuando alguno necesitaba su ayuda. No hay nada más bonito que esos dos conceptos, campeón.
- Pues me parece que eráis unos bárbaros modernos... unos cavernicolas... esos mismos valores se pueden conseguir en casa, en una partida de poker...
- Ja, ja, ja, no, Carlos Hugo Borja. No hay consola ni partida de mus que iguale esa sensación de, por ejemplo, viajar hacia ninguna parte, solo o acompañado, parar en mitad de un valle perdido, o en lo alto de una montaña, rodeado de nieve, con el silencio escoltándote y tu moto como fiel compañera... Subir la visera y respirar ese aire frio que te inunda los pulmones y te recuerda que, afortundamente, sigues vivo. Y sigues vivo porque tú, y solo tú, en aquel momento, en aquella jornada, en aquel viaje, lo has decidido. No hay excusas. No hacia falta tener mucho dinero... o ser soltero, eso solo eran facilidades. Los que portaban la esencia, el "sello" esquivaban cualquier obstáculo. Conseguian ser lo que eran, algo realmente dificil en estos tiempos modernos.

- Ya... hablas de su verdadera naturaleza.
- Aprendes rápido, Pedrosilla, je,je. Sí, así eran realmente. Mucho antes de saber a qué te ibas a dedicar en la vida, para llenarla y darla una apariencia de supuesta "normalidad", ya eran auténticos aventureros, muchos de ellos, en cierto modo, inadaptados. A pesar de ser también pacíficos y razonables hombres de negocios o currantes del tajo una parte de su alma buscaba continuamente la próxima salida, el próximo viaje, la próxima curva...

La emoción embargaba al viejo motero jubilado. Su silla de ruedas roja estaba decorada por viejas pegatinas que ponian "Champion", "AGV", "Michelin", "P.M.Z.", "Ducati" y "Castrol". El nieto, mirándolas extrañado dijo...

- Suena a la incertidumbre de algunos caballeros medievales, abuelo, camino de Tierra Santa.
- Bueno, algo así... Solo los guerreros que han buscado y sobrevivido a la batalla saben de lo que hablo. Pero no pienses que había que ser alguien especial, una especie de "Superhombre". Tal vez tú mismo, algún día, lo experimentes. De hecho, tengo grandes planes para ti. ¡Todavía queda uno en la familia con sangre en las venas! Y que sepas que, en tiempo de mi padre la cosa era mucho más "heavy", incluso. Mira, te voy a enseñar estas fotos...
- Qué bonitas -dijo el nieto alucinado al ver que aquellos jinetes y su mismo abuelo no llevaban exoesqueletos sino unos trajecitos de cuero llamados curiosamente "monos".
- Mira esta... por ejemplo. Estamos sentados en una mesa después de haber salido por la mañana y hacer lo que más nos gustaba, rodar. Este día estuvimos en la bonita zona de Gredos, ¿te suena?, pasando por mil sitios, hasta disfrutando de las equivocaciones de la ruta... otra gran jornada que compartimos con viejos y nuevos amigos, lo que antes te explicaba. Cada uno de los que ves en esa mesa, más otros que no salen esta foto, te podrían contar aventuras e historias durante días enteros... Era gente extraordinaria, gente que tu generación ya no va a encontrar. Me da pena, por eso no os envidio...
- Ya, bueno... Y dices que os perdisteis y todo, qué miedo. Bueno, llevariais todos GPS, claro, perdona abuelo.. Pero sigo sin entender... aqui pone que este puerto del Pico, de grandes bajadas estaba atrevesado por una antigua calzada romana muy bien conservada.... ¿pasábais por alli para visitarla?
- No, campeón, eso lo hacia cuando iba en coche con tu madre, tu tio y tu abuela. Cuando iba con mis amigos teniamos otra visión de la vida... de la carretera.
- Ummm, pues esta foto... ufff, ¡vaya bajadas!, no entiendo... ¿no pensábais en la seguridad?, ¿no os daba miedo?
- Querido nieto, tu que ya eres bastante inteligente, ¿te has preguntado qué valor real tiene una vida vacia de emociones, desterrada de tus propias decisiones? Asumiamos nuestras pasiones y sus riesgos. Claro que a veces podíamos pasar miedo. Pero no tantas. Además, no se puede vivir con miedo. Lo que siempre estaba con nosotros era el respeto, hacia los demás y, por supuesto, hacia la moto. Yo jamás dejé de respetarla y, aparte de tener buena suerte, por eso nunca me hice daño.
- Sí, supongo que era emocionante pero... muchos riesgos, con esa vida muchos no llegaron a ancianos como tú, querido abuelo... qué fracaso ¿no?
- ¿Que valor tiene vivir muchos años pero no haber hecho casi nunca lo que sentias?

El joven de doce años dudo. Nunca se lo habia preguntado. La escala de valores era ya tan diferente en aquella sociedad aturdida...

- Entonces... ¿qué me recomiendas?, ¿que viva solo por mis pasiones?, ¿que olvide mis responsabilidades?
- No, no, no se trata de pasar de un extremo al otro. Se trata de ser una persona coherente, contigo y con los demás, se trata de que te hagas un hombre de verdad, que apechuges con tus decisiones, con tus responsabilidades... pero que también mires por ti y cultives tus pasiones, y, por supuesto, que vigiles tu propia identidad, solo así habrás vivido, realmente, tu propia vida. - Lo intentaré... -dijo el niño mientras manipulaba su móvil con cierto nerviosismo...
- Que nadie te coaccione. Y si tu cuerpo te incita algún dia a apretar el acelerador de tu bólido, o a escalar una montaña prohibida, o salir con la chica "equivocada", a nadar en el mar, aunque ahora sea delito, sea lo que sea... si sientes esa llamada espero que acudas y seas, aunque sea solo durante unas horas, un hombre libre.
- Abuelo... siento decirlo, pero voy a declarar todo esto. Tengo obligación de denunciarte a las autoridades... Te acusaran de corrupción y manipulación de menores... lo siento.
- Traquilo nieto, a Sócrates le acusaron de algo parecido... ¡que gran honor para mi!
- ¿Sócrates, no es ese un jugador de la cyberliga 2038?
- No, era un griego sabio y, por ello, libre... un día te hablaran de él, imagino.
- Lo siento abuelo... ya oígo las sirenas en la calle.
- Tranquilo, me imaginaba que ibas a llamar a la policía, estás bien enseñado.., da igual, seguramente ha merecido la pena.

Antes de arrancar la silla de ruedas (motor de dos tiempos y 65cc) el abuelo, que lucia una vieja camiseta de "Kiss", le entrego al cabrón de su nieto unas llaves.

- Solo te exigo un deber conmigo. ¿Me lo prometes?
- Obedeceré abuelo, dime.
- Guarda bien estas llaves. Si algún día recapacitas y quieres decidir por ti mismo.. .busca mi viejo garaje y arranca mi moto, mi vieja naked casi olvidada. Es de gasolina pero hay bidones alli mismo. Si la pruebas tal vez te darás cuenta que no hay nada tan real como el viento en la cara y ver pasar el negro asfalto bajo tus pies obedenciendo tus deseos. No hay videojuego que iguale eso, chavalín. A lo mejor algún día entenderas porque algunos grandes pilotos, como Joey Dunlop, decian eso de "To race for as long as possible". Eso es lo que tienes que hacer con tu vida: vivirla, pues nunca sabes cuando terminará.

"Enseña a tu hijo, ooohhhh, enseña a tu hijo a amar la.... libertad" (Asfalto)



GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...