La concha del caracol

Hace muchos años leí un libro alucinante de J.J. Benítez sobre su ídolo, Julio Verne, uno de mis escritores favoritos. Trataba sobre la autobiografía cifrada por el propio escritor francés y oculta en una de sus obras más conocidas. De esa manera me enteré de cómo fue su vida, al menos en parte. Una vida llena de sucesos, pensamientos, tragedias sentimentales y aventuras fuera de lo que solemos catalogar como "normal". Verne solía decir que se escondía en su "camarote" (su despacho) intentando alejarse del mundanal ruido, de los problemas domésticos y sus, casi siempre, aburridas trivialidades. Se escapaba a menudo inundándose en sus ideas, en sus papeles pero cuando podía se lanzaba a la mar, a navegar y vivir parte de sus aventuras imaginadas. Como diría seguramente Schopenhauer, su mundo interior era muy rico, muy vasto. Y como dije yo una vez, los que son así no necesitan de eventos ajenos, estímulos externos, modas, influencias o tendencias para seguir su camino, batallar, crear o hacer lo que más les gusta. Supongo que esa gente es la que es realmente libre aunque el precio no sea baladí ni sea una manera de vivir fácil. Muy bien hasta ahí. Hablo de todo esto porque Verne y mi padre comparten, fíjate tú, una máxima que yo, otra vez, no me creo, no me puedo creer, al menos todavía. Los dos dicen que la vida, al final, suele ser justa con casi todos. Vamos, que cada uno recibe al final lo que se merece, que recoge lo que sembró. Ojala, ¡ojala!

Cuando el domingo vimos como un piloto de solo 24 años nos dejaba prematuramente no pude evitar pensar en esa afirmación de los sabios. No es la primera vez que me lo pregunto. Y no por saber que estas cosas pueden pasar dejamos de sufrirlas. Nunca preguntaré cómo es posible que sucedan estos accidentes, hace ya muchas etapas que aprendimos y aceptamos que montar en moto no conlleva los mismos riesgos que jugar al ajedrez o dar patadas a un balón. Lo sabemos pero eso es lo de menos... lo que sucedió el domingo no es justo, nunca lo es, y menos si tienes 24 años, o solo 19 como Shoya, o 13 como Peter...

Yo no era fan de Simoncelli, ni era uno de mis pilotos favoritos (de hecho critiqué muchas de sus polémicas acciones dentro de la pista, sobre todo las que hizo en 250) pero, al mismo tiempo, admiraba su valentía, su bravura y esa "chispa" que tanto falta en el paddock de nuestros días, ese inconformismo, ese querer más... Por eso precisamente aprecié mucho, como simple aficionado (no soy nadie para juzgar a un guerrero así), que puliera, a partir de mitad de temporada, las aristas más feas de su brillante talento para pilotar a saco una moto. Sí, para mi, en alguna ocasión en 250 superó la barrera de lo admisible. Sigo pensando que, en ocasiones, el problema era que pilotaba como si no hubiera otros corredores en pista. En esas temporadas jamás le vi rectificar una trazada, levantar la moto para evitar un contacto... Ahora su estilo estaba cambiando, nos consta, mejorando, directo a la cumbre.
Además de eso lo que más me gustaba de este singular león era su forma de ser cuando se quitaba su armadura de combate. Su estilo frente a la vida. Incluso, en ocasiones, él, como su amigo Rossi, me recordaba un poco a Barry o a Lucky o a Randy o a "Pana" o al padre de Valentino. Qué distintos a esos pilotos sosos de ahora que se encierran en sus motorhomes (y solo se mojan con bebidas isotónicas, como decía Lucchinelli el año pasado en Misano). Marco no se escondia detrás de su círculo o detrás de una pantalla de ordenador. Mira que le dieron caña pero no dejo de dar la cara, grande. En fin, creo que solo nos quedaban cuatro tipos de la vieja escuela en el Mundial y, puta fatalidad, dos de ellos, el loco de Edwards y Rossi, han tenido que ser los coprotagonistas de este drama. Maldito gran premio. Otra vez la misteriosa realidad supera a la más fea fantasía.

El lunes, camino del quiosco, me preguntaba como estaría su familia y el pobre Fausto Gresini. Qué paradoja, en apenas unas pocas semanas hemos pasado de una considerable satisfacción motera (título de Checa, curva Santiago Herrero) a una vieja sensación de tristeza y abatimiento. Insisto, no por saber cómo funcionan las cosas deja uno de sentir los palos. Malditos sean los que decidieron poner a todo color, en el MARCA, ocupando mucho espacio, una foto horrible y morbosa del accidente de Malasia donde se ve, de frente, el atropello. ¿Vendisteis muchos más ejemplares el lunes?, ¿Cuantos cm2 dedicasteis a Marco cuando ganó su título en el 2008? Algunos "profesionales" dan ASCO. No lo conseguiréis, esa no será la última imagen de Simoncelli en nuestra memoria. Felicidades a Dorna y TVE por hacer justo lo contrario con sus imágenes en directo y en diferido.

¿Con qué nos quedamos? con su ejemplo, incluso el último, luchando hasta el final, con su valentía, con su humor y con su fidelidad a su propia libertad. Entendiendo por ese concepto, libertad, la capacidad que tenemos de elegir, más que por ese típico dejarse llevar siempre. Marco voló libre y eligió convertirse en un guerrero moderno, en un piloto de carreras hasta sus últimas consecuencias, muriendo en la arena sin rendirse un solo segundo. "Gladiator, gladiator" decían en el aeropuerto de Roma al recibirlo...

Qué amargo es escuchar en la radio, o donde sea, a algunos “expertos” que juzgan sin saber de lo que hablan. Menos mal que también hablan los que han vivido en los grandes premios durante muchos años. En general, otra vez, dos grandes “bandos”, dos grandes opiniones. Qué diferentes somos algunos de otros. No hay seguridad, buena suerte ni burbuja que dure intacta cien años pero algunos tratan de engordar esa concha para que les proteja de sus miedos, de los peligros, de los demás... Muchos viven con esa concha dura y pesada sobre sus espaldas y se mueven torpes, lentos, muy lentos, como caracoles. Bípedos pacíficos (en el peor sentido de la palabra) que se arrastran por el mundo buscando triunfos y alegrías fáciles, destacar a costa de otros, sobrevivir muchos años a casi cualquier precio.

Menos mal que nos quedan los “raros”, los idealistas y los guerreros. Adelgazan sus conchas para poder avanzar más deprisa, más libres y sentirse más vivos. El precio que pagan por esa decisión es ser más vulnerables ante cualquier tropiezo serio. Lo aceptan. Algunos no lo entienden pero lo respetan. Otros ni lo entienden ni los respetan. A veces los llamamos cariñosamente “locos maravillosos”, “favoritos” o “niños grandes”… Algunos no comprenderán esa elección ni en cien vidas, jamás entenderán la letra de canciones como el "I'm eighteen" de Alice Cooper. Ninguno tenemos la clave de la vida y mucho menos la clave de la (supuesto tesoro) inmortalidad. Algunos buscan la clave y su propio yo corriendo en moto o llegando al polo Norte caminando. Para ello se marcan objetivos y adelgazan su concha... sabiendo que no hay auténtica vida sin lucha, sin esfuerzo, sin bregar en algún desafío más o menos duradero, sin caer y levantarse del suelo, sin conseguir pulir alguna destreza, lograr algún objetivo vital. Quién no se cae alguna vez o no tropieza es porque no ha hecho nada reseñable en su vida.

Esta pequeña reflexión va dedicada a esos maravillosos locos que todavía nos encontramos por el camino. Por todos aquellos, conocidos o no, que suelen vivir al sur de la razón, por aquellos que, en ocasiones, hacen justo lo contrario a "lo razonable", a lo "políticamente correcto", que evitan cruzarse de brazos esperando milagros, a los que estiman más la calidad que la cantidad, la vivencias al número de años, a los que hacen lo que el corazón les pide aunque al final, en ocasiones, no les comprendan, a esos discretos guerreros y guerreras que nos enseñan con sus acciones hasta dónde podemos llegar si hay voluntad y co...raje. En estos tiempos tan cerebrales, tan de robots, tan de ovejas, no nos podemos permitir el lujo de quedarnos sin ellos ni con sus más famosos ejemplos.

Va por ti, Marco, ejemplo de vitalidad humana, uno de los nuestros. Inconformista y valiente piloto, honesto y simpático ser humano, cabalga en paz guerrero del número 58.



"HACIA LA INMORTALIDAD Y LA ETERNA JUVENTUD." Epitafio de Julio Verne

Los atrevidos amigos de la justicia

Dice la leyenda que, en estos días, todavía quedan personas amantes de la justicia sobre este desolado planeta fútbol. Atrevidos humanistas que esperan y aman que dos y dos sumen cuatro y que la suerte, la buena, sonría a los valientes. Tan acostumbrados a vivir en un mundo donde la justicia suele brillar por su ausencia, donde los gobiernos rescatan a los bancos en quiebra pero no a sus ciudadanos, donde tantos solo se relacionan por el interés, donde te plantan radares ocultos en mitad de una recta de cuatro kms o dónde, a veces, la mujer de la que te enamoras piensa que solo quieres pasar un buen rato, en fin, tan acostumbrados a tanto palo todavía cuesta asimilar lo que vivimos la semana pasada. Es tan extraño ver actuar a la dama de la balanza que las pocas veces que lo hace hay que registrarlo, celebrarlo y, más tarde, contarlo siempre que haga falta. En esa estamos. Vamos por orden...

Todo ha sucedido en el trascurso de una semana. Parece que los astros se alinearon desde la tarde del lunes 3 al soleado domingo 9 de octubre. La luna y el sol, la pasión y la razón. Primero, el lunes, bajo la luz de la luna, en Sant Fruitós de Bages, pudimos asistir al caluroso recibimiento de un gran campeón querido por todos: Sir Carlos Checa. Digo lo de "Sir" no solo porque sea un auténtico caballero dentro y fuera de las pista sino porque ha ganado un complicado y fantástico campeonato del Mundo de Superbikes, un mundial que parecia, hasta el año pasado, practicamente coto privado de los pilotos anglosajones. Lo de Checa ha sido tan agradable como merecido, para algunos una especie de "recompensa" a toda una vida dedicada a la motos, opinión a la que me sumo aunque está claro que es, ante todo, el premio a una temporada casi perfecta. Pocos pilotos son tan currantes como Carlos, un tio con una sensibilidad humana y motera fuera del alcance de la mayoría. ¿Quién no se ha alegrado de su título? supongo que el "simpático" Biaggi... sinceramente, que le den por dónde amargan los pepinos si no se lo ha sabido tomar con deportividad. Así es la vida. El nuevo campeón, además, no ha ganado con la moto más potente ni la más rápida pero sí posiblemente con la mejor combinación piloto-equipo-moto. Chapeau por todos ellos. Justo premio. Os cuento un poco lo que vivi aquella tarde en su patria chica.
Son aproximadamente las 18h25. Llego al polideportivo municipal avanzando por una calle que linda con un parque infantil. Aparco tranquilamente mientras me ubico y busco con la mirada algún bar cercano. Las tripas rugen, llevo todo el día sin comer (sí, sí), pero lo que quiero es beber algo fresco. Los viajes exprés regalan a veces estas sensaciones, ok. Avanzo unos veinte metros y contemplo la estatua dedicada al campeón. Solo la habia visto en fotos, es la primera vez que paso por este pueblo (tan cerca del pueblo de los Elías, Manresa). Pues nada, me informo y todos los bares más próximos están cerrados (curioso) salvo el del propio polideportivo. Antes de subir prefiero hacer algunas fotos tranquilo mientras veo como algunos operarios preparan el escenario, los altavoces y las pancartas. La cosa promete pero todavía luce mucho el sol, habrá que esperar a que caiga un poco la noche. La idea que mencionaba el ayuntamiento en su página web era que se haria un recorrido en moto acompañando al campéon por las calles y carreteras de la zona hasta llegar luego al polideportivo y empezar alli la fiesta. Antes de que la noche caiga veo una moto familiar: una veterana XS400 pintada con los colores de Yamaha América y con dos faritos (en lugar del cuadrado original). La he visto en muchas fotos. Junto a ellas varias más... Tienen que ser los "Tortugas", les había avisado y el encuentro es bastante improvisado, de los que molan. Bajan de Andorra, de hacer "contrabando". Enseguida les silvo y veo que Gregg y su nueva MuebleUve me saludan. Antes de tomar algo hablamos con los que organizan el sarao. La ruta arranca desde una discoteca donde Checa saluda casi uno a uno a todo el mundo, increíble, ¡qué tio! La marabunta llega pasado las ocho de la tarde. Aparte de mucha gente congregada y muchas motos vemos varios medios pululando por alli (TV3, TVE). Gracias a uno de los amigos de Gregg, Carlos, que me sirve de traductor simultáneo, me entero de lo que comenta el speaker. Luego, por fin, sube el protagonista al escenario. Como era de esperar, muestra una gran sonrisa en la cara y enseguida agradece aquel baño de multitudes. Me gusta una de sus frases: "si llego a saber que me ibaís a recibir asi hubiera sido campeón mucho antes". Luego habla su hermano David (otro campeón del mundo, de Endurance) y demás invitados. Se percibe el cariño y el calor humano de los vecinos, incluyendo a muchos niños de la comarca que le han escrito mensajes en postales y cartas.
Inevitable, hablamos un poco de sus hazañas, ¡cuantos años luchando para ser campeón, para triunfar y mirar desde lo más alto! Todos recordamos la tragedia que vivió en Donington 98 pero no fue la única sombra que cruzó su camino. Recuerdo, pocos años después, algún momento de bajón, como aquella mala racha con la Yamaha Marlboro. Tan tocado estaba Carlos que llegó a probarse a si mismo con su R1 varias veces en circuitos no mundialistas, para ver dónde estaba, si se le habia olvidado montar en moto o no. Creo que algunos recordaréis aquella "anécdota"... Todo eso ha quedado atrás, claro.
Personalmente, también me alegro por Ducati, esa gran marca que tan mal lo esta pasando con su piloto estrella en motoGP, ¡Forza Ducati! Así, como quién no quiere la cosa, Carlos ha sembrado, desde la temporada 2010, un producto espectacular que, además, tiene visos de no haber tocado techo. Estoy seguro que durante la próxima temporada, con mayor apoyo de fábrica, Checa seguirá dándonos muchas alegrías.
Durante estos días hemos rememorado algunas de sus carreras. Quizá merezca la pena recordar aqui la primera que hizo con una NSR 500. Obviamente, fue antes de aquel memorable triunfo en Montmeló de 1996, antes también de su machada en aquella pista un año antes cuando, liderando el GP, cayó y no pudo ni terminar la prueba. Me refiero a aquella exótica y alucinante carrera del SuperPrestigio organizado por los amigos de Solo Moto (último SuperPrestigio celebrado). Fue a finales de 1994 y se disputó a dos mangas en el circuito de Albacete. Las monstruosas 500 de 2T iban a correr en La Torrecica, increíble. Los pilotos mundialistas estrenaban ya sus futuros dorsales y la participación de Checa fue inesperada. Entre los pilotos invitados un retirado Carlos Cardús o un “tal” Mamola, aparte de unos rapidísimos Norick Abe, Alex Barros o Alex Crivillé… La Honda del equipo de Sito fue la estrella mediática del fin de semana. Para empezar, en la moto de Alberto Puig (convaleciente) se subió el viernes el bueno de Juan Bautista Borja que se lesionó. El sábado llamaron a un jovencito Checa que apenas tuvo tiempo para conocer aquella poderosa NSR. Con solo dos horas de entrenamientos y el warm up salió en carrera y nos regaló todo un recital de coraje. Su montura daba bandazos casi en cada curva (excesos con el gas) pero terminó la primera manga en tercera plaza (si no recuerdo mal). En la segunda no pudo evitar besar el suelo. Fue una jornada memorable que tengo grabada en VHS. Como dice el amigo Juan Cañadas (que fue bandera aquel día en Albacete) Checa le echo un par de cojones, y dejo el sello”. Ese día todos comprendimos que aquel tio llegaría lejos. Asi ha sido. Volvemos a casa bajo la luz de la luna otra vez. El homenaje sigue a toda pastilla, con fuegos, música, bebidas gratis y mucho ruído pero algunos no nos podemos quedar más horas. Mereció la pena hacer la visita. Después de tantos años de luces y sombras, por fin se hizo justicia, ¡ENHORABUENA, CAMPEON!
Pasamos unos días fantásticos mientras el fin de semana se acerca. En el horizonte, otra celebración que festejar. Un tributo muy serio, muy querido, demasiado tiempo atrasado... por fin una mención oficial al, para muchos, el más grande que ha dado este país: Santiago Herrero. La curva número 13 (o, como dijeron, 12+1, por deferencia al campeonísimo) del circuito de Albacete llevará su nombre a partir del día 9. El esperado y merecido homenaje se celebrará aprovechando el domingo de carreras del Campeonato de Europa. Allá vamos en familia.
Domingo, circuito de La Torrecica. Intentamos meter el coche en la zona de paddock, cerca de la cafetería, como tantas veces, pero esta vez no cuela. Hablar de viejos amigos famosos o contar alguna milonga no sirve esta vez, no llevamos el pase. Ok, no problem, aparcamos justo frente al túnel.
Parece mentira pero han pasado más de cuarenta años, ¡cuarenta y uno para ser exactos!, para que en este santo país, por fin, alguna institución se digne a homenajear oficialmente al campeón madrileño (y bilbaino de adopción) que abrió la senda a los más grandes campeones españoles sobre dos ruedas. Ya lo hemos hablado otras veces, ¿en qué país vivimos?, ¿qué memoria deportiva e histórica conservamos? Qué diferentes somos de otros europeos, no te digo ya de los ingleses que suelen conceder lo más altos galardones a sus pilotos más importante (Hailwood, Read, Sheene, etc).. ¡y en vida! Eso sí que es saber hacer las cosas.

Volvemos a la histórica mañana: bajamos del coche y vemos un cartel gigante que indica la dirección hacia la tribuna "Santiago Herrero". Me imagino cual es y también que los simples mortales estaremos lejos del acto de tributo hacia nuestro héroe. Es lo de menos, o casi, pero no costaria mucho hacer las cosas mejor, realmente bien. No lo digo tanto por mi, me jode por mi padre y muchos fans, sobre todo por los que han venido de lejos, de fuera de nuestras fronteras incluso. Pienso que, además, seguro que ni enchufan la megafonía y nos quedamos sin ver ni oír (como odio no equivocarme en estas cosas, coño). Pues nada, allá que vamos, El Mudo, mi padre, mi Laura y yo, esperando ver ya caras conocidas aunque a esas horas está todo bastante tranquilo, falta más de media hora para que arranque la primera carrera, la de Superstock1000.
No pasan ni cuatro minutos y ya estamos hablando con el viejo piloto y campeón de motocross (bueno, y piloto de Velocidad) José Angel Mendivil y otros conocidos que peinan canas. Acto seguido, nos regalan las camisetas chulas que han tenido el detalle de preparar para los que llegan a la grada, con el dibujo inconfundible e inimitable de Herrero sobre fondo blanco. Luego nos acomodamos en los asientos y empezamos a saludar a más amigos, conocidos y desconocidos, da igual, alli todos estamos por el mismo sentimiento. Muchos nos conocemos por el grupo que se creó en Facebook "Calle en Madrid para Santiago Herrero". Un grupo de nostálgicos justicieros a los que algunos medios, como la revista Solo Moto, han dado su cobertura y colaboración. De ellos ha sido la iniciativa de rememorar a Santi de una vez por todas. Muchas caras conocidas en la grada, ya os digo. Charlamos, por ejemplo, con Paco Codes, otro sabio que tiene el detallazo de regalarle su gorra a mi hija. Ingleses, catalanes, castellanos, franceses (de adopción o no), manchegos, valencianos, madrileños, etc, creo que están casi todos los miembros más activos del grupo. ¡Cuanta buena gente junta! Por fin nos conocemos en persona unos cuantos, genial. Hecho de menos a Merche de Terrassa y a Gerard, seguro que no han podido venir por alguna causa mayor, lástima.
Enseguida miramos hacia el otro lado del viraje. Es la curva 13, como el número de la milla donde tuvo el trágico accidente. Mi padre nos lo recuerda, yo ni habia caído en esa ¿casualidad? La curva es estupenda, la de entrada a meta, una curva rápida de derechas, viraje dónde se disfruta mucho y donde, sin duda, se seguirán decantando algunas llegadas a meta. La única parte negativa de esta elección (lo siento, no es por ser aguafiestas) es que al elegir esa curva dudo que deje de ser... una curva. Me explico: cuando se habló de alargar el trazado manchego la idea, así la contaron, era utilizar los terrenos que hay justo detrás de la tribuna y de la curva en cuestión. Son terrenos del ayuntamiento y esa futura ampliación parecia muy factible técnica y burocráticamente. Ahora, entre la crisis y el nombramiento de esta curva se nos antoja más dificil que el trazado se amplie. Solo el tiempo lo dirá, no adelantemos acontecimentos.

Desde nuestros asientos vemos el monumento cubierto por una bandera española, ok. Como era de esperar, solo los personajes Vips podrán acceder a la curva. Algunos comentarios que surgen están cargados de razón: está muy bien que, por supuesto, obviamente, los protagonistas de la ceremonia y algunas autoridades estén alli, ¡quién lo duda!, pero hay sitio suficiente para haber preparado una grada provisional o, si me apuras, una zona donde estuvieramos de pie, calladitos, sin molestar (lo juramos). Las docenas de amigos de Santiago Herrero que han viajado desde muy lejos se quedan en las gradas, alejados, solo un grupo con pase especial puede disfrutar realmente de este histórico tributo. Familia, autoridades, pilotos en activo, expilotos, prensa... Por supuesto, alguno diréis que todo eso es casi lo de menos, lo importante es que el protagonista fuera y sea el gran piloto madrileño. ¡¡Sí!! os contestaré... pero no es excluyente. ¿Cuantos viejos aficionados, amigos incluso del bravo Santi, han esperado décadas para asistir a este reconocimiento y, al final, se han quedado con la miel en los labios? ¿Cuantos han viajado a pesar de su mala salud (algunos realizando por carretera más de 1000 kms, desde el sur de Francia o desde Santander, por ejemplo) para terminar sentados en una grada donde ni se ve ni se oye nada? ¡No es de recibo! A todos nos hubiera gustado ver y escuchar a Angel Nieto y las cálidas palabras de la alcadesa. No insistiré más en este tema.
Al margen de todo esto, bravo por Sánchez-Marin y por Angel Nieto, por todos los que han aportado su granito de arena para que este homenaje haya sido posible. La mañana, por supuesto, a pesar de esto que os cuento es estupenda, simpática, humana... Alucino cuando me presenta mi padre al gran Esteban Oliveras, el mecánico y camarada de aventuras durante tantos años de Santi. Acompañado de su gentil esposa, después de darle la enhorabuena, nos permite hacernos unas fotos con él. Nos alegramos mucho porque recibirá, por parte de la Federación, una bonita placa (¡¡qué menos!!). También nos alegramos, y mucho, por los hermanos de Santiago Herrero, Arturo y Maribel que, os puedo asegurar, se emocionaron con las muestras de cariño que recibieron a lo largo del día. Imagino que no olvidarán esa jornada jamás. Triste decirlo pero supongo que ya habian perdido toda esperanza...
Avanza la mañana y disfrutamos de las carreras, de pasear por el paddock con los colegas Juan y Enrique (expilotos y albaceteños, ¡no veas lo que saben de carreras!). El Mudo no para de hablar (¡qué raro!) y de hacerse fotos. Empieza con Nieto que ya le debe temer, también con algunas paragüeras despistadas que le hacen invisible en las fotos, claro. Otra de sus presas es la familia Marquez. También vemos a un gran piloto de 125 que nos hizo disfrutar como enanos hace muchos años, el valiente Ezio Gionola. Más viejos conocidos por doquier, el gran Nacho Medina, el presi de nuestra Federación o Parajuá, el actual boss de Kawasaki, que se mueve en scooter. Nos quedamos con ganas de ver de cerca al "Técnic", a Giró.

Después de almorzar con nuestro valenciano más "clásico", Paco Motos, en el pueblecito de Tinajeros, volvemos al monolito para estar presentes en la entrega de la corona de grupo y para poder descubrir, por fin, un monumento que, creo poder decir, representa la voluntad de muchos aficionados, no solo de los que lo vieron de cerca por la mañana. Después de guardar un minuto de silencio, nos saludamos otra vez, algunos visiblemente emocionados y también charlamos con dos veteranos y grandes amantes del motociclismo, Paco Peña y Paco Desamparados. Para rematar la "faena", tenemos el privilegio de poder observar de cerca la mítica Ossa 250, la que Alguersuari ha sacado de su despacho para que presida el homenaje.
La paz y el cariño que se respira a esas horas por alli es fantástico. Nos hemos quedado solos. Ya no rugen los motores. En mi humilde opinión la curva con su nombre está muy bien pero se me antoja poco, quizá si algún día se construye otro circuito en Madrid debería llevar su nombre, por no hablar de la calle. Sé que muchos moteros, jovenes y no tan jovenes, no entienden mucho este "supuesto" ataque de nostalgia. Incluso algunos nos tachan de exagerados. No importa. Si conocieran en detalle la historia de Santiago Herrero posiblemente pasarian por varias fases, basicamente del estupor al reconocimiento infinito. Angel Nieto suele decir de su viejo amigo, rival y maestro algo que me encanta "él sí iba rápido". Joder, se me ponen los pelos como escarpias. Según Alguersuari la diferencia entre Nieto y Herrero era que el primero sí ponía, en ocasiones, algún límite a su pasión, a sus ganas. Con Santiago Herrero ese techo no existia, lo daba todo, era puro corazón, incluso ante las batallas perdidas. Pocos, poquisimos pilotos y poquisimas personas pueden transmitirnos un mensaje humano tan arrollador, tan vehemente, tan grande. Ese es su legado y por eso será siempre una referencia, un ejemplo y nuestro héroe favorito. Fuiste el mejor, campeón. Ojala te haya llegado el aplauso de tanta gente que te quiere.


GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...