Alcañiz: La historia de la maneta de freno (II)

Y ahora, por fin, vamos a contar la mejor historia de las vividas por Alcañiz, ¡la bella historia de la maneta de freno! Intentaré ser todo lo preciso que pueda y recuerde. Sinceridad, la habitual, guste o no, suene a vacile o no, así paso, así fue… Gran mérito radica en el hecho de que estábamos casi todos los locos reunidos en el mismo sitio, lo cual ayuda a vivir sensaciones impagables. Seguro que me entendéis, nada nuevo bajo el sol. Encima, para este post, he contado con la ayuda inmejorable de Antonio Roskachapa que, como yo, lo vivió de cerca, muy de cerca. Contar con sus palabras es toda una garantía y un honor porque, junto a mi padre, es el más veterano de la banda, sabe latín y ama el motociclismo veinticuatro horas al día.

Comenzaré por el principio. Era nuestra segunda visita a Motorland, en pleno mes de junio de este año que se acaba. Esta vez el motivo era disfrutar de las carreras del mundial de SBK, un espectáculo que no nos podíamos perder. ¡Cuánto tiempo estuvimos saboreando la preparación de esta cita! Recuerdo que nos mandamos muchos mails entre nosotros animándonos y poniéndonos “pila” para calentar el ambiente, y eso que faltaban varios meses. Además, para mayor “gloria” íbamos casi toda la panda, "solo" faltó nuestra Raquel, Santi y Manu si no recuerdo mal. También Oscar que estaba apuntado y al final eligió otra escapada.
De Madrid salimos mi padre, Antonio, Edu Sparrow, Juanmi, un servidor.. y nuestro futura estrella nocturna ¡¡Julito!! buen “ganao”, sí. A su bola también llegaría Carmelo y su Kawita pero desde la zona del Tubo de Zaragoza (ejem). Desde “Polonia” bajaban Isma y Emilio en sus motos + Mar en su coche. Sí, teníamos el honor de contar con ella que venía de rodar en Montmeló. Temíamos un poco que se asustara de tanto loco junto pero creo que se lo paso muy bien al final, genial.
Madrid, sábado. Llego a la gasolinera "del avión", en la A-2, y enseguida vienen todos. Vemos que Julito lleva más “escapes” que nunca en su Honda… ¿comorr? Nos acercamos y vemos algo curioso en la parte trasera, efectivamente, ¡lleva unos “Akra’s” nuevos junto al colín de su CBR! No, no son los tubos checos sino ¡una paletilla a cada lado, con su pezuña y todo mirando hacia atrás!, ¡¡grande!! ¡Comenzamos bien! Sí, dijo que llevaría alguna cosita, que si lomo, que si jamón… pues toma, dos “tubos de escape” más y puestos con arte. Qué risas, las primeras del viaje. Después de mucho descojone (vaya caras que tenían algunos enlatados) intenta Antonio poner a boli “Akraprovic” en los jamones pero no hubo manera. Nos faltó un rotulador (yo llevaba uno para que me firmaran el casco pero se quedó seco antes de tiempo). Bueno, a ver cómo “suenan” esta noche, comentamos, antes de arrancar y enfilar hacia la ruta de siempre.


Gran día, mucho sol y poco tráfico una vez dejada atrás la aburrida A-2. Disfrutamos a tope dejando a Julito delante. Madre mía, como va hoy. Creo que es gracias a sus nuevos “escapes”. Va despendolado, tumbando cosa mala, vamos, de vicio. No es el único, la verdad. La temperatura y unas carreteras casi vacías nos animan más de lo habitual y precipita uno de esos viajecitos con sabor R de verdad. Alguna que otra pasadita digna de mención y muy buen rollo, quemando gasolina y goma a ritmo casi de las SBK que veríamos, ja,ja… Eso sí, cuando Roskachapa se pone “serio” nos pasa a todos. No hay manera, da igual que entres fuerte viendo a Dios (como diría Kevin) o salgas como puta por rastrojo en curvas de cualquier radio, llega él y te pasa, eso sí, apretando de lo lindo su burra. Solo un susto... siguiendo a Julito, antes de llegar a Montalbán y sus bonitas curvas, entramos fuerte en una curva de derechas y tenemos la “suerte” de encontrarnos vayas rodadas de arena y barro sobre el asfalto. Por fortuna no vienen coches de frente y cada uno hace lo que puede para no hacer motocross. Poco más. Llegamos a Alcañiz y comemos algo. Saludamos a muchos amigos de Barna que vemos por allí. Luego, Antonio, Julito, Juanmi y yo nos vamos a comprar las entradas. Otras risas del carajo buscando una curva que yo creía que no existía donde un puesto de no me acuerdo qué fulanos las venden, por lo visto, más baratas… También hay como un sorteo o algo así (no baje de la moto y no me enteré de nada, una pena), Julito la arma ante el asombro general, parando la ruleta cuando no le ven, no veas si le tocan cosas, ¡qué tío, ja,ja! Una media hora larga después volvemos a la terracita del bar y enfilamos, por fin, hacia la casita chula de Arnés. Esta vez no se nos hace de noche. Mientras aparcamos en la placita de siempre, mi corazón late emocionado. Qué ganitas de ver a todos, la noche va a ser apoteósica, se nota en el ambiente. Nos quitamos los cascos y revisamos los “Akra’s” de Julito, bien, ¡siguen ahí! Enseguida bajan los ocupantes (el comando “polaco” que ya había llegado horas antes). Qué alegría, carallo. Pero eso no es todo, por la noche llegará otros dos buenos figuras, Toroloko y David. La casa es grande pero se hará pequeña, no problem. También compruebo que Carmelo ha llegado sano y salvo de sus aventuras en Zaragoza. Eso sí, cuando llegó a la casa y preguntó por mi, horas antes, le vacilaron y casi se da la vuelta. Putaditas por preguntar al loco equivocado… ;-)
Semanas atrás, dijimos que los “novatos” en la casa tendrían que preparar las tortillas de patatas para los bocatas del domingo. Pues nada, se abre la cocina y comienza la actividad. Luego, se aparcan los bocatas y se monta otra cena de lujo a cargo de los polacos. Ah, espera… entre medias, un estupendo pica-pica que prepara Julito y Antonio. No, ¡hambre no pasamos! Los dos “Akracs” y el resto de viandas pasan a mejor vida mientras el cachondeo habitual se apodera de la casa. Esta vez llevaba todo el “kit” en mi mochila: ¡llevaba pantalones! y esas “cosas” que te pones después de ducharte… creo que no se me olvidó nada, no era plan “vestir” como la vez anterior … ¡y menos con una gran dama delante! Seguimos esperando a Toroloko y, mira por donde, a eso de las ocho y media, me manda un sms de esos para guardar. Decía, textualmente: “ya estamos llegando tio, nos hemos pasado el primer desvio xo hemos pillao otro q sirve” jajaja, me parto, conociéndole imagino porqué se lo ha pasado. Solo espero que no lleguen al mar antes de dar la vuelta…
En todo caso, poco después, llega Toro y un amigo suyo, nos salimos a la terraza a cenar. Qué buena noche, qué buena compañía. Como nos va la marcha... Hay carnaza y platos para aburrir, por no hablar de las botellitas. Isma anda un poco tocado de moral. En el taller donde curra le tienen frito. No sabemos qué pasará pero no pinta bien. Le animamos un poquillo mientras seguimos hablando de mil cosas. Luego volvemos adentro y comienza lo mejor, para empezar unos trucos de magia by Julito. No solo por lo que hace sino por cómo lo hace. ¡Inimitable! Este hombre no dejara de sorprenderme nunca, si en La Bañeza el año anterior nos dejó atónitos con su speech de los melones aquí se corona, vamos, ¡ni Juan Tamariz! Las risas se hacen brutales. Luego Carmelo también nos hace desparecer una navaja… más risas. Juanmi nos cuenta alguna batallita y, mira tú, nos regala una bandera gigante para la Peña, una de esas banderas que colocan los guiris en los balcones del famoso hotel madrileño donde trabaja. Pues nada, creo que es más grande que la casa, ríete tú de la de la plaza de Colón en Madrid… ah, esa plaza, qué recuerdos. Al final algunos se van a dormir, normal, en algún momento toca… Nos quedamos en la cocina tres personajes dignos de estudio y hablamos un rato más de lo de siempre. Esas charlas me encantan pero al final, logicamente, se terminan. Tantas ideas, tantos sueños... Algunos dormirán cómodos, otros dónde puedan, la casa se ha hecho pequeña… Yo me acurruco en el sofá, no pasa nada, estoy acostumbrado. Por si acaso me arropo… con la jodida bandera, vaya estampa, todo un ¿sueño nacional? de sueños mejor no hablar...

Amanece el domingo y desayunamos como campeones en un bar que descubrimos. Algunos fuman, otros bostezan... Edu nos recuerda que se pira, que tiene comida familiar… qué le vamos a hacer. Se marcha justo antes de salir nosotros en fila india. Justo al tomar un ángulo con desnivel de una de las callejuelas del pueblo (no se podría decir que fuera una curva) veo que Julito pierde un pelín el equilibrio al girar, lo justo para balancearse hasta caerse. ¡Cachis! Su Honda cae a plomo del lado derecho mientras él da una voltereta digna de Spiderman en el suelo. Paramos esperando que no sea nada. Levantamos la moto y empezamos a mirarla. El piloto, suponemos, está bien, es muy duro. A ver si un intermitente, a ver si algún rozón... lleva tacos anticaida pero... pero ¡no hay maneta de freno! Vaya, esperaba ver un trozo pero nada, se ha jodido todo. No vale con meter un tornillo o sujetar el desaguisado con abrazaderas. Bueno, pues nada, allí no va a ver ningún taller. Está claro dónde, quizá, podamos encontrar ayuda: en el circuito, ¡en Motorland!


¿Y qué tio valiente e hiperactivo se presta a llevar la moto hasta allí? Pues está claro, ¡el Isma!, de hecho, no da tiempo a que nadie más abra la boca. Varios lo hubiéramos hecho perfectamente pero… ¡no de la misma manera! Julito se monta en su Fireblade y el polaco en una vieja conocida, la CBR600F... él corrió algunas carreras del Catalán hace siglos con una de ellas, será un viejo reencuentro. Pues nada, decimos totalmente en serio que habrá que ir con prudencia y despacito. Así, con esta gran convicción (lógica por otra parte) reanudamos la marcha. Dentro del casco pienso en la mala suerte que hemos tenido, coño, pero bueno así son las cosas, lo importante es que nuestro mago favorito sigue entero. La verdad que Julio es un tio de otra pasta, aunque suene a tópico. Siempre montó en moto, pero no con frecuencia, no tenía moto propia. Que si la EXUP de su hermano, que si una vuelta con la de un vecino, en ese plan... no fue hasta el año 2007 cuando compró una y no se conformó con una cualquiera, no, le echo el ojo a una bellísima ZX9R verde que tuve el honor de llevar alguna vez. Durante un par de meses comenzamos a salir juntos, solos, paso a paso. Un tio con su profesión y su historial de viajes lee mejor que nosotros cualquier carretera y eso fue un punto a su favor. Solo tenía que acostumbrarse a su 900. Ese mismo verano ya iba más rapidillo y suelto. Luego llegaron los viajes y las escapadas por la sierra, lo habitual… Desgraciadamente, aquella brutal Ninja murió volviendo de Javalambre, en enero del 2009, estampada contra un guardarraíl, por culpa del hielo que no de su piloto. De las tres motos caídas fue la que peor termino, toda una lástima. Desde entonces tenemos a Julito volando bajo con su Hondita roja y gris. Y así, recordando su pequeña historia motera reciente, volvemos a Arnés, a aquella espléndida mañana de domingo de carreras…


Arrancamos y algunos nos ponemos delante para “abrir camino” a nuestra estrella (todo sea para que no termine estrellado) con el chip de ir tranquilos, como luego nos recordó David, el jinete de la preciosa VMax. El freno trasero de la CBR funciona correctamente, qué menos, pero de delante… va a ser todo un rulo en plan dirt-track para Ismael, ja,ja
Vamos juntos, delante, Toro con su R1, Antonio con la XX y yo, detrás el polaco loco, rodeado de mi padre, Julito, Emilio, David y los demás… al principio. Pasan un par de kilómetros y, de repente, nos pasa Isma con la Honda. Coño, pensamos algunos, ¿pero qué hace? Miramos y vemos que sigue y sigue… Luego nos dijo don modesto que le estorbábamos ja,ja,ja, pues nada, hijo, tira tú delante que nosotros te cubrimos las espaldas. Pasan algunos pocos kilómetros y el amigo sube el ritmo. Yo ya me empiezo a preocupar ¡pero no pienso perderme detalle! Antonio y yo nos miramos, no hace falta hablar. Veo que Toro se le arrima, curioso y alucinado. ¿Pero qué coño hace este hombre sin freno delantero?, ¿se le habrá olvidado? No, seguro que no, pero sé que le gusta la moto una barbaridad. Traza con un tiralíneas y usa el cambio y las inercias como puede, “simplemente” se anticipa a las curvas. Pues nada, sigue tirando y tirando y yo empiezo a preocuparme ya seriamente. De hecho, el paseo se convierte en casi otra puta carrera loca serrana. Personalmente, siempre que puedo, busco la siguiente curva a la que tiene a la vista el polaco “rezando” para que no nos encontremos mucho tráfico ni ninguna curva cerrada o ciega. Los kilómetros se suceden (unos cincuenta en total hasta el circuito) y la cosa, el ritmo, se convierte ya en “normal”. Los cuatro seguimos tirando un poquito. El ruido de la Honda de Isma al quitar marchas es perfectamente audible. A mi se me escapa alguna risa dentro del casco, ¡¡qué amigos tengo, joder, que grande son todos!! Toroloko y Antonio también disfrutan y alucinan por igual. Por detrás imagino que estarían ya mirando en todas las cunetas, ja,ja. Ciertamente, el día se prestaba a enroscar, y el poco tráfico era una invitación dulce al pecado… Cuando recuerdo todavía los adelantamientos elegantes y decididos que nos marcamos detrás de nuestra estrella matutina, manda carallo, ¡casi me veo todavía allí! ¡Y qué tramo, casi digno del TT! Todas las veces que pasamos lo decimos: cualquier día pintamos unos pianos en las mejores curvas ja,ja… Y así, vivos y sanos, ¿por fin?, llegamos al Alcañiz, a la gasolinera donde nos reagrupamos después de muchos minutos. La paz reino de nuevo en nuestros corazones. ¿Fue una peli?, ¡qué demonios!, fue un subidón, un auténtico placer ver al figura trazar y negociar todas aquellas curvas con soltura, rapidez y ganas, ¡estas cosas no pasan a menudo!
A continuación las palabras de Antonio, nuestro veterano amigo expiloto y ex casi todo lo que se puede ser en la vida… (aunque lo de expiloto es casi una mentira en su caso):

“Puedo decirte que lo que Isma hizo y acreditó aquella mañana hay muy pocos pilotos que se atrevan a hacerlo, no hablo ya incluso en circuito con todas las medidas de seguridad que como tu bien sabes son imprescindibles en los tiempos que corren... Te puedo asegurar que el rato que hicimos, en las condiciones que estaba la moto de Julito, no pasan desapercibidas en mi mente. Me traen recuerdos acumulados…, si Isma se hubiera propuesto en tiempos más jóvenes competir en serio, yo como ojeador me lo llevaría inmediatamente para la competición en su máximo nivel.
Me encanta rodar en esos ritmos y por esos trazados, horas y horas, me pone y me gusta más que los circuitos...evidentemente la seguridad no es comparable ni los peligros que acechan en carreteras abiertas pero es otra manera de vivir la competición. Y te puedo asegurar, mi estimado amigo, que a veces siento vergüenza de contar experiencias por las situaciones límite que he vivido.
Y voy a más. Haría una buena prueba y exclusiva...consistiría en responder a esta pregunta: ¿cuantos pilotos de élite se atreverían a circular a un ritmo endiablado sin frenos delanteros, solo gas e inercia del cuerpo, en puras carreteras de montaña y con dos metros y medio de calzada...??? apostaría que muy pocos…. y que llegasen en perfecto estado de salud aún menos...
La moto en todas sus facetas tiene su feeling y engancha...lo más importante es disfrutarla y vivirla en su máxima expresión...la vida es muy corta y a veces amarga....para mi ha sido y será mi mejor medicina y antídoto para las depresiones y enfermedades de todo tipo.
En lo referente a la maneta de freno que es lo que me has preguntado solo puedo decirte para finalizar...que ojala en todos los momentos que compartamos haya siempre una maneta rota o una moto sin embrague como alguna vez le ha tocado a un servidor. Es una de las mejores motivaciones para disfrutar en grupo......eso sí, que siempre lleguemos todos a nuestros destinos sanos… y con ganas de volver a empezar.”
Amén, maestro. Antonio, otro figura digno de salir en la Historia, a sus cincuenta y pocos años sigue siendo un enamorado de las dos ruedas y sigue descubriendo y buscando retos, sensaciones, experiencias nuevas. Ahora, por si fuera poco, quema gasolina con una S1000RR, ¡con eso, creo, está todo dicho! Ojala el año que viene las circunstancias le permitan lucir su nuevo mono Danrow y meterse en los circuitos, donde tantas aventuras y carreras vivió. No quiero perderme esas rodadas, ¡aprenderemos mucho, seguro! Mientras tanto, y para siempre, seguiremos disfrutando de nuestras road races, ¡¡como nos gustan las carreteras!!
No quiero alargarme mucho más. Las carreras fueron un lujo, una pasada… El sol, eso sí, nos hizo la vida un poco más complicada durante aquellos paseos de grada en grada o por el paddock… pero no nos vamos a quejar. Mi padre y yo descansamos un buen rato cerca de la zona Vip. Casi nos colamos dentro con el pase de Paddock pero nos trincaron je,je... eso sí, gracias a la labia del que me hizo las orejas, al final un par de camareros supermajos nos trajeron agua y cosas para picar. Toroloko disfrutó de lo lindo aunque el pobre iba vestido de romano y sufrió una tortura, daba grima verle sudar como un pollo... así iba el tio, con su espaldera, sus botas, su mono, joder, pobre. Julito y Antonio se perdieron también… A Mar la hice algunas fotos chulas con la Aprilia que tanto le gusta… sí, la del romano campeón del mundo de SBK. Supongo que echaría un buen vistazo a todas las motos que vimos en el parque cerrado, lo lleva en la sangre. Si me tocara la lotería la regalaba una... Yo aluciné con "mis" Kawas... qué bonitas... Al final, a Gregg y a su banda, nuestros amigos Tortugas, no pudimos verles, era un infierno desplazarse de una zona a otra del circuito, solo faltaba ver algún camello por allí, ¡por Dios, qué calor! Eso sí, otros iban en bermudas y solo les falto encontrar una piscina. Pero no nos quejaremos, como decía antes. Vimos a pilotos, pasamos por muchas carpas, saludamos a docenas de amigos y, por supuesto, durante muchos momentos buscamos una maneta para Julito. Isma y yo nos colamos en algunos boxes y llegamos al pit-lane durante la segunda manga. Vimos de cerca a Biaggi, Melandri y Checa en la curva de fin de recta. Yo iba con una botellita de agua en la mano y... bueno, mejor no cuento mucho… anda que si se me cae en la pista me hostian y con razón… Preguntamos a muchos equipos y mecánicos… al final los más enrollados fueron los húngaros de SuperSport, el equipo de los pilotos Nemeth y Toth (el que corría antes en 250). Se lo curraron de lo lindo y desde aquí, aunque no me lean, les mando un saludo y todo nuestro agradecimiento. Cuando terminaron las carreras estuvieron buscando en su camión pero, como era previsible, sus Honda llevan manetas radiales que nada tienen que ver con las que usan las “viejas” CBR600F. Al final Julito volvió a Madrid en marcha y ¡¡tampoco fue muy parado, la verdad!! En resumen, qué gran fin de semana. Inolvidable… Muchas luces y muchas sensaciones, humanas y deportivas, de lo mejor del año.


¡VIVAN LAS ROAD RACES DE LOS POBRES!

Alcañiz: La historia de la maneta de freno (I)

Hace un par de viernes, en la última cena de Los Cariñosos, salieron a relucir, inevitablemente, algunas batallitas memorables, entre ellas los momentazos que hemos vivido en Alcañiz, dentro y fuera de la pista. ¡Quién nos lo iba a contar hace apenas 2 o 3 años! Que construyeran ese pedazo de circuito en esa zona con tanta tradición racing fue, sin duda, un gran acierto. Aún así, pensé en su momento que sobre la piel de toro no se celebraría otro gran premio más (aparte de la trilogía habitual). Afortunadamente me equivoqué y ya llevamos dos grandes premios, sin olvidar, por supuesto, nuestra prueba favorita: la del mundial de SBK que disfrutamos a tope este verano.
Creo que nunca he contado aqui las aventurillas que hemos pasado por esas tierras. Podía llamarlas "Momentos mágicos en Alcañiz". En la cena me insistieron que tenía que contar la historia de la maneta de freno de Julito, ¡qué menos! La verdad, extremadamente apoteósica como para no hacerlo por escrito, ok, pero antes vamos a recordar un poco otras visitas a Motorland aunque, comparada con la de la maneta, no sean tan, tan alucinantes.

Primera incursión.
Si no me falla la neurona creo que hemos visitado tres veces Motorland. La primera fue con ocasión del primer gran premio de Aragón, en el 2010. Para empezar diré que viajar hasta allí siempre es una jodida delicia. La Ruta del Tambor es una de nuestras favoritas porque tiene muchas cosas buenas: relativamente poco tráfico, muchas curvas, buen asfalto, puertecitos interesantes, pocos radares, pueblos con encanto, buena gastronomía, paisajes agrestes, gente maja... Da igual si vamos o no realmente a Alcañiz, si subimos a “polonia” con algo de tiempo es nuestro opción favorita.
Pues nada, volviendo a nuestra primera visita, en septiembre del 2010, mencionar que salimos de Madrid, un poco tarde, EduCBF (también conocido como Jack Sparrow por su amor al mar y a las lluvias en moto), mi padre y yo. Algo después, justo en la glorieta de desvío de Alcolea del Pinar hacia Molina nos pararon nuestros “amigos” de verde. Yo iba delante y ya me vi empapelado. (Lamento decirlo pero nuestra “relación” amor-odio no existe, es simplemente odio). Por razones largas de explicar ahora, llevaba el catadriop.. (joder con la palabrita) el captafaros tocado y me imaginé que podían atacarme por ahí. Por fortuna, enseguida aparecieron docenas de motos más y, con tanto lio, solo me dieron un toque verbal. Además, estaba mi padre presente, con él normalmente el ambiente se relaja. Por supuesto, a él jamás le amenazan ni nada por el estilo, de hecho hasta le buscan gasolina, le invitan a desayunar, se marcan unos piques sanotes, etc, etc, vamos, para otro post… y no exagero.

Pues nada, seguimos ruta hacia Molina de Aragón con alegría mientras enganchábamos a otros grupitos heterogéneos que, sin duda, iban a ver el gran premio. Enseguida las nubes se oscurecieron lo suficiente para arrojar algo de agua sobre el asfalto, un ingrediente que agradecimos algunos pues el verano ya pesaba en la chepa y había ganas de refrescarse un poquito. Paramos a repostar en Molina (yo no paso nunca de allí con caldo) y proseguimos relajados sin nada destacable que reseñar salvo que, cerca de la provincia ya de Teruel, nos volvieron a parar los saltamontes, creo que para cotillear las motos. Esta vez no hubo amenazas por su parte hacia mi salvo que, al más tonto, le parecía que mi matrícula iba algo doblada o elevada. Este no vió nada raro en la casi ausencia del captafaros, curioso. Creo que ni le contesté. Eso sí, enseguida miramos el reloj y me quejé que con tanta parada íbamos a llegar tarde, y así fue.
Ya de noche llegamos a una de esas glorietas que hay cerca de Alcañiz. Paramos en un arcén para programar el gps de Edu y poder llegar a meta antes de que nos comieran los lobos. Arnés, ya en la provincia de Tarragona, era el pueblecito donde estaba nuestra casa rural. Un casón de piedra impresionante que, encima, tenia un pequeño supermercado en el piso de abajo, ¡cojonudo! De hecho, mientras un servidor regaba un puto guardarraíl imaginando que no podían quedar ya muchos kms, allá, en la casa rural, nuestros amigos “polacos” (Isma, Manu, un colega que no conocía todavía y Emilio, el gallego-ducatero-cocinero que solo conocía de oídas) comenzaban a preparar la futura cena de lujo. Cuando llegamos de noche al pueblo nos impresionó su silencio y su falta, aparente al menos, de paisanos. Luego nos contaron que en esta tranquila localidad estaban alojados los fans de Pedrosa… no me extraña. Esa primera noche en Arnés tuvimos el privilegio de pasar unas horas estupendas con toda una banda de primera, sin olvidar la cena opipara que prepararon el gallego e Isma, ¡estos chicos igual te planchan un huevo que te frien una camisa! Elegí habitación y empecé a sacar mis trastos del equipaje. Nuevamente descubrí que se me habian olvidado varias cosas: pantalón, pijama, sandalias, bermudas, vamos, que una vez más gracias al polaco loco pude caminar calzado. Lo de pantalón no hubo manera de solucionarlo asi que opte por lucir mi preciosa camiseta de Barry Sheene y poco más durante toda la velada. Como no habia amigas ni paragüeras por alli pues no habia motivo para ponerse una toalla, ¿no? Las risas y el descontrol habitual se sucedieron, logicamente, y ya bien entrada la noche decidimos plegar la oreja unas horas, lo tipico.
El sábado fuimos a ver los entrenos. Mi padre pasó de salir de la casa y cedió la Fazer a Manu que habia venido en coche debido a sus malditas lesiones en la pierna. ¡Qué grande es el tio! Ahora que le conozco bien puedo afirmar que es otro ejemplo de los verdaderos luchadores que nos vamos encontrando por el camino. Pues nada, el caso es que mi padre se quejaba ultimamente que nuestra bonita Yamaha pisaba mal en curvas de izquierdas. Era la ocasión de contrastar su opinión con la de otro veterano. Salimos los cuatro hacia Alcañiz y descubrimos un interesante recorrido sinuoso cercano a los cincuenta kilómetros, lleno de curvas y desniveles. (La noche anterior no habiamos visto un pijo). Dejamos a Emilio y su Monster delante para que marcara el ritmo y así lo hizo aunque en una curva rápida casi se marca otra cosa, un pequeño recto, je,je, el caso que todos rectificamos a tiempo (la jodida curva era ciega y en bajada). Luego Manu me confeso que la Fazer iba bien de motor pero que el tren delantero iba "raro". Entonces le conté los detalles y fuimos atando cabos. También se rió porque ya no estaba habituado a este tipo de motos (tiene una R1 de verdad, de las de carburadores, ¡una joya!) y se lo estaba pasando en grande. En fin, esa media horita alegre fue de lo mejor del día. Cuando algún tandero convencido o personaje de la "élite" me dice que solo se puede correr en circuito (creo que se equivocan de verbo y quieren decir "se debe") me meo de risa... un año más tarde seria mucho "peor", ya lo contaré en la segunda parte.
Luego, ya en el circuito, recuerdo que íbamos llegando por una de las carreteras que bordean las gradas naturales, todos por el carril derecho, como buenos ciudadanos, cuando de repente nos pasa por el izquierdo una Kawa naked azul... coño, ¡pero si es Peter del MCZE! Inconfundible, era él. Me dieron ganas de acelerar y alcanzarle para intercambiar saludos pero justo cuando iba a hacerlo dos “amigos” de uniforme en el horizonte cercano me quitaron las ganas. Vaya finde, ¡qué empacho de grillos verdes!
Bonitos entrenos disfrutados desde la grada de la recta de atrás. Me quedé alucinado con las dimensiones del circuito, una auténtica belleza. Lo pasamos en grande pero aquí el menda se tuvo que ir para home a eso de la una y pico de la tarde, más o menos como estaba previsto, cosas de tener que estar en varios frentes. Mereció la pena.

Al día siguiente todos repitieron visita, claro, después de que Jaime, otro amigo de Madrid, se uniera al grupo. Me perdí un gran momento, el momento desayuno de ese domingo de carreras. Un resumen: la noche anterior quedaron en levantarse y vestirse a eso de las siete de la mañana para salir prontito hacia el circuito. Pues llegan las siete y pico y, ya todos vestidos y medio desayunados, ven como la última incorporación del grupo baja tranquilamente en pijama con cara de sueño y pregunta, bostezando, todo sinceridad: "hola, ¿está ya mi desayuno preparado?" Alguien, el más grande y loco, le respondió, con un tono a lo Gracita Morales: "sí, marchando para el señoriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiito" :-) ¡Joder, lo que me perdí!
Luego, por lo visto, mi padre también se lució en el circuito con el club de admiradoras espontáneas que aparecieron junto a él. No comentaré que preguntó con su sinceridad habitual a una de ellas, quizá a la "presidenta" del grupo, pero iba de pechugas, tamaños y propietarios... Otro momento chulo: La banda entra al paddock y Emilio, nuestro ducatero favorito y terror de las nenas, se hace también una foto con la chica de Dunlop que acompaña a una Moto2. Pero, por lo visto, es el único tio que no la "esculta" para la foto, increíble, aqui la prueba. Ella se ríe, ¡no me extraña!, para que vean algunos que no te puedes fiar siempre de los topicazos:


Tercera visita. Ahora saltamos a la última visita, hace apenas dos meses. Esta vez íbamos a rodar en el galáctico circuito mundialista. ¡Qué emoción, señores! ¡Qué maravilla de pista! Lo primero que escuché de ella, hace años, es que se comía las ruedas y que tenía una especie de curva del “sacacorchos” pero a la inversa. Ok. Parecía una pista rápida y moderna, y lo más importante para algunos: ¡tenia desniveles, genial!
No llevamos la “perla negra” (nuestra 900SS) porque me imaginé que íbamos a estorbar demasiado en un trazado tan rápido, asi que, acertadamente, Isma y yo fuimos con nuestras Honda de calle. El bajó con la moto en el carro (llevaba slicks en su Fireblade) junto al gran Manu y al ducatero Emilio, nuestro cocinero favorito, ¡¡vaya trio!! Desde Madrid salimos Edu y yo en marcha (por la noche saldría con carro Juanmi y su Gixxer blanca de 750). Parecia una invasión, desde varios flancos y a distintas horas. Como había pinchado días antes de atrás camino a la oficina (pedazo filo de navaja, increíble) estrenaba la cubierta, otra muy aceptable M3. Afortunadamente, la rueda pinchada estaba apuntito de caramelo y el pinchazo solo aceleró el change. La delantera era otra M3 pero con muchos kilómetros a cuestas. La puse en junio, antes de la segunda visita, por si al final llevaba mi moto otra persona que estimo mucho. Una pena que no llegara con menos kms. a cuestas a Motorland, pero no ibamos a comenzar a quejarnos tan pronto, ¿no?, ja, ja
Pues nada, otro viajecito chulo a dúo con Jack y su CBF por la ruta del Tambor pero esta vez… algo raro pasaba, un pequeño misterio… mete reserva ¡¡antes que yo!! Casi me da un mareo, ¡pero qué está pasando! “Me falla en alta, al acelerar se queda petada y no pasa de 160”.. ufff… pues carburación y/o bujías, algo así (su CBF no es de inyección). Nada, paramos a comer en Molina porque yo ando tocado de la garganta (once again) y un plato de cuchara me vendrá bien. Elegimos un sitio cojonudo en mitad de pueblo y comemos de menú. La alegre camarera parece un anticipo de lo que vamos a vivir ese dia cenando en Alcañiz… pero no me adelantaré.
Salimos una hora larga después y haciendo el gamba para “calentar” ruedas la Infinita me derrapa de atrás… coño, luego ya en marcha noto que algo falla en esa rueda, rebota un poco, no voy cómodo, desliza sin motivo, voy algo mosca, supongo que será la presión. La CBF sigue igual de mal, en fin, vaya dúo de "incomprendidos". A un paso casi legal llegamos a las curvas del precioso puerto de Mínguez y me olvido de la rueda trasera. No hay ni un coche y el día es acojedor. Algo después llegamos a Calanda y echamos gasolina. Llegamos al circuito, a la estanca, nos tomamos unas cocas y terminamos en el camping donde nos espera estos tres malditos moteros, Isma, Emilio y, ante mi asombro, otro tio grande, Manu. Sabia que habia alguna sorpresa procedente de "polonia" y no sabia si era la del JorgeGinTonic o la del ManuR1... bueno, pues nada, alegría y otro ingrediente más para la "paella" que se estaba cociendo.
Asaltamos Alcañiz casi de noche, después de cambiarnos de ropita y esas cosas que se hacen cuando dejas de vestir de romano. Solo nos faltó echarnos laca en el pelo ja,ja.. Vamos a un saloon donde hay cuernos (de adorno, creo) y otras baratijas americanas colgadas por las paredes, rollo country, ya sabéis. Bebemos algunas rondas inocentes pero no hay aperitivos. En el muro exterior, una GSR y un muñeco empotrados contra la pared... espero que no sea una predicción del domingo... mmmmmm, (bueno, yo tengo casi claro que es dificil que me pase a mi, voy con el chip de loco racional o sea todo un capullo en ciernes). En fin, voy a hacerme una foto con el motor de una Electric Glade que hay sobre la barra pero justo en el momento de que pulsen el botón el más pervertido se agacha hacia mi entrepierna y sale otra foto de esas impublicables... casi otro 1-2-3, joder, ¡y mira que intento tener cuidado, nada, hay gente muy rápida hasta a pie! Al rato, ya repuesto del susto, nos preguntamos ¿dónde cenaremos?, bueno, hay buenas ideas y algún asador alli mismo, la cosita promete.
Cae la noche buscando un cajero automático pero mola el paseito itinerante, asi hablamos mientras nos da el aire. Echo de menos una de mis sudaderas racing, ando costipado y no quiero fastidiarme el domingo. Paseamos y nos reimos un huevo, me entero que una stripper persigue a nuestro gallego de oro y que el citado ducatero la da mucha candela pero que ya se está cansando de ella... jajajaja, joder, qué lujo escuchar historias así, mira que nos reímos ante la mirada atónita de algunos autoctonos... qué figura, me alegro por él, claro, ahora entiendo porque le veo tan delgado. Por lo visto es un experto en sexo tántrico (o similar) y deberia darnos lecciones... obviamente se convierte en la estrella de la noche, ya con esa palabra y ese concepto tenemos cartuchos para disparar al primero (perdón, primera) ¡¡que aparezca en el horizonte!! Por cierto, previamente, hemos pasado por una tienda de "material geriátrico" pero, por lo visto, algunos están muy sanotes todavia jua jua... pues nada... ¡no entramos! (Por último, pasamos dos veces por la guardia civil y el hospital del pueblo, dos sitios que no me gusta nada ver antes de una rodada o un viaje...)
Llega la cena, el climax del sábado son esas horitas de lujo que nos metemos entre pecho y espalda. El sitio promete: un asador añejo del pueblo. Luego nos dice su dueña que fue un refugio de guerra. La pinta del sitio, ejem, es estupenda. Piedra, roca, servilletas de tela, camareros uniformados y todo ello con sabor de asador familiar, no sé si me explico. La pinta de la mesonera es espectacular. Yo (también) miro sus pechos, bajo su ropa de guerra, y pienso... qué mejor refugio existe por alli que esos magníficos montes labrados con arte por la madre naturaleza. Qué fácil es ser ecologista a veces, oño. La mesonera ya cumplió los 40 hace algunos años, está en plena madurez sexual, con todos nosotros seguro que no tendría ni para empezar. Nunca lo sabremos… ¡creo! El malo malote de Manu le pregunta lo que todos, creo yo, pensábamos.... que si todo está bueno por alli. La mesonera, que tiene más tablas que la "armada invencible" sonríe y se toca un poco. Dice que se presta de ejemplo... ¡¡vamos a ver!!, esas cosas no se hacen, ja,ja… Me salgo a la calle a “fumar”… Somos más románticos que la media pero también... ¡humanos!
Una vez apagados los fuegos del viejo refugio comenzamos la cena propiamente dicha. El maniaco de mi derecha (el Isma) pide un megachuletón cojonudo (la mayoria nos conformamos con unos "simples" entrecotes XL o un ternasco para el crack gallego, que gasta mucho, tiene que alimentarse bien, ja,ja). El chuletón promete y soy tan gili que pienso "luego pruebo un trozo"... Juro que no pasan ni tres minutos cuando vuelvo a mirar... no encuentro nada en el plato del loco polaco, solo los huesecitos y algún nervio... no puede ser, coño, este fast madman se lo ha ventilado... yo voy a mitad de mi entrecot... ¡¡joder con los que no duermen, mira qué cosas hacen!! ;-)
Salimos luego no sin antes especificar, por mi boca, que somos los hombres tántricos y que volveremos en una próxima visita a la zona, seguro. La mesonera sonrié de nuevo y con su labia nos indica que estará encantada de atendernos. No hay comentarios malos. Cogemos unas tarjetas y la protagonista del mesón nos indica donde hay un garito para la última copa (esta noche no toca jaleo que mañana tenemos "Gran Premio"). Nos dice que crucemos el arco que se adivina al final de la calleja y luego tiremos hacia la derecha... o algo así... seguimos sin poder escucharla realmente, yo solo me entero del arco y de penetrarlo, no sé, sorry. El caso que caminamos como vagabundos hasta perdernos un poquito, lo justo para que el gallego llame al asador a pedir instrucciones… ehhh, bueno, total, estábamos a ciento cincuenta metros pero mola la idea, sobre todo si es de Movistar. Hasta ahi, como digo, más o menos correcto. Cual es nuestra sorpresa cuando comienza a decir, literalmente: "hola, sí, somos los cinco de la cena, los del sexo tántrico, que nos hemos perdido buscando a Peter Pan...", etc, etc, bueno, una cantidad de incongruencias con gracia inclasificables... Qué risas, el que cogió el teléfono debió alucinar en colores porque se lo dijo tal cual, casi serio, lo raro es que no le colgara ¿no? Y todo ello debajo del famoso arco que nos indicó la mesonera dónde asomaba, ¿imperturbable?, una Virgen. Madre mia, somos unos satánicos hasta casi con los números (636, que no 666), lo sé, me gusta. Encontramos al final el garito. Bebemos una ronda (conmigo se equivocan, confunden naranja con limón, bueeeeno, es complicado, lo asumo) y nos vamos como buenos chicos para el bungalow donde, ya a la una o por ahi, casi nadie tiene ganas de dormir. Al margen de otras burradas que no se deben contar, algunos empiezan a saltar y veo que se mueve todo el jodido y ¿prefabricado? bungalow. En unas horas Stoner será campeón del mundo pero nadie se acuerda de las carreras de Australia. Esto no es normal, con gente normal al menos, con ellos, afortunadamente sí. Me toca compartir cama con Sparrow y como nos respetamos pues dejamos correr el aire entre medias. No me pongo al final la espaldera para protegerme, Isma me ha prometido respetarme también ja,ja (bueno, venga, me fio, no hay pestillito en nuestro cuarto, era ¡espaldera o nada!).
Amanece con frío y vamos hacia el circuito. Pues nada, miramos, por fin, presiones y me encabrono un poco. Atrás llevo 3,1... voy a matar a cierto conocido de Neumáticos Richards, experto en ruedas pero que, esta vez, él o alguno de su taller la ha cagado. Pues eso, bajamos presiones y nos vamos para el briefing. Nos sentamos y veo lo bien organizado que lo tienen estos tios, hasta el director de pista nos da su pequeño speech con diapositivas en una megapantalla. Me mola escuchar donde están las escapatorias y que no hay banderas.. solo semáforos, que está todo como "automatizado"... casi pregunto "Y si te caes, ¿te recoge un robot?"
Me fijo en un chaval joven con cara de Rossi, mono de Rossi y con esa mirada que teniamos algunos con 20 añitos, esa mirada de comerte el mundo, de no conocer la palabra "reservar". Espero que termine bien el día... también están los chavales que, según nos cuentan, están entrenando para correr la Ninja Cup. Cuando luego descubro su box me lo creo, ¡vaya despliegue verde y que gente más maja! Son de esos chavales jovenes que han empezado a montar en moto en circuito, no creo que ni que tengan carnet para conducir por la calle. Algunos no tienen ni 20 años, están comenzando a vivir sus propios sueños, imagino...
Volvemos a primera hora. Isma ya está nervioso, ni desayunamos ni ná, bajamos su moto, esa preciosa Fireblade réplica Gardner y se monta todo el tinglao... Juanmi llega tarde, le queda veinte minutos para salir a pista, mientras tanto voy con el polaco a pedir un adaptador para los enchufes de los calentadores. Debemos ser muy tontos, intentan cobrarle 20 lereles y mi amigo suelta un speech de los suyos para coronarlo con un "¡aqui no vuelvo!"... "¡es cosa habitual de los circuitos modernos!" contesta uno de la organización, casi le hostiamos un poco, jajajajaja... yo pensaba que esas cosas iban con fianza y punto..., pues nada, al final nos lo regalan, vivir para ver...
Primera tanda: bajo un sol comedido salimos por fin a pista. En mi caso, salgo con mucha curiosidad... también a por palomitas, como luego dice Manu, con una sonrisa en la cara. Por fin estoy dentro, me voy preguntando... ¿dónde y cómo será ese famoso "sacacorchos" invertido? pronto lo descubro... también la famosa recta de atrás (donde tantos conocidos se han comprado una parcelita) y las dos megacurvas de izquierdas rápidas, ¡¡qué maravilla de curvas!! ya me lo habia dicho mi padre, "que no es vuestro albacete o jarama, ojo, que en motorland se va rápido"... Ya en el briefing nos habian dicho que ojito con dar hachazos, ojito con los cambios de rasantes, ojito con los jacos, ojito con ¡¡salir en dirección contrario por el pit-lane!! y tal y tal... aparte de avisarnos que hay muchas cámaras y que seremos "observados". Pues mejor que no me miren a mi mucho, hoy ando torpe (en ningún momento fuimos tan a saco como, por ejemplo, en el último rally de locos por la sierra, el "Gredos Trophy" de finales de julio, donde vi de cerca cosillas que no se deben contar. Mal hecho, sí, para eso están los circuitos y bla bla bla pero sé que algunos me entienden muy, muy bien).
Respiro hondo bajo el casco mientras recuerdo que, junto a Juanmi, somos los únicos sin calentadores de todo el megabox dónde nos metimos. Bah, me la pela, no pasa nada, al menos hoy no tengo que subirme la visera a mitad de la rampa Pegaso para respirar, de hecho, hago un ejercicio extra con los kleenex en cada parada, me falta un gelocatil pero no quiero presentar más excusas ja,ja,ja
Segunda y tercera tanda: El dolor de almendra se me pasa mientro veo que Juanmi va más rapido que por carretera, vamos, que está disfrutando ¡¡me alegro!! En la salida de la segunda tanda les espero en pit-lane pero paso un minuto largo y no salen.., me digo "ya me cogeran" y arranco. Al final de la tanda me pasa el polaco loco, el "Gardner", por dentro en el curvón de entrada a meta... dice que sus slicks son la caña y que no me vió, ja,ja, normal, cuando se baja la visera no reconoce ni a su madre, dice, pues nada, qué disfrute, se lo merece. Yo a él sí le veo un rato, de hecho veo que va ligerito, ese casco blanco y su "nueva" motivación le impulsa a volar bajo, dificil seguirle, ok, no problem, no quiero percances, juré en Madrid que es la última vez que meto mi moto de calle en un circuito pero... pero ¡¡ya deje de cumplir esta promesa en septiembre con la entrada al Jarama, soy un pecadorrr!! Bueno, no pasa nada, me enamoro del circuito, no me cansaré de decirlo, qué circuito, qué curvones, qué desniveles adrenalínicos, sí señor. Según me cuentan, estos pican por debajo de los 2,20 habitualmente, yo fácil diez minutos más, lo sé, soy un paquete… Aqui una bonita foto de Juanmi negociando un viraje:

Mientras, en boxes, Emilio y Edu nos echan una mano con todo. Manu sigue dándonos consejos sabios mientras se come las uñas. Joder, todos deseamos que se recupere pronto y en el 2012 pueda meterse con su joya japonesa, será de infarto el día que nos juntemos en grupo, lo sabemos. Todo llega... mientras tanto, el Team se pone con Edu a revisar su CBF de humo negro. Quitan el depósito y limpian las bujías, ahi está el problema (a la vuelta su moto iria mucho mejor).

Siguen cayendo tandas y litros de gasolina. Solo hay dos curvas (medio lentas) a izquierdas que no me gustan nada, en una entro parao, no consigo entrar bien, vamos, que se me da de puta pena y luego la salida del sacacorchos tampoco me gusta nada, la veo muy cerrada, una pena, porque esa "mítica" S podía haberse coronado con una salida pelín más abierta, más rápida, casi simulando la del circuito de California. En fin, para rápida la curva de izquierdas que viene a continuación, de esas largas y rápidas que vas medio hora pegando con la oreja y que te va sacando fuera a poco que te descuides, ¡una maravilla! A medida que pasa el día veo que, al final, siempre me pasan los mismos, sobre todo el tipo de la R6R negra y amarilla. Mención especial para un "zumbao" con una CBR600F, ¡¡ole sus cojones, que bien va el tío!!, con ese "hierro" pensamos y se cepilla a más de media parroquia. De vez en cuando nos encontramos al dúo "sacapuntas" y a una R6 negra cuyo piloto hace unas posturitas de ensueño (no exagero) pero que no va especialmente rápido. Por fin nos da rueda el crack del día, Isma, y disfruto como un enano porque tenemos trazadas parecidas aunque él va un poco más lento que cuando va solo, claro, pero mola, no nos cuesta seguirle, espero que no se aburra mucho. Juanmi toma nota y enchufa que da gusto, está el tío tan feliz que yo creo que en una tanda le van a tener que meter pa dentro con metralleta...
El sol sigue brillando, el viento sigue ausente, difícil imaginar un día mejor para rodar. Mi moto va de vicio, por cierto... lo de siempre: qué frenos, qué motor, qué chasis... jarrrrrrrrrr... no me la merezco, ¡¡¡lo sé!!!!
En la recta de atrás solo llego a apurar la quinta, a unos 258 de velocímetro, aún así, en tercera y en cuarto me pasan como un cohete una 675 y la R6R negra y amarilla... ¡alucino!, hablo de pasadas en recta. Luego le dimos vueltas al asunto: cambios semiautomático y algunas cositas más aparte de las manos, claro (por lo visto, uno era un monitor aunque me da igual, como si es el Fary). Y hablando de monitores correosos... quizá deberiamos hablar de dos que se la quisieron jugar a Isma en la última tanda. Un gesto feo de gente que deberia dar ejemplo. Eso de dar hachazos de mala manera... y no solo al polaco, curtido en mil batallas, sino a gente que está empezando a rodar. Mal, muy mal. Con Isma pincharon en hueso, claro, pero habia más gente en pista. Ya dimos aviso de estos fulanos, si son tan racing que se apunten al CEV si tienen cojones que moto y recursos me da que sí que tienen ya. Un último apunte sobre la pista, la curva para mi gusto más jodida si quieres hacerla medio bien es la de final de recta de meta. No es muy rápida ni muy clave para "ganar" algo pero es pelín técnica, me encanta.
Comemos bien en el autoservicio del circuito y los "ruteros" empezamos a despedirnos. Así es la vida, nos quedan unas horitas hasta casa y, al menos yo, no quiero llegar a las mil, y menos sabiendo que mi hijo, Ricardo, otra vez me la "ha jugado" y anda con su tos a cuesta…
Bajamos plácidamente con cierto sabor agridulce y decimos adiós a esta panda tan cabrona de gente sana y directa. Sois muy grandes. Qué hartón de risas y emociones. Con dinero seriamos los incansables, verdaderamente... Me encantó ver como disfrutó cada uno con su "rol" autoimpuesto: el consultor racing, el mecánico tántrico, el otro meca (¡cada uno de los jinetes de las CBRs tenian el suyo!). Fuera de bromas, ¿qué pasaria si rodaramos más en circuito, si entrasemos todos los meses? nada malo, sin duda. Pero ni sumando la pasta de nuestros viajes nos llegaria, está calculado. En fin, a disfrutar de lo que podamos. Todavía veo la cara de Juanmi (alias "Torpedo71") con su sonrisa pachorra... el vicio vuelve al jinete "tímido", bien, bien... Me acuerdo de otros amigos, de los buenos, que nos preguntan por móvil como va el día: Amara y Santi, dos pilotos R que deberian estar con nosotros. Otros que para el 2012 tienen que hacer muchos "deberes" je,je

Nos vamos. Ya con el casco puesto me acerco a los colegas de las ruedas... el señor mayor alucina un poco cuando le cuento lo que quiero. La historia de mi vida, soy más raro que un perro verde pero así voy, no me importa, desde pequeño me han señalado un poco con el dedo. Le digo:
- jefe, le importa volver a ponerme presiones para calle, ya me voy para casa y están frios.
- ¿como? ¿no te la llevas en el carro?, ¿qué te ha pasado?
- no, que va, yo es que soy algo rarito, no tengo, nos volvemos en marcha je,je
El caballero me mira extrañado y me pone 2,5 y 2,9, genial. A continuación, se acerca a Edu y a su CBF. Sparrow le avisa:
- no, no hace falta, no he rodado, vengo de mecánico je,je
Le damos las gracias a él y a su colega, más joven, y este último me dice (le pido unas tarjetas) que si necesitamos algo por el camino le avisemos. Le contesto que no, que muchas gracias pero que prefiero no tener que avisarles, quiero volver con la moto entera.

Ufff, hasta aqui algunas anécdotas de dos de las visitas a Motorland. En el próximo post, la mejor, la visita de junio de este año con motivo de las mangas de SBK, cuando todos los astros se alinearon para que fuera, realmente, un finde inolvidable. Recordar la historia de la maneta será fantástico.

Cuero viejo, humo azul...

Esta pasada primavera tuve la oportunidad de probar una preciosa RS250 réplica Harada. Su dueño, un chaval joven, la tenía en venta y unos amigos de Barna estaban interesados. Antes de darse el paseo y bajar a Madrid nos llamaron a dos quemaillos para que echáramos un primer vistazo. Al final, solo pude acudir yo, el más canoso y lentorro. Quedamos en el parking de un centro comercial cercano a mi pueblo y me tocó esperar unos minutos. Primero escuché el sonido celestial de un tubarro, luego la vi acercarse como una gacela del Serengeti (o casi). Con los colores de guerra de Aprilia Factory, negra y roja, solo le faltaba quitar la chatarra legal para ir directamente a pista, okakey. La italiana frenó con decisión a unos metros de mi y su dueño me saludó antes de quitarse la boina. La impresión fue impactante, casi anacrónica. Una 2T y nada menos que de 250cc, casi ná, se me dibujo una sonrisa en la cara pensando qué suerte estaba teniendo aquel viernes. Empezamos a hablar y rememoré incluso una prueba que hicieron de esta moto en el Jarama (si no me falla la memoria) donde, lógicamente, era un arma terrible, mucho más efectiva en trazados revirados que cualquier 600R de la época. También recordaba, más o menos, la locura de caldo que se bebia la ragazza (lógico, no se hacen tortillas sin romper huevos). Para mi este modelo era una auténtica bomba de carreras. No iria con ella a por el pan ni de viaje pero, sí pudiera, tendría una para darme algún voltio por algún puertecito con curvas con buen asfalto o rular por circuitos revirados. Pues nada, después de ver los rozones que tenia (mmmmm….) me di una vuelta y empecé a alucinar. Primero, al ver lo torpe que era... joder, qué vergüenza, como se nota que los motores modernos son teledirigidos. Estaba claro que he perdido el tacto que pudiera haber tenido de joven con motores de agujeros que solo tiran cuando la aguja del tacómetro se eleva al infinito… sin duda nos hemos acostumbrado a lo fácil. Con un motor con "tantos" bajos callejear se convirtió en una pequeña aventura. Además, ese día se me olvidó la varita mágica y todo estaba invadido por docenas de enlatados consumiendo o en vías de consumir. Al final, no tardé más que unos minutos en volver pero fue suficiente para percibir, un poco, la rabia de su motor y la estabilidad de su chasis, por no hablar de unos brembo y una horquilla de categoría. Cuando me bajé, medio atontado todavía, pregunté algunas cosillas y volvi a mirarla de arriba abajo. Estaba claro, estas joyas ya no se ven a menudo. Al final la Aprilia fue vendida y su destino final serán las famosas carreras road racing que celebran a final de año unos conocidos argentinos en sus montañas de Copina, Córdoba, al más puro estilo Tourist Trophy (curvas enlazadas de montaña y un recta de 7 kms. Entre otros, Sergio Romero ya ha corrido allí, por ejemplo). Nos despedimos y me fui a comer montado en mi Honda, una de esas motos modernas y fáciles de, al menos, conducir. Qué diferencia... no digo ni que sea peor o mejor, solo que qué diferencia... si pudiera tendria motos de los dos estilos. Fue una bonita manera de despedir un fantástico mes de mayo. El buen tiempo y la sangre subian de revoluciones sin parar, aquella "prueba" con la Aprilia fue como la guinda del pastel. Así son los auténticos días luminosos cuando se encadenan uno detrás de otro.

Ahora, bajo las nubes de otro otoño gris, con el GP de Valencia y el CEV en Jerez ya celebrados, se nos van las últimas motos de 2T de carreras que nos quedaban, las últimas sensaciones genuinas que reinaron durante décadas entre los más rápidos. Las balas rojas de Derbi, las habituales MBA, las campeonas Garelli, las legiones de Aprilia y todas las demás, pronto solo serán material de museo, imagenes sobre papel, sensanciones que alimentaron el corazón de sus jinetes o admiradores. Haciendo memoria, y sin dramatizar un gramo, no puedo decir más que algunos aficionados hemos sido unos auténticos privilegiados por haber vivido tantas carreras con auténticas motos de carreras en pista (y a pocos metros, puedo añadir).

Recuerdo las viejas 2T rugiendo en carreras del nacional, del europeo o del, entonces, Continental Circus, incluso en pruebas de resistencia (ah, aquellas RD350, por ejemplo). Recuerdo su rugido en polígonos como el del Barconcillo (Guadalajara) donde pilotos de la talla de Palomo, Morante, Pérez-Rubio, los hermanos Galí, Cegarra, Escuder, Noyes, Cardús, Nieto, Mingo Gil, Marcelino y Toni Garcia, el "Trompa", nuestro querido "Nani", Garriga, Tormo, Aspar, Mín Grau, Champi Herreros, Sánchez-Marín, López-Mella, Luis Miguel Reyes y tantos otros se la jugaban con el cuchillo entre los dientes y los tubarros bajo el culo. Ya fuera en Calafat o en el Jarama o entre farolas, bordillos, balas de paja y público, no habia diferencias de actitud... auténticos pilotos de carreras sobre auténticas motos de carreras. Y no solo hablo de las pequeñas balas de 125 o de las bellas y estilizadas 250 (como las preciosas Siroko que inventó Cobas) sino de las 500 privadas... e incluso de las bestiales 750 de 2T, ¡¡qué cojones habia que tener para meter esos monstruos por las callejuelas de un pueblo!!

Como olvidar aquellas carreras del Criterium, de las Motociclismo Series con aquellas rabiosas y espartanas Montesa Crono (versus las preciosas Pantah) de la Formula Motul o las rojas Ossa Copa de 250 de la Formula-3 (versus las modositas XS400)... Dificil olvidar también, años después, las competitivas temporadas del Open Ducados y esa categoria de 250 donde D'Antin se las veía con los pilotos Yamaha de Roberts, Sete y Kenny Jr... memorables. O las proezas en 125 y en 500 de Crivillé, aquellas apuradas de frenada de infarto de Emilio Alzamora a finales de los 90 con su 125 o, sin ir más lejos, la temporada 2010 de su pupilo Marc Márquez.

Recuerdo, aún mejor, las sensaciones que nos producian nuestras primeras motos. Ese ruido inconfundible, ese olor, esa primera hacia arriba en el lado derecho... Recuerdo la primera vez que fui a una gasolinera con mi Ducatilla (ya habiamos dejado el campo) y la paciencia que pedia para que me echaran litro a litro mientras intercalaba un chupito de Bradol. Luego cerraba el depósito y agitaba la moto, ¡qué estampa! Como olvidar esos motores pequeñitos pero alegres cuyas averías habituales no te desangraban como ahora, ese acontecimiento que suponia ponerle un tubarro de verdad a tu moto o un carburador AMAL gordo (como el que me regalo ¡¡un profe de la EGB!!) o llegar, satisfecho, a alguna concentración cercana después de haber parado alguna vez para solucionar una perla en la bujía... Muchos estábamos enamorados de motos de campo como la Derbi C-4, la brutal Puch Cobra, las verdes Rieju, las míticas H6 de Montesa, las Cappra, las primeras KTM blancas que llegaron a España... sin olvidar las últimas Ossa o Montesa de carretera, las fantásticas y galácticas RD de 80, 125 o 350 (por las que hubieramos matado sin dudar) o aquellas Hurricane de 75, las mismas con la que comenzó a despuntar Crivillé...

No, no voy a caer en el error de repetir aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor" pero en algunas facetas importantes para mi, como el mantenimiento, el ambiente, el concepto de moto de carreras, el feeling entre equipos y el amor al motociclismo, desde luego que sí. A nivel usuario poco margen de maniobra tenemos ya con nuestras modernas motos. Fantásticas en muchos sentidos, sin duda, pero cuyo mantenimiento dejo de ser algo, más o menos, casero hace décadas. ¿Y en las carreras? Solo hace falta entrar en los boxes de hoy en día o conocer los precios que se manejan para cualquier campeonato o las movidas que hay entre bastidores en algunos equipos. Será nostalgia pero duele ver como pequeños y grandes tesoros se van perdiendo a medida que van pasando los años... Creo que los tiempos que nos están tocando vivir tampoco ayudan a mirar el lado humano o deportivo de nuestro mundillo. Devoramos las novedades con una rapidez inaudita, casi olvidando lo que decíamos ayer o sentiamos hace una semana. Desechamos ideas, diseños y motos que hasta hace dos días venerábamos con demasiada pasión o hipocresía. Gente que lleva cuatro días en las carreras piensa que la única diferencia con el pasado es que antes las carreras eran más peligrosas, punto. Me he llegado a encontrar personajes que no hablan, proclaman, reconociendo luego que no han conocido en su vida ninguna Yamaha 1000 anterior a la R1. (Y algunos de esos "expertos" tienen puestos de responsabilidad en algún equipo o en alguna federación... curioso). Seria útil entender que fuera de la pista no hay que correr tanto y que es bueno apartar el marketing cuando surgen polémicas o épocas de cambio, anteponer la faceta deportiva y humana a los designios de los poderosos. Tanto batiburrillo ocasiona que terminemos, muchas veces, con las manos vacias y el coco confundido... cosas de la era digital, no lo sé. Y, por si fuera poco, entre tanto pequeño caos, se suceden las despedidas. En Cheste asistimos a varias.

Aparte de decir adiós a las queridas 125, despedimos a un gran piloto de la vieja escuela, a Loris Capirossi, uno de esos hombre-moto al que le crecieron los dientes ganando carreras (con una 125 precisamente). Qué raro será ver ahora los grandes premios y no ver su nombre en ninguna parrilla... Para Loris, por supuesto, su moto favorita de carreras fue su Honda NSR500. Una moto bestial que, tal vez, algún día, en algún libro de ingenieria sea tratada como una aberración técnica y deportiva. Pues sí, así era en parte, señores, pero eso precisamente era lo que la hacia tan especial, tan radical, tan de carreras... Por fortuna, las medias tintas y la ambigüedad no eran facetas que predominaran antaño. Tal vez en el futuro no se conciban motores que no sean eléctricos o motos sin software y electrónica que controle hasta el grado de inclinación de tu visera. Espero no llegar a verlo pero nunca se sabe.

Nunca se sabe porque Honda y algún otro actor de la función actuan deprisa y cambian cosas casi de un día para otro. Pienso en las nuevas Moto3, en los designios de Honda y su empacho de válvulas, del rumbo comercial que está tomando Dorna desde hace unos años y del genuino negocio que es lo único que hay detrás de todo esto y el panorama me da un poco de asco y tristeza. Será que algunos inadaptados, nostálgicos o idealistas, como queráis llamarlo, pensamos que las 125 actuales todavia tenian sentido y hueco en las carreras. El problema principal es que nos han bombardeado con tanta mentira y tanta mierda comercial que, si no escarbas, te convencen de que estos motores no tiene ningún futuro, ni en las carreras ni fuera de ellas. Si alguno visitara cualquier país de Asia se daría cuenta de los millones de unidades de estas motos que circulan por sus calles. Los 2T ya no rompen tanto, ni consumen tanto ni son tan poco ecológicos como antaño pero estas tres razones parece que no son suficientemente rentables para muchas fábricas. Hasta ahí el tema a nivel de uso por la calle pero, ay amigo, cuando nos intentan convencer de que en las carreras tampoco tienen sitio ya (pues no son más que un banco de pruebas, una antesala de lo que tendremos luego por las calles y bla bla bla)… ahí la polémica se acrecenta un poco.

¿Qué mejor escuela para los jóvenes talentos que una puntillosa, rabiosa y radical moto de 2T de carreras con un estrecho margen útil en su cuentavueltas? ¿Alguien recuerda que con estas motos de 2T no hacía falta acelerar, girar el puño, para que acelerasen solas y corrieran más? ¿Alguien recuerda un viejo término muy importante que se perderá, el de “manos de pianistas”?, ¿a alguien le importa todavía? Creo que ahora con las “eléctricas” Moto3 puedes abrir mucho antes saliendo de los virajes, y con muchos menos riesgos. ¿Más seguridad? Sí… ¿mejor escuela, como nos intentan convencer algunos? no, creo que no... Olvidate de los viejos "magos", de carburar o abrir tu moto con la ayuda de tu mecánico, ese sabio que sabia limar y carburar como ninguno. Ahora todo será por fax y vía contacto oficial. Por no hablar de los precios, claro... Si te intentan convencer diciendo que para subir a categorías grandes la mejor escuela es comenzar por una Moto3 ríete en su cara porque casi todos los actuales cracks de las categorías superiores corrieron muchos años en 125 y/o 250 y no lo hacen tan mal, ¿verdad?

¿Quién tiene poder para cambiar las motos de carreras? A la cúpula de Dorna, o al menos a su líder visible, no le importa ahora enfadar a las fábricas, según dice en su última entrevista. Inaúdito. ¡Ni tanto ni tal calvo, hombre! Ahora, dice, en la misma entrevista que solo le preocupa aumentar el espectaculo de la categoria reina pero, al mismo tiempo, dice textualmente, sobre las nuevas motos CRT: "Me da lo mismo al nivel que estén. Lo que quiero es que sean competitivas" ¿?¿?¿?¿? ¿En qué quedamos? Me temo que la falta de espectáculo en MotoGP les ha puesto muy nerviosos, demasiado quizá, ahora tildan, literalmente, de "mierda" a las motos que ayudaron a parir hace apenas unos años, las 800. Alucinante, al menos para mi.

¿En qué manos están los reglamentos? La verdad que los reglamentos vigentes durante la última década son dignos de estudio filosófico. Veamos, primero Dorna y las fábricas (perdón, Honda) defenestraron las 500 por varios motivos loables y algunos motivos equivocados (mayor seguridad, decian, ¿seguro?) y nos trajeron unas interesantes 990 de 4T que, sin embargo, pronto exterminaron. Unas 990 que por lo menos todavia derrapaban y avisaban, creaban espectáculo y permitian al piloto una cuota de influencia mayor en los resultados que las actuales motos. Al menos aquellas motos eran pura sangre, auténticas motos de carreras, no tenian el tacto eléctrico ni la previsibilidad de ahora donde cualquier mínima diferencia en el set up o la electrónica decide practicamente el rendimiento en pista. Esos mismos pensadores decapitaron a las 990 en pocas temporadas y crearon una categoría por definición rara de cojones (¡¡800!!, ¿y las 750?) repitiendo el folleto publicitario de "en busca de mayor seguridad y costes más bajos"... otra carcajada al fondo de la sala.

La década avanzó imparable y la cosa se puso muy "téssnica". La electrónica lo inundó todo en las carreras. Su evolución ha sido imparable. Ahi, justo ahi, es donde deberian haberse aplicado algunos controles para evitar la actual "búrbuja" tanto en capacidades como en coste pero no se hizo gran cosa, se abrieron las puertas y los ingenieros más obsesivos convirtieron la categoría reina en una categoría de super-élite donde, desde el 2006, ninguna moto de equipo satélite pudiera ganar una carrera. Simplemente increíble.

Pienso que con el actual nivel de electrónica vivimos en un mundo de casi fantasía que, en la calle, no ayuda a formar a mejores conductores precisamente. La obsesión por la seguridad parece que ha desembocado en pensar qué la tecnología es la clave de todo. Está de moda pensar que la moto lo hará por ti casi todo cuando las cosas se compliquen... Una cosa es que la electrónica te ayude, otra muy distinta es que te mienta. "Ligera" diferencia en la que no caen todos. Y en carreras, salvando las distancias, pasa algo parecido. Con el nivel actual, los pilotos viven en un mundo donde ellos hacen de Alicia rodando en el país de las maravillas (racing) hasta que te pasas sin saberlo y no te salva ni Dios de un buen talegazo. Las motos de carreras modernas de MotoGP no avisan, cuando te das cuenta estás besando el asfalto. Como expresa con precisión el gran Toroloko: "creo que la electrónica esta invadiendo de tal modo que se puede perder el sentido común y la percepcion de las velocidades y riesgos que se corren. La electronica debe ser preventiva no enmascaradora...y yo prefiero que un coche o una moto me derrape un poco...lo justo para manchar los calzoncillos y recordar que esto no es la PlayStation."

Y, volviendo al presente, al 2011 y al cercano 2012, volvemos a temblar. Al menos algunos. La crisis en la categoría reina es evidente, en eso estamos de acuerdo, pero ves las soluciones de los expertos y te da la sensación que seguimos dando palos de ciego. El último invento son las motos RCT, como sabéis, una fórmula que quizá, a partir del 2013, pueda funcionar aunque sacrifique pilotos, el viejo espíritu de prototipos (¿para qué existen las carreras?) y hasta parezca un baile parecido al del ya conocido mundial de SBK pero con más duros de por medio. El problema es la temporada que viene. Con esas motos, que ni son prototipos ni SBK, vamos a ver dos carreras en la misma manga, o sea, un peligroso coctel porque si siguen con diferencias de 3, 4 o 5 sgs. por vuelta habrá auténticas "chicanes móviles" y eso aumentará el peligro entre los pilotos. Curioso que lo conciban y lo permitan, cuando la seguridad es la bandera de muchos autovigilantes del Mundial de Motociclismo.

Señores de Dorna y la MSMA, etc, etc, si quieren cambiar algo en sus reglamentos, si quieren añadir algo que, de verdad, proporcione un poco más de seguridad a los pilotos en las carreras, por favor, obliguen a que los neumáticos de motoGP entren en temperatura antes y que esas motos lleven "botón" de arranque para evitar que muchos pilotos se agarren a los manillares para evitar que se les pare las motos en cualquier caída. Después del lance entre Stoner y Rossi en Jerez ya se habló... y no quiero mencionar el último lamentable suceso derivado, muy posiblemente, de este pequeño "detalle".

Cambiar es inevitable y,normalmente, beneficioso. Es ley de vida. Sin embargo, cuando haces balance y ves todo lo que hemos ido perdiendo por el camino, no sé, da un poco de pena. Perdimos muchas risas en los paddock, el color y el glamour de los patrocinadores de las marcas de tabaco ¿os acordáis?, perdimos esas salidas en silencio al empujón, esos cascos reconocibles de nuestros ídolos, perdimos la categoría de 350, luego la mítica 50 que apenas sobrevivió unas pocas temporadas como 80. Perdimos las carreras en pistas míticas como Spa, Suzuka o el mismo Jarama, aquellas fórmulas de promoción asequibles, aquellas derrapadas salvajes, aquel Superprestigio a final de año, aquellas motos de serie de 750 fabulosas y con personalidad como la ZXR o la RC30... Perdimos también las brutales 500 de 2T, quizá la máxima expresión de motos de carreras que, precisamente, diferenciaba sin tapujos a los grandes pilotos de los muy grandes. Perdimos, poco después, las motos de carreras más equilibradas de la historia, las 250... y ahora, para rematar, el olor y el viejo humo azul de las bellas 125. Por perder, hasta parece que algunos han perdido el sentido común... En fin, al menos nos quedarán las eternas Vespas, creo que seguirán existiendo durante las próximas décadas sin muchos cambios.

De corazón, para todos los que atacaron o atacan a las motos de 2T sin saber lo que dicen, y en especial a los que han decidido extinguir a las 125 les dedicamos efusivamente el gesto de Barry en la foto de arriba. Salud y gasolina para todos los demás.

http://www.youtube.com/watch?v=eHSyfjwaT8k

La concha del caracol

Hace muchos años leí un libro alucinante de J.J. Benítez sobre su ídolo, Julio Verne, uno de mis escritores favoritos. Trataba sobre la autobiografía cifrada por el propio escritor francés y oculta en una de sus obras más conocidas. De esa manera me enteré de cómo fue su vida, al menos en parte. Una vida llena de sucesos, pensamientos, tragedias sentimentales y aventuras fuera de lo que solemos catalogar como "normal". Verne solía decir que se escondía en su "camarote" (su despacho) intentando alejarse del mundanal ruido, de los problemas domésticos y sus, casi siempre, aburridas trivialidades. Se escapaba a menudo inundándose en sus ideas, en sus papeles pero cuando podía se lanzaba a la mar, a navegar y vivir parte de sus aventuras imaginadas. Como diría seguramente Schopenhauer, su mundo interior era muy rico, muy vasto. Y como dije yo una vez, los que son así no necesitan de eventos ajenos, estímulos externos, modas, influencias o tendencias para seguir su camino, batallar, crear o hacer lo que más les gusta. Supongo que esa gente es la que es realmente libre aunque el precio no sea baladí ni sea una manera de vivir fácil. Muy bien hasta ahí. Hablo de todo esto porque Verne y mi padre comparten, fíjate tú, una máxima que yo, otra vez, no me creo, no me puedo creer, al menos todavía. Los dos dicen que la vida, al final, suele ser justa con casi todos. Vamos, que cada uno recibe al final lo que se merece, que recoge lo que sembró. Ojala, ¡ojala!

Cuando el domingo vimos como un piloto de solo 24 años nos dejaba prematuramente no pude evitar pensar en esa afirmación de los sabios. No es la primera vez que me lo pregunto. Y no por saber que estas cosas pueden pasar dejamos de sufrirlas. Nunca preguntaré cómo es posible que sucedan estos accidentes, hace ya muchas etapas que aprendimos y aceptamos que montar en moto no conlleva los mismos riesgos que jugar al ajedrez o dar patadas a un balón. Lo sabemos pero eso es lo de menos... lo que sucedió el domingo no es justo, nunca lo es, y menos si tienes 24 años, o solo 19 como Shoya, o 13 como Peter...

Yo no era fan de Simoncelli, ni era uno de mis pilotos favoritos (de hecho critiqué muchas de sus polémicas acciones dentro de la pista, sobre todo las que hizo en 250) pero, al mismo tiempo, admiraba su valentía, su bravura y esa "chispa" que tanto falta en el paddock de nuestros días, ese inconformismo, ese querer más... Por eso precisamente aprecié mucho, como simple aficionado (no soy nadie para juzgar a un guerrero así), que puliera, a partir de mitad de temporada, las aristas más feas de su brillante talento para pilotar a saco una moto. Sí, para mi, en alguna ocasión en 250 superó la barrera de lo admisible. Sigo pensando que, en ocasiones, el problema era que pilotaba como si no hubiera otros corredores en pista. En esas temporadas jamás le vi rectificar una trazada, levantar la moto para evitar un contacto... Ahora su estilo estaba cambiando, nos consta, mejorando, directo a la cumbre.
Además de eso lo que más me gustaba de este singular león era su forma de ser cuando se quitaba su armadura de combate. Su estilo frente a la vida. Incluso, en ocasiones, él, como su amigo Rossi, me recordaba un poco a Barry o a Lucky o a Randy o a "Pana" o al padre de Valentino. Qué distintos a esos pilotos sosos de ahora que se encierran en sus motorhomes (y solo se mojan con bebidas isotónicas, como decía Lucchinelli el año pasado en Misano). Marco no se escondia detrás de su círculo o detrás de una pantalla de ordenador. Mira que le dieron caña pero no dejo de dar la cara, grande. En fin, creo que solo nos quedaban cuatro tipos de la vieja escuela en el Mundial y, puta fatalidad, dos de ellos, el loco de Edwards y Rossi, han tenido que ser los coprotagonistas de este drama. Maldito gran premio. Otra vez la misteriosa realidad supera a la más fea fantasía.

El lunes, camino del quiosco, me preguntaba como estaría su familia y el pobre Fausto Gresini. Qué paradoja, en apenas unas pocas semanas hemos pasado de una considerable satisfacción motera (título de Checa, curva Santiago Herrero) a una vieja sensación de tristeza y abatimiento. Insisto, no por saber cómo funcionan las cosas deja uno de sentir los palos. Malditos sean los que decidieron poner a todo color, en el MARCA, ocupando mucho espacio, una foto horrible y morbosa del accidente de Malasia donde se ve, de frente, el atropello. ¿Vendisteis muchos más ejemplares el lunes?, ¿Cuantos cm2 dedicasteis a Marco cuando ganó su título en el 2008? Algunos "profesionales" dan ASCO. No lo conseguiréis, esa no será la última imagen de Simoncelli en nuestra memoria. Felicidades a Dorna y TVE por hacer justo lo contrario con sus imágenes en directo y en diferido.

¿Con qué nos quedamos? con su ejemplo, incluso el último, luchando hasta el final, con su valentía, con su humor y con su fidelidad a su propia libertad. Entendiendo por ese concepto, libertad, la capacidad que tenemos de elegir, más que por ese típico dejarse llevar siempre. Marco voló libre y eligió convertirse en un guerrero moderno, en un piloto de carreras hasta sus últimas consecuencias, muriendo en la arena sin rendirse un solo segundo. "Gladiator, gladiator" decían en el aeropuerto de Roma al recibirlo...

Qué amargo es escuchar en la radio, o donde sea, a algunos “expertos” que juzgan sin saber de lo que hablan. Menos mal que también hablan los que han vivido en los grandes premios durante muchos años. En general, otra vez, dos grandes “bandos”, dos grandes opiniones. Qué diferentes somos algunos de otros. No hay seguridad, buena suerte ni burbuja que dure intacta cien años pero algunos tratan de engordar esa concha para que les proteja de sus miedos, de los peligros, de los demás... Muchos viven con esa concha dura y pesada sobre sus espaldas y se mueven torpes, lentos, muy lentos, como caracoles. Bípedos pacíficos (en el peor sentido de la palabra) que se arrastran por el mundo buscando triunfos y alegrías fáciles, destacar a costa de otros, sobrevivir muchos años a casi cualquier precio.

Menos mal que nos quedan los “raros”, los idealistas y los guerreros. Adelgazan sus conchas para poder avanzar más deprisa, más libres y sentirse más vivos. El precio que pagan por esa decisión es ser más vulnerables ante cualquier tropiezo serio. Lo aceptan. Algunos no lo entienden pero lo respetan. Otros ni lo entienden ni los respetan. A veces los llamamos cariñosamente “locos maravillosos”, “favoritos” o “niños grandes”… Algunos no comprenderán esa elección ni en cien vidas, jamás entenderán la letra de canciones como el "I'm eighteen" de Alice Cooper. Ninguno tenemos la clave de la vida y mucho menos la clave de la (supuesto tesoro) inmortalidad. Algunos buscan la clave y su propio yo corriendo en moto o llegando al polo Norte caminando. Para ello se marcan objetivos y adelgazan su concha... sabiendo que no hay auténtica vida sin lucha, sin esfuerzo, sin bregar en algún desafío más o menos duradero, sin caer y levantarse del suelo, sin conseguir pulir alguna destreza, lograr algún objetivo vital. Quién no se cae alguna vez o no tropieza es porque no ha hecho nada reseñable en su vida.

Esta pequeña reflexión va dedicada a esos maravillosos locos que todavía nos encontramos por el camino. Por todos aquellos, conocidos o no, que suelen vivir al sur de la razón, por aquellos que, en ocasiones, hacen justo lo contrario a "lo razonable", a lo "políticamente correcto", que evitan cruzarse de brazos esperando milagros, a los que estiman más la calidad que la cantidad, la vivencias al número de años, a los que hacen lo que el corazón les pide aunque al final, en ocasiones, no les comprendan, a esos discretos guerreros y guerreras que nos enseñan con sus acciones hasta dónde podemos llegar si hay voluntad y co...raje. En estos tiempos tan cerebrales, tan de robots, tan de ovejas, no nos podemos permitir el lujo de quedarnos sin ellos ni con sus más famosos ejemplos.

Va por ti, Marco, ejemplo de vitalidad humana, uno de los nuestros. Inconformista y valiente piloto, honesto y simpático ser humano, cabalga en paz guerrero del número 58.



"HACIA LA INMORTALIDAD Y LA ETERNA JUVENTUD." Epitafio de Julio Verne

Los atrevidos amigos de la justicia

Dice la leyenda que, en estos días, todavía quedan personas amantes de la justicia sobre este desolado planeta fútbol. Atrevidos humanistas que esperan y aman que dos y dos sumen cuatro y que la suerte, la buena, sonría a los valientes. Tan acostumbrados a vivir en un mundo donde la justicia suele brillar por su ausencia, donde los gobiernos rescatan a los bancos en quiebra pero no a sus ciudadanos, donde tantos solo se relacionan por el interés, donde te plantan radares ocultos en mitad de una recta de cuatro kms o dónde, a veces, la mujer de la que te enamoras piensa que solo quieres pasar un buen rato, en fin, tan acostumbrados a tanto palo todavía cuesta asimilar lo que vivimos la semana pasada. Es tan extraño ver actuar a la dama de la balanza que las pocas veces que lo hace hay que registrarlo, celebrarlo y, más tarde, contarlo siempre que haga falta. En esa estamos. Vamos por orden...

Todo ha sucedido en el trascurso de una semana. Parece que los astros se alinearon desde la tarde del lunes 3 al soleado domingo 9 de octubre. La luna y el sol, la pasión y la razón. Primero, el lunes, bajo la luz de la luna, en Sant Fruitós de Bages, pudimos asistir al caluroso recibimiento de un gran campeón querido por todos: Sir Carlos Checa. Digo lo de "Sir" no solo porque sea un auténtico caballero dentro y fuera de las pista sino porque ha ganado un complicado y fantástico campeonato del Mundo de Superbikes, un mundial que parecia, hasta el año pasado, practicamente coto privado de los pilotos anglosajones. Lo de Checa ha sido tan agradable como merecido, para algunos una especie de "recompensa" a toda una vida dedicada a la motos, opinión a la que me sumo aunque está claro que es, ante todo, el premio a una temporada casi perfecta. Pocos pilotos son tan currantes como Carlos, un tio con una sensibilidad humana y motera fuera del alcance de la mayoría. ¿Quién no se ha alegrado de su título? supongo que el "simpático" Biaggi... sinceramente, que le den por dónde amargan los pepinos si no se lo ha sabido tomar con deportividad. Así es la vida. El nuevo campeón, además, no ha ganado con la moto más potente ni la más rápida pero sí posiblemente con la mejor combinación piloto-equipo-moto. Chapeau por todos ellos. Justo premio. Os cuento un poco lo que vivi aquella tarde en su patria chica.
Son aproximadamente las 18h25. Llego al polideportivo municipal avanzando por una calle que linda con un parque infantil. Aparco tranquilamente mientras me ubico y busco con la mirada algún bar cercano. Las tripas rugen, llevo todo el día sin comer (sí, sí), pero lo que quiero es beber algo fresco. Los viajes exprés regalan a veces estas sensaciones, ok. Avanzo unos veinte metros y contemplo la estatua dedicada al campeón. Solo la habia visto en fotos, es la primera vez que paso por este pueblo (tan cerca del pueblo de los Elías, Manresa). Pues nada, me informo y todos los bares más próximos están cerrados (curioso) salvo el del propio polideportivo. Antes de subir prefiero hacer algunas fotos tranquilo mientras veo como algunos operarios preparan el escenario, los altavoces y las pancartas. La cosa promete pero todavía luce mucho el sol, habrá que esperar a que caiga un poco la noche. La idea que mencionaba el ayuntamiento en su página web era que se haria un recorrido en moto acompañando al campéon por las calles y carreteras de la zona hasta llegar luego al polideportivo y empezar alli la fiesta. Antes de que la noche caiga veo una moto familiar: una veterana XS400 pintada con los colores de Yamaha América y con dos faritos (en lugar del cuadrado original). La he visto en muchas fotos. Junto a ellas varias más... Tienen que ser los "Tortugas", les había avisado y el encuentro es bastante improvisado, de los que molan. Bajan de Andorra, de hacer "contrabando". Enseguida les silvo y veo que Gregg y su nueva MuebleUve me saludan. Antes de tomar algo hablamos con los que organizan el sarao. La ruta arranca desde una discoteca donde Checa saluda casi uno a uno a todo el mundo, increíble, ¡qué tio! La marabunta llega pasado las ocho de la tarde. Aparte de mucha gente congregada y muchas motos vemos varios medios pululando por alli (TV3, TVE). Gracias a uno de los amigos de Gregg, Carlos, que me sirve de traductor simultáneo, me entero de lo que comenta el speaker. Luego, por fin, sube el protagonista al escenario. Como era de esperar, muestra una gran sonrisa en la cara y enseguida agradece aquel baño de multitudes. Me gusta una de sus frases: "si llego a saber que me ibaís a recibir asi hubiera sido campeón mucho antes". Luego habla su hermano David (otro campeón del mundo, de Endurance) y demás invitados. Se percibe el cariño y el calor humano de los vecinos, incluyendo a muchos niños de la comarca que le han escrito mensajes en postales y cartas.
Inevitable, hablamos un poco de sus hazañas, ¡cuantos años luchando para ser campeón, para triunfar y mirar desde lo más alto! Todos recordamos la tragedia que vivió en Donington 98 pero no fue la única sombra que cruzó su camino. Recuerdo, pocos años después, algún momento de bajón, como aquella mala racha con la Yamaha Marlboro. Tan tocado estaba Carlos que llegó a probarse a si mismo con su R1 varias veces en circuitos no mundialistas, para ver dónde estaba, si se le habia olvidado montar en moto o no. Creo que algunos recordaréis aquella "anécdota"... Todo eso ha quedado atrás, claro.
Personalmente, también me alegro por Ducati, esa gran marca que tan mal lo esta pasando con su piloto estrella en motoGP, ¡Forza Ducati! Así, como quién no quiere la cosa, Carlos ha sembrado, desde la temporada 2010, un producto espectacular que, además, tiene visos de no haber tocado techo. Estoy seguro que durante la próxima temporada, con mayor apoyo de fábrica, Checa seguirá dándonos muchas alegrías.
Durante estos días hemos rememorado algunas de sus carreras. Quizá merezca la pena recordar aqui la primera que hizo con una NSR 500. Obviamente, fue antes de aquel memorable triunfo en Montmeló de 1996, antes también de su machada en aquella pista un año antes cuando, liderando el GP, cayó y no pudo ni terminar la prueba. Me refiero a aquella exótica y alucinante carrera del SuperPrestigio organizado por los amigos de Solo Moto (último SuperPrestigio celebrado). Fue a finales de 1994 y se disputó a dos mangas en el circuito de Albacete. Las monstruosas 500 de 2T iban a correr en La Torrecica, increíble. Los pilotos mundialistas estrenaban ya sus futuros dorsales y la participación de Checa fue inesperada. Entre los pilotos invitados un retirado Carlos Cardús o un “tal” Mamola, aparte de unos rapidísimos Norick Abe, Alex Barros o Alex Crivillé… La Honda del equipo de Sito fue la estrella mediática del fin de semana. Para empezar, en la moto de Alberto Puig (convaleciente) se subió el viernes el bueno de Juan Bautista Borja que se lesionó. El sábado llamaron a un jovencito Checa que apenas tuvo tiempo para conocer aquella poderosa NSR. Con solo dos horas de entrenamientos y el warm up salió en carrera y nos regaló todo un recital de coraje. Su montura daba bandazos casi en cada curva (excesos con el gas) pero terminó la primera manga en tercera plaza (si no recuerdo mal). En la segunda no pudo evitar besar el suelo. Fue una jornada memorable que tengo grabada en VHS. Como dice el amigo Juan Cañadas (que fue bandera aquel día en Albacete) Checa le echo un par de cojones, y dejo el sello”. Ese día todos comprendimos que aquel tio llegaría lejos. Asi ha sido. Volvemos a casa bajo la luz de la luna otra vez. El homenaje sigue a toda pastilla, con fuegos, música, bebidas gratis y mucho ruído pero algunos no nos podemos quedar más horas. Mereció la pena hacer la visita. Después de tantos años de luces y sombras, por fin se hizo justicia, ¡ENHORABUENA, CAMPEON!
Pasamos unos días fantásticos mientras el fin de semana se acerca. En el horizonte, otra celebración que festejar. Un tributo muy serio, muy querido, demasiado tiempo atrasado... por fin una mención oficial al, para muchos, el más grande que ha dado este país: Santiago Herrero. La curva número 13 (o, como dijeron, 12+1, por deferencia al campeonísimo) del circuito de Albacete llevará su nombre a partir del día 9. El esperado y merecido homenaje se celebrará aprovechando el domingo de carreras del Campeonato de Europa. Allá vamos en familia.
Domingo, circuito de La Torrecica. Intentamos meter el coche en la zona de paddock, cerca de la cafetería, como tantas veces, pero esta vez no cuela. Hablar de viejos amigos famosos o contar alguna milonga no sirve esta vez, no llevamos el pase. Ok, no problem, aparcamos justo frente al túnel.
Parece mentira pero han pasado más de cuarenta años, ¡cuarenta y uno para ser exactos!, para que en este santo país, por fin, alguna institución se digne a homenajear oficialmente al campeón madrileño (y bilbaino de adopción) que abrió la senda a los más grandes campeones españoles sobre dos ruedas. Ya lo hemos hablado otras veces, ¿en qué país vivimos?, ¿qué memoria deportiva e histórica conservamos? Qué diferentes somos de otros europeos, no te digo ya de los ingleses que suelen conceder lo más altos galardones a sus pilotos más importante (Hailwood, Read, Sheene, etc).. ¡y en vida! Eso sí que es saber hacer las cosas.

Volvemos a la histórica mañana: bajamos del coche y vemos un cartel gigante que indica la dirección hacia la tribuna "Santiago Herrero". Me imagino cual es y también que los simples mortales estaremos lejos del acto de tributo hacia nuestro héroe. Es lo de menos, o casi, pero no costaria mucho hacer las cosas mejor, realmente bien. No lo digo tanto por mi, me jode por mi padre y muchos fans, sobre todo por los que han venido de lejos, de fuera de nuestras fronteras incluso. Pienso que, además, seguro que ni enchufan la megafonía y nos quedamos sin ver ni oír (como odio no equivocarme en estas cosas, coño). Pues nada, allá que vamos, El Mudo, mi padre, mi Laura y yo, esperando ver ya caras conocidas aunque a esas horas está todo bastante tranquilo, falta más de media hora para que arranque la primera carrera, la de Superstock1000.
No pasan ni cuatro minutos y ya estamos hablando con el viejo piloto y campeón de motocross (bueno, y piloto de Velocidad) José Angel Mendivil y otros conocidos que peinan canas. Acto seguido, nos regalan las camisetas chulas que han tenido el detalle de preparar para los que llegan a la grada, con el dibujo inconfundible e inimitable de Herrero sobre fondo blanco. Luego nos acomodamos en los asientos y empezamos a saludar a más amigos, conocidos y desconocidos, da igual, alli todos estamos por el mismo sentimiento. Muchos nos conocemos por el grupo que se creó en Facebook "Calle en Madrid para Santiago Herrero". Un grupo de nostálgicos justicieros a los que algunos medios, como la revista Solo Moto, han dado su cobertura y colaboración. De ellos ha sido la iniciativa de rememorar a Santi de una vez por todas. Muchas caras conocidas en la grada, ya os digo. Charlamos, por ejemplo, con Paco Codes, otro sabio que tiene el detallazo de regalarle su gorra a mi hija. Ingleses, catalanes, castellanos, franceses (de adopción o no), manchegos, valencianos, madrileños, etc, creo que están casi todos los miembros más activos del grupo. ¡Cuanta buena gente junta! Por fin nos conocemos en persona unos cuantos, genial. Hecho de menos a Merche de Terrassa y a Gerard, seguro que no han podido venir por alguna causa mayor, lástima.
Enseguida miramos hacia el otro lado del viraje. Es la curva 13, como el número de la milla donde tuvo el trágico accidente. Mi padre nos lo recuerda, yo ni habia caído en esa ¿casualidad? La curva es estupenda, la de entrada a meta, una curva rápida de derechas, viraje dónde se disfruta mucho y donde, sin duda, se seguirán decantando algunas llegadas a meta. La única parte negativa de esta elección (lo siento, no es por ser aguafiestas) es que al elegir esa curva dudo que deje de ser... una curva. Me explico: cuando se habló de alargar el trazado manchego la idea, así la contaron, era utilizar los terrenos que hay justo detrás de la tribuna y de la curva en cuestión. Son terrenos del ayuntamiento y esa futura ampliación parecia muy factible técnica y burocráticamente. Ahora, entre la crisis y el nombramiento de esta curva se nos antoja más dificil que el trazado se amplie. Solo el tiempo lo dirá, no adelantemos acontecimentos.

Desde nuestros asientos vemos el monumento cubierto por una bandera española, ok. Como era de esperar, solo los personajes Vips podrán acceder a la curva. Algunos comentarios que surgen están cargados de razón: está muy bien que, por supuesto, obviamente, los protagonistas de la ceremonia y algunas autoridades estén alli, ¡quién lo duda!, pero hay sitio suficiente para haber preparado una grada provisional o, si me apuras, una zona donde estuvieramos de pie, calladitos, sin molestar (lo juramos). Las docenas de amigos de Santiago Herrero que han viajado desde muy lejos se quedan en las gradas, alejados, solo un grupo con pase especial puede disfrutar realmente de este histórico tributo. Familia, autoridades, pilotos en activo, expilotos, prensa... Por supuesto, alguno diréis que todo eso es casi lo de menos, lo importante es que el protagonista fuera y sea el gran piloto madrileño. ¡¡Sí!! os contestaré... pero no es excluyente. ¿Cuantos viejos aficionados, amigos incluso del bravo Santi, han esperado décadas para asistir a este reconocimiento y, al final, se han quedado con la miel en los labios? ¿Cuantos han viajado a pesar de su mala salud (algunos realizando por carretera más de 1000 kms, desde el sur de Francia o desde Santander, por ejemplo) para terminar sentados en una grada donde ni se ve ni se oye nada? ¡No es de recibo! A todos nos hubiera gustado ver y escuchar a Angel Nieto y las cálidas palabras de la alcadesa. No insistiré más en este tema.
Al margen de todo esto, bravo por Sánchez-Marin y por Angel Nieto, por todos los que han aportado su granito de arena para que este homenaje haya sido posible. La mañana, por supuesto, a pesar de esto que os cuento es estupenda, simpática, humana... Alucino cuando me presenta mi padre al gran Esteban Oliveras, el mecánico y camarada de aventuras durante tantos años de Santi. Acompañado de su gentil esposa, después de darle la enhorabuena, nos permite hacernos unas fotos con él. Nos alegramos mucho porque recibirá, por parte de la Federación, una bonita placa (¡¡qué menos!!). También nos alegramos, y mucho, por los hermanos de Santiago Herrero, Arturo y Maribel que, os puedo asegurar, se emocionaron con las muestras de cariño que recibieron a lo largo del día. Imagino que no olvidarán esa jornada jamás. Triste decirlo pero supongo que ya habian perdido toda esperanza...
Avanza la mañana y disfrutamos de las carreras, de pasear por el paddock con los colegas Juan y Enrique (expilotos y albaceteños, ¡no veas lo que saben de carreras!). El Mudo no para de hablar (¡qué raro!) y de hacerse fotos. Empieza con Nieto que ya le debe temer, también con algunas paragüeras despistadas que le hacen invisible en las fotos, claro. Otra de sus presas es la familia Marquez. También vemos a un gran piloto de 125 que nos hizo disfrutar como enanos hace muchos años, el valiente Ezio Gionola. Más viejos conocidos por doquier, el gran Nacho Medina, el presi de nuestra Federación o Parajuá, el actual boss de Kawasaki, que se mueve en scooter. Nos quedamos con ganas de ver de cerca al "Técnic", a Giró.

Después de almorzar con nuestro valenciano más "clásico", Paco Motos, en el pueblecito de Tinajeros, volvemos al monolito para estar presentes en la entrega de la corona de grupo y para poder descubrir, por fin, un monumento que, creo poder decir, representa la voluntad de muchos aficionados, no solo de los que lo vieron de cerca por la mañana. Después de guardar un minuto de silencio, nos saludamos otra vez, algunos visiblemente emocionados y también charlamos con dos veteranos y grandes amantes del motociclismo, Paco Peña y Paco Desamparados. Para rematar la "faena", tenemos el privilegio de poder observar de cerca la mítica Ossa 250, la que Alguersuari ha sacado de su despacho para que presida el homenaje.
La paz y el cariño que se respira a esas horas por alli es fantástico. Nos hemos quedado solos. Ya no rugen los motores. En mi humilde opinión la curva con su nombre está muy bien pero se me antoja poco, quizá si algún día se construye otro circuito en Madrid debería llevar su nombre, por no hablar de la calle. Sé que muchos moteros, jovenes y no tan jovenes, no entienden mucho este "supuesto" ataque de nostalgia. Incluso algunos nos tachan de exagerados. No importa. Si conocieran en detalle la historia de Santiago Herrero posiblemente pasarian por varias fases, basicamente del estupor al reconocimiento infinito. Angel Nieto suele decir de su viejo amigo, rival y maestro algo que me encanta "él sí iba rápido". Joder, se me ponen los pelos como escarpias. Según Alguersuari la diferencia entre Nieto y Herrero era que el primero sí ponía, en ocasiones, algún límite a su pasión, a sus ganas. Con Santiago Herrero ese techo no existia, lo daba todo, era puro corazón, incluso ante las batallas perdidas. Pocos, poquisimos pilotos y poquisimas personas pueden transmitirnos un mensaje humano tan arrollador, tan vehemente, tan grande. Ese es su legado y por eso será siempre una referencia, un ejemplo y nuestro héroe favorito. Fuiste el mejor, campeón. Ojala te haya llegado el aplauso de tanta gente que te quiere.


GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...