Osseando bajo el sol (parte II)



Ligeramente pasado por agua, llega el domingo racing. Recogo los dorsales y Rosa me ayuda a pasar las verificaciones. Me echan un poco la bronca porque la rueda trasera se mueve lateralmente más de lo consejable, será cosa de rodamientos o el eje, a saber, qué le vamos a hacer, ya no hay tiempo para andar trasteando. Por lo demás, creo que no miran ni los precintos. El briefing se retrasa varias veces,
empieza a llover un poco otra vez, Josón, Frank y los demás amigos del MC Pistón andán preocupados... no quieren que nadie se haga daño, lógico, y eso que la inscripción ha sido por invitación (entiendo que no viene ninguno de aquellos japos kamikazes del Mundial de 250). La verdad  es que hay muchos árboles y desniveles, unos cuantos baches (algunos por culpa de las raíces de los árboles que levantan el asfalto) y unos ordenados bolardos esperando firmes a la salida de una bonita ese. Tampoco es para tanto, personalmente todo eso me recuerda mis habituales recorridos por la sierra, pero ciertamente el suelo mojado aconseja cierta prudencia.
El circuito es una preciosidad, bucólico, rodeado por el mar, guiado por desniveles y curvitas guapas, no le veo pegas salvo que en la bajada terminan poniendo muchas chicanes construidas con balas de paja... Frunzo el ceño, entiendo la prudencia de los organizadores pero sé que no me van a beneficiar, no vamos sobrados de frenos precisamente pero es lo que hay... También nos avisan que sacarán bandera amarilla en el primer tramo de la subida para minimizar riesgos, dónde están los bolardos, una zona de pura aceleración... Ciertamente el evento es toda una fiesta para los sentidos. 
 

El mar azul parece fundirse con un cielo despejado que nos cubre sin nubes y sin viento. La lluvia ha cesado, ya es historia, empieza a brillar el astro rey. El verde decora casi todo lo que mi vista puede ver en tierra. Más cerca, en la zona de "paddock", miro a mi alrededor y no puedo más que sentirme un privilegiado. Por alli están, logicamente, la gente de Motorock, algunos pilotos conocidos como Julio, los asturianos Rodrigo & Jorge y el bueno de Andrés con el que hablo un buen rato, escuchando sus consejos de veterano. Tyto, el rutero infatigable, también aparece por alli, ¡demasiados argumentos como para no acudir!

En la lista de inscritos hay grandes sorpresas. Para empezar contamos con la presencia de toda una  leyenda: Sammy Miller, el mítico campeón de trial (el irlandés cuenta con más de 1000 victorias en la especialidad) que también destacó en su breve paso por el campeonato del mundo de velocidad donde se batio el cobre con pilotos de la talla de Surtees, Provini,Ubbiali, Hailwood, Masetti, Duke...¡y con casi ochenta años sigue dando gas!, esta vez le veremos a lomos de una preciosa BMW negra. Su presencia es muy valorada por cualquier viejo aficionado. Logicamente, es una de las figuras más fotografiadas durante todo el fin de semana. Aqui, por ejemplo, con mi padre y Rosa:

Pero eso no es todo, junto a él, contamos también con otro ilustre veterano de oro, más conocido por nosotros, don César Gracia, que una vez más se presenta en una fiesta de clásicas, ¡casi nada! Ambos van a participar muy activamente en las mangas del domingo. Solo tenéis que mirar los ojos de don César en la foto que pongo abajo. El que tuvo retuvo....


También contamos con la presencia del gran Emilio Zamora. Sus piruetas son tan esperadas como las carreritas. Tio simpático, tanto como talentoso, trae esta vez dos Ducati, una minimoto.. y al final hasta participa con éxito en la categoría de 4T, ¡grande! Entre esas máquinas de válvulas destaca una preciosa Benelli cuya sonido es simplemente celestial. Al lado de nuestra carpa prestada tenemos otra joya, una Laverda 500 (naranja por supuesto) que parece que ha salido de la cadena de montaje unos días antes.

Llega el primer entreno por fin. Hay cinco tandas distintas para las dos categorias. Yo salgo en T2 de las 3 que tenemos las motos de 2T. En la T1 salen los buenos. Arrancamos la Ossa y salgo del paddock para encontrar mi puesto en la fila. Salimos en intervalos de cinco segundos, tipo T.T. Todas las clasificaciones, entrenos y carreras, estarán basadas en los tiempos de cada piloto. La fórmula es muy acertada, sería peligroso (pero divertido) salir todos juntos ya que la pista es muy estrecha. Como poco, imagino, se montaria algún strike antes o después... Como no podía ser de otro modo la cago nada más llegar al control de salida,  no consigo meter punto muerto, da igual intentarlo en marcha, no lo pillo. Aguanto el embrague un rato largo, muy a mi pesar, sufro más que sus discos, pero por fin me toca, salgo. El suelo está húmedo, voy con precaución pero con ganillas, tengo curiosidad de ver el trazado desde dentro. Mi calma se arruina al poco de empezar: en cuanto abro con ganas el acelerador la moto da tirones, cuanto voy en baja recupera la compostura pero luego otra vez pide más caldo, un desastre. Aún así, doy todas las vueltas del entrenamiento, unas cuatro, cada vuelta es una milla... Me cambia la cara, ¡empezamos "bien"!, entro a la carpa muy preocupado, ¿qué será, solo carburación o algo más grave? Lo comentamos y da la ¿casualidad? que junto a nuestra carpa están los amigos de Vitale que escuchan el problema. Se lo comentamos y llegan a la misma conclusión que mi padre: hay que darle más paso de gasolina porque en baja va bien pero en alta va peor que justa, fatal (además la altitud es diferente a la habitual, aqui casi estamos a nivel del mar).
Ok, pero hay un problemilla... solo tengo otro chiclé, un 160, y el que está puesto es un 165... los amigos de Vitale dicen que no hay problema, que tienen escariador...¡estupendo!, dicho y hecho: lo cogen y me lo convierte en un 170. Gracias es decir poco... Cuando subimos la moto al arrancador y la aceleramos dicen que estemos tranquilos, que ahora irá mejor. El abuelo también confirma, empiezo a estar más tranquilo. Más cosas (¡imposible aburrirse!): también descubrimos que el depósito vuelve a rozar por delante, debido a mi peso voy empujándolo en marcha hacia la tija en las frenadas, qué pena, se está comiendo el borde.. otro tema a arreglar en casa.
 

Segundo entreno: Ajustamos el embrague y llego a la fila tranquilo, el punto muerto existe esta vez. Es increíble la de gente que hay mirando la salida, uno se siente piloto de verdad, los de MartiMotos están grabando todo en vídeo, vaya tela, al final salimos en las noticias dice alguno... Estoy tranquilo pero con muchas ganas y a la expectativa: como no vaya el motor redondo me tiro al mar. En fin, salgó a ver qué pasa.Ya en la primera zona rápida (la de los bolardos, donde nos sacan bandera amarilla) abro con ganas el acelerador y.... ¡¡la Ossa sale disparada!!, ¡¡como un cohete blanco!!..,  sin exagerar: que puto orgasmo, no necesito mucho más para saber que, de motor, hoy vamos a ir muy bien. Tomo alegre la subida sinuosa donde ves el mar, entre árboles, casi solo, estrujando la tercera, wowww, que divino placer, se nota que la moto va de cojones ahora, podria meter incluso cuarta pero sé lo que llega luego y no es plan estropear el domingo (dos curvas junto al palacio). La bajada, que el sábado era un bonito tobogán en media luna, rapidillo y excitante, como dije, ha sido bloqueada con numerosas chicanes, me matan porque exigen frenar duro, una pena, hay palmo segundos. Tengo que hilar muy fino en lugar de apurar a muerte, lástima. La curva de meta la hago en segunda pero me sucede como en Cintruénigo, con una segunda más larga entraria más fuerte, si la hago en tercera me estrello, no me apetece. Se termina el crono mientras pienso que la moto no ha corrido tanto en la vida. Termino feliz, contento, pero justo cuando me meto a la carpa, se bloquea la rueda trasera..... y no tengo una marcha metida, cojo el embrague, y nada, esa rueda no gira ni de casualidad.. ¿otro problemilla? pues sí.... el que condicionará luego las dos mangas.... por lo visto algo de las zapatas se ha roto, provocando ese bloqueo... peligroso, creo que San Brembo (paradójicamente) vino a verme porque si se me bloquea la rueda en marcha la hostia hubiera sido respetable. Solución de todos los presentes: ¡no  toques más el freno trasero!, ¡....ok! Dicen por megafonia como han quedado los tiempos, soy el 12 de ventitantos, vale, algo es algo.

Llega la hora de comer. Hay paella para los pilotos. Yoli y Rosa van a por las raciones. Yo solo bebo, no tengo hambre en estos saraos pero estoy tranquilito aunque imagino que lo del freno me va a condicionar, el delantero no va a ser suficiente, como siempre... por desgracia acierto. Aparte de los colegas sonrió viendo como se lo pasan las chicas con el personal, especialmente con Sammy Miller,  buenas risas se gastan con la excusa de las fotos (sin comentarios). Encima, de remate, veo a Nei que ha venido desde su tierra, ¡qué alegría! seguro que ya está disfrutando a tope, otra racing girl de cabo a rabo, ¡qué afición tiene esta chavala! Me tumbo en el cesped pensando que "agustito" estoy con todo lo que veo y siento, el sol ha salido y brilla con fuerza, el día es practicamente perfecto.


Primera manga. Yoli me empuja para arrancar... pero la Ossa, tras varios intentos, sigue muda, me extraña mucho... Seguimos empujando y nada, empiezo a preocuparme, faltan pocos minutos para salir. Montamos el show dando paseos pa'rriba y pa'bajo sin parar... empezamos a sudar como cochinetes, comienzo a sufrir por la rubia danger.... De repente mi padre grita "la pelotita, la pelotita!!!".. coño pues si, ¡¡se nos habia olvidado quitar la pelotita que guarda la entrada del carburador cuand paramos la moto!!, ¡si arranca con ella puesta me voy de rodillas hasta Lourdes!... lo siento por Yoli que está a punto del desmayo físico, madre mia, ¡que marathon no hemos metido por nada!, ¡lo siento, encanto!.... Pues nada, quitamos la jodida pelota y arranca practicamente al primer empujón. Salgo menos relajado de lo habitual pero bien, empiezo a disfrutar, el asfalto está genial, seran 5 o 6 vueltas. Olvido el "preámbulo" de la manga y empiezo a divertirme aunque no olvido que solo tengo el simple leva delantero. En la segunda vuelta alcanzo a mi predecesor en la salida pero me cuesta adelantarle toda una vuelta, al final lo hago en la curva del palacio, para no perder más tiempo. Me caliento un poco para "recuperar el tiempo perdido" y cuando llego a la bonita curva de izquierdas antes de los bolardos entro algo pasaillo y al frenar con lo que tengo me abro sin remedio, plash, golpeo y estallo literalmente una bala de paja (realmente son de serrín) y salgo volando un par de metros mientras la moto se queda clavada entre la bala y el arcén. Vaya show que he montado, carallo, miro la moto de arriba a abajo temiéndome lo peor, pero no, parece que está entera. Me ayudan dos banderas y arrancamos en pocos segundos, entre aplausos del público (mucho calor humano el sentido ese domingo). La moto parece que sigue bien, solo algo decorada por un poquito de serrín...Salgo rabioso y creo que pico mi mejor vuelta a la siguiente, que es la última de la manga. Entro a boxes y me rio, qué paquete soy pero qué poco me he aburrido en este ratillo... Me duele el costado derecho pero no lo comento que se van a preocupar. Creo que ha ganado esta manga Rodrigo, con su preciosa Ossa verde. No me extraña, vi su salida en una rueda, a todo gas (como la peli casi). Estas motos no frenan mucho pero como dice él correr corren, ¡y más si las manejan tios hábiles! La verdad que hoy no me quejo con la mía, han acertado con la carburación, corre como una endemoniada, ¡¡qué pasote!!

El show acrobático de Zamora es inolvidable. Qué talento, qué piruetas... las marcas que deja en el asfalto son increíbles. Los merecidos aplausos revolotean por el ambiente. La gente se lo está pasando en grande.
Segunda manga: Antonio me arranca la Ossa esta vez y escucho sus sabios consejos. Salgo mucho mas fresco que en la anterior intentando no repetir la pifia , voy a ser más prudente. Me da una rabia gigantesca no salir a saco pero no puedo arriesgar a otra caída y destrozar mi Herm-Ossa, lo siento pero es así, si vuelvo a casa con la moto rota se acabó todo esto casi definitivamente.


Esta vez salimos mezclados motos de 2T y 4T. Por lo visto se han basado en los tiempos de todas las categorias para ahora sacarnos más o menos "en orden". Oigo los Ducatones y la Benelli, una maravilla para los oídos... Tenemos de paragüeras un montón de chicas simpáticas vestidas con ropa de la época colonial. La que me toca me confiesa que le encantan las motos clásicas. Salgo bien, la moto sigue acelerando con muchos bemoles, juro que nunca he disfrutado tanto abriendo gas con la Ossa, ¡qué brutalidad!, me pone pinocho, y qué alegría para el alma ver que sube de vueltas sin ni un solo tirón o vacio, lástima que a la hora de pararla siga viendo un poquito a la Virgen. Casi a mitad de manga empiezo a escuchar el inconfundible bramido de una Ducatona detrás... Le tapo los huecos un par de vueltas pero termina pasándome a la salida de la curva antes de las chicanes. Aguanto lo que puedo y nos rozamos, salgo con la peor parte: me como una bala de paja (¡otra!, pero esta a ras de suelo...) mientras el Ducaton se escapa....  el lio lo aprovecha el chavalin cántabro de la Impala, Panin, que por lo visto venia no muy lejos y nos pasa a los dos facilmente, hace bien. Termina la manga, agradecido y sudoroso, contento en general aunque me queda una espinita clavada...


Fin de las hostilidades, el balance parece positivo: hemos disfrutado y aprendido algunas cosas, algo que me hace mucha falta y los amigos se lo han pasado en grande, ¿resultados? mediocres pero es lo que hay, al final once en la primera manga y trece en la segunda, de veinte y pocos, no es para tirar cohetes pero no supe ir más rápido sin arriesgar el body y la moto, y desde luego me he jurado no volver a correr sin cambiar el freno delantero. Por supuesto, me siento agradecido de poder haber corrido en un lugar tan bonito, rodeado de tanto público, con unos organizadores que se desvivieron para que el evento fuera un éxito (que lo fue) y por compartir evento con tanta gente diez, amigos, rivales y algunas leyendas vivas.¿Y qué más? muy bonito sin duda ver a las chicas de nuestro Team tan felices, tan marchosas, ver a Antonio y a mi padre en su salsa, rejuveneciendo por horas, dándolo todo, sin parar y encantados con el ambientazo. Añado una confesión: he visto al maestro más emocionado que nunca, más metido en el tema, quizá ahora se lo tome más en serio. Días después, desmontó la rueda trasera para cambiar los rodamientos y ver qué paso con el tambor. Por lo visto, habia un muelle de las zapatas roto, etcétera.. No importa ya, lo que está claro es que, como dice él, ¡volveremos al Sardinero!

La vuelta a casa es una sesión de humor casi interminable. Solo contaré un motivo: en una glorieta Rosa nos hace una demostración de cuantas veces se puede girar sin parar: cuatro vueltas seguidas y seguimos buscando la salida, casi entramos en Lerma, pero no, casi salimos dirección Burgos pero por fortuna ¡tampoco!, volvemos a la casilla de salida y al final conseguimos poner rumbo a Madrid, el resto del viaje sigue por el estilo...

Para mi esta carrera suponía el “final de temporada”. Sabia que la hucha no llegaría para acudir a la prueba de Zuera o a la de Samper. Tocaba solo hacer recopilación. Algunos sentimientos a flor de piel se han guardado por el camino, es la parte que nos enriquece. Da igual si eres extrovertido o no, ahí están, dentro, latiendo. Algunos no los expresan publicamente, otros sí, otros son un poco pelmas y escriben hasta un blog. Pienso que, como siempre, no hay que dramatizar, tampoco trivializar. Es decir, no darle demasiadas vueltas. Quizá sea mucho más sencillo de lo que imaginábamos al principio o de lo que supone quién no entiende este juego: estás haciendo algo que te gusta con los medios que tienes. Siempre hay que ir a tope con lo que uno tenga, al menos es mi credo particular. Que no frena mucho, pues te jodes un poco, no arriesgues tanto; que no das con la carburación, no te desesperes y desmonta el carburador... sí, a veces, a todos, nos quedan esas espinitas clavadas cuando algo ha ido mal, pero es lo que hay, esas eventualidades están incluidas en el guión, no eres al único que le pasan asi que toca apechugar y tirar pa’lante. Si no te gusta vivir esas pequeñas injusticias mejor no te metas en estos jaleos, digo a veces. Creo que hicimos bien en enero en meternos en esta fiesta, aunque seamos los novatos no tardamos ni cinco minutos en "mimetizarnos" con el entorno y disfrutar. Lo bueno de este año de sensaciones multicolor es que hemos aprendido qué hacemos mal, no es poco...


Antes de terminar quería añadir dos cosas más. La primera, que uno de los motivos de haber disfrutado tanto este año jugando a las carreras ha sido haber experimentando esa gran camaraderia que se vive habitualmente entre los participantes, igual que la ayuda recibida por amigos y conocidos de manera altruista. Me recuerda a esas viejas crónicas de las carreras de antaño. Parte de aquel ambiente lo viví de niño y adolescente por lo que algo recordaba. Qué ligera paradoja que en el motociclismo, un deporte que requiere tanto dinero y ayuda externa al protagonista, ese sentimiento de compañerismo sea inversamente proporcional al nivel de la competición o del campeonato. Cuantos menos focos y dinero por medio, logicamente, más lo vemos. Hablo de esa maravillosa gente, anónima o conocida, que te ayudan y te soportan por afición o por el simple placer de hacerlo, sin esperar nada a cambio, que te echan una mano de manera desinteresada, restando minutos u horas a su tiempo. En definitiva, a toda esa buena gente que hacen cosas, algunas importantes, por amor al deporte, y que, incluso, hacen cosas gratis, no por dinero. En un mundo dónde casi nadie mueve un dedo sin esperar una remuneración a cambio ver acciones así es conmovedor, anacrónico, casi de otro planeta. En estos paddocks todavía se pueden ver y vivir esas sensaciones. De esas personas tenemos que aprender. Luego en pista, es otra historia, por supuesto, ¡como debe ser!, no mercy. A todos los que me habéis empujado, ayudado, soportado y acompañado, mil millones de gracias, jamás imagine algunas de las cosas que he vivido estos meses, gracias por estar ahi.

Y por último, quiero recordar a una campeona muy especial que se fue de este mundo pocos días después de la fiesta del Sardinero, evento que por lo visto vió en persona. Hablo de la gran piloto y persona María de Villota. La noticia me impacto. Creo que muchos pensábamos que lo peor de su tragedia había pasado ya. Se nos fue de repente, muy pronto, de manera súbita. Nos queda su recuerdo... y sus palabras. Os recomiendo el libro que iba a presentar justo en esos días. No es publicidad, es un consejo de amigo. Es un texto que plasma muy bien su espíritu combativo y su gran personalidad. Es un testimonio muy honesto, con una calidez humana increíble. Realmente no podía ser de otra manera. Toda una luchadora de la vida, íntegra y valiente. Parece que se nos van los mejores... ¡María, nunca te olvidaremos!

Osseando bajo el sol (parte I)

Hacía mucho tiempo que no me sentaba para escribir un rato largo. Algunos amigos me lo han pedido, sin duda me estiman demasiado (lo cual agradezco infinito aunque no comprenda del todo, ja,ja...). La verdad que últimamente el mundo real nos absorbe más de lo habitual. Creo que eso es bueno. Mejor vivir el libro, ya habrá tiempo para escribirlo ¿no?, bueno, siempre y cuando las páginas que vivamos nos interesen o enriquezcan el espíritu. Durante este verano no hemos variado mucho, no dejamos de imaginar planes en la misma dirección: la libertad de volar por la vida.  ¿Qué puedo contar desde la última entrada, allá por julio? Este año viajes pocos, teta y sopa no caben en la boca, esta temporada decidimos jugar a las carreras y en eso hemos estado, entretenidos, mucho. Horas en los talleres de los amigos, muchos recados, algunas ideas, pruebecillas, polígonos, retoques... La verdad que este año tan especial ha supuesto un “curso” acelerado de emociones, no solo de nuevas experiencias. No hemos cambiado de vida precisamente pero ha sido una novedad chulísima, agradable, aunque apañar estas máquinas parece que no tiene fin, madre mía, ¡cuando no es una cosa es otra! Sí, nos hemos divertido pero también sufrido un poco, lógico, nada que realmente merezca la pena es fácil, o eso creemos unos cuantos. En ocasiones se pasa frío, por dentro y por fuera, pero nos abrigamos con las experiencias, buenas y no tan buenas, porque hasta los palos calientan el cuerpo si uno es optimista y va llenando “la saca” de la memoria del corazón con lo vivido, por no hablar del calor humano que tenemos siempre alrededor, ¡por eso no puedo quejarme! Cuando en tu cerebro tu vida personal trasciende mucho más que tu vida laboral y te saca una sonrisa, la cosa pinta bien, ¡como para quejarnos! Por orden cronológico…

Llegó agosto pero no pudo ser. No pudimos correr en La Bañeza. El viejo sueño, palabras mayores, una de mis obsesiones favoritas. Cuando veo un vídeo con cámara onboard todavía se me acelera el corazón, y no es una metáfora. Con esa carrera no tengo arreglo  posible. Bueno, pues a los hechos: muchos inscritos en una categoría muy popular, la de 250, ¡no cogíamos todos!, lástima que no puedan hacer dos mangas (vieja idea, solución asequible ¿verdad? pero me contestaron que el ayuntamiento no les concede más tiempo…). Me llamaron por teléfono (como a otros, por lo visto) para comunicármelo, no hacía falta llegar allí, hacer los entrenos y ya configurar la parrilla en función del corte, no, la tijera comenzaba por los novatos que nunca hemos participado. Agradecí la temprana llamada, al menos no perdimos tiempo soñando y preparando la aventura. Por orden de inscripción seguro que fui de los primeros. Ok, no pasa nada... era un reto cojonudo, ambicioso, quizá un poco precipitado pero no me daba miedo probar y dar gas. La duda (o mejor dicho, curiosidad) era sobre todo conocer desde dentro esa magnífica pista. La incertidumbre y la emoción me acompañaban cada día hasta que sonó aquella llamada. En fin, a seguir pa'lante. Me prometieron que el año que viene nos dejaran acudir a la cita, correr los entrenos al menos, ya veremos qué pasa. ¿Y qué pasó cuando los amigos más cercanos se enteraron? pues de todo, ¡aluciné!... todos lo lamentaron, alguna quería hablar con el motoclub Bañezano incluso, temple ánimos y una tarde quedamos para tomar algunas birras (se abrió la veda) y pude comprobar de nuevo qué pedazos de amigos tengo. Me llevaron un diploma de "consolación" y una botellita de cava para el "campeón" rechazado..., qué grandes, no me cansaré de decirlo, alucino con MariLuz, con Rosa, con Yoli, con Bettor, con Tyto, impresionante... obviamente el cava terminó en casi todos ellos. Quizá sea mejor esperar, acumular experiencia y acudir en mejores condiciones. Quizá el destino sea muy sabio...


De todas formas, fuimos a La Bañeza, y lo pasamos genial, aunque esta vez miré el circuito urbano con otros ojos. Fue estupendo volver al pueblo más motero de España. Y como no, destacar lo bien que lo pasamos el domingo con los valencianos del Team Moclava (¡¡como no!!) aunque ya la cena del sábado fue espectacular (básicamente por el elenco humano que formamos, eh, ¡que cenamos bocatas!): mi padre, el gran Luis Dios y señora, Tyto (¡gracias por la logística, tio!), nuestro querido Mudo (que por fin conocía esta fiesta de la moto), MariLuzPablo… y, tachán, tachán, nuestro piloto favorito de 250, el del mono rojo de Airtel: Paco (y señora), de hecho ellos se fueron más tarde, ¡y al día siguiente, a correr! El domingo fue otro día soleado y lleno de buenos ratos. Para empezar, con las sorpresas que nos encontramos en la calle de boxes: hermanos VareaManu y Elisabeth, por fin nos conocíamos en persona. La verdad que parecía que nos conocíamos de toda la vida, ¡grandes!, menuda saga, ¡canela fina! Enseguida hablamos de sus carreras, del Open Ducados, de vernos más pronto que tarde, de las inevitables clásicas, de volver a participar en alguna prueba... ¡Amén!


También me alegré cuando nos vimos con Abelardo y con Esteban Grande, ¡qué afición hay por esas calles en esas fechas! Lástima que el gran Champi Aneiros se lesionara en entrenos, al final fue otro espectador de la carrera. Allí estuvimos, babeando un poco... pregunté cosillas, por ejemplo, en qué marcha se hacia la ese que precede a la gran bajada, dónde se gana o se pierde el tiempo, ¡qué ganas de probar ese tobogán!... tomé nota de los veteranos, como soy un "becario" inofensivo algo me cuentan todavía, ja,ja... y es que esto de relacionarse y correr a veces junto a tanto veterano con más tablas que un galeón es la hostia. Algunos parecen que van despacio, no hacen grandes aspavientos, pero cuando miras los cronos dices “joder”.. son muchos años, tienen el tema dominado, se las saben todas, lógico. He rodado mil veces con veteranos alegres por carretera y unas cuantas en circuitos permanentes pero esto de las carreras de clásicas no lo había experimentado nunca, parece que en algunas cosas empezamos de cero. Pero más que sus condiciones como pilotos me ha llamado la atención, positivamente, algo que ya había detectado parcialmente, me refiero a su filosofía de vida. Nada nuevo bajo el sol pero siempre agradable de ver con qué alegría y desparpajo viven estos tipos. Carpe Diem!! Eso sí, siempre termino mirando el freno delantero que montan. No puedo evitarlo. No envidio nada más de esas preciosas monturas que suelen llevar. Culpa mía imagino, mira que cualquiera lo hubiera solucionado ya: habría ahorrado un par de meses o tres, o cuatro, y a estas alturas ya lo tendría pero yo no.. entre unas cosas u otras parece que no llega el doble leva. Aquí una foto estupenda de nuestro amigo Paco, una cara ya ligada a esta mítica carrera, imposible no esperar ver cada año al gran piloto del mono rojo, el valenciano de oro y boss de los Moclava:


Días después, con ganas, y muy bien acompañados, nos fuimos para Motorland, pero no al circuito mundialísta sino al pequeñito, el de karts. La cita prometía ser muy interesante. Para empezar, por la compañía, ¡por fin íbamos a rodar juntos cuatro buenos elementos!: Isma Ray con su Vespa amarilla del número PI, Pablete con la IMR 110 (nuestra joven promesa) y yo con la herm-Ossa. O sea, tres “familias” guapas y entrelazadas, todos Cariñosos, ¡ya tocaba vernos y compartir buenos momentos dentro y fuera del box! Cuanto tiempo sin ver a David y a Tere, menuda ocasión más buena se presentaba. Para empezar, agradecerles el estupendo catering que organizaron para no tener que salir del box en todo el domingo.


La verdad que el trazado me sorprendió. Muy entretenido y hasta con desniveles, ideal para  motos pequeñas como las nuestras. Me encantó. Antes de rodar el domingo pasamos una noche divertida…  a pesar de los malditos mosquitos, ¡cómo nos pusieron!
La jornada amaneció algo fría. Mi padre ya estaba con el traje de faena, atento a cualquier cosa. Cambiamos el aceite del motor de la Ossa, todo fuera por evitar los problemas de deslizamiento del embragüe. Por lo visto los aceites modernos son muy buenos pero contienen detergente y elementos antifricción, etc, sustancias que no le vienen nada bien a una clásica. Me lo contaron los sabios de Vitale semanas antes, tomé nota y la prueba llegó a finales de agosto. Gracias a Ray, que fue el primero en empujarme, arrancamos fácilmente. Los primeros bramidos inconfundibles del tubarro sonaron poderosos por el parking, mientras dábamos vueltas para calentar la moto y el cuerpo. Estos motores de 2T necesitan un rato para empezar a rendir, para "desperezarse".... Mientras, la Vespa tenía un cófano abierto, el del motor, dentro del box. Ahí estaban los tres involucrados (IsmaRay y mi padre) intentando dar con la carburación, mientras Pablete se vestía de romano y tomaba medidas en su pequeño cohete de carreras. Rosa y Yoli ya estaban por allí, ayudándonos en todo lo posible, como siempre.  El box emanaba calor y buenas vibraciones pero mi alegría duró poco el domingo. 


Al final de la segunda tanda cometí un error de idiota, moví el cuerpo entrando en una curva y descompuse la moto, se me cerró la dirección y caí de bruces justo en el ápice del viraje. Menudo estropicio monté, por poco sacan bandera roja. Cierto que después de la primera tanda revisamos el amortiguador de dirección ya que la moto iba muy suelta de delante, y parecía que estaba suelto de la pletina pero creo que el error fue mio al moverme para evitar rozar con la bota derecha, ¡sí, lo sé, peso mucho para una moto tan pequeña! Antes de comer ya estaba vestido de paisano, así que me centré en tomar tiempos y en pasarlo bien con la compañia, aunque no pude evitar volver a casa con un sentimiento agridulce en el cuerpo. Depósito y colín destrozados y chasis partido por la parte de atrás, ¡”bonito” balance! Me dolió más que si me hubiera roto un hueso porque cada error se paga caro, tiempo y dinero son dos cosas que no le sobran a casi nadie. Necesitaríamos soldar y buscar un artista para arreglar el depósito (que soltó en unos segundos varios litros de gasolina)… Al menos en esas dos tandas pude disfrutar de lo lindo, creo que nunca había rodado tan alegre, y comprobamos que, sí, que era cierto, con el aceite de motor adecuado el embrague ya no patinaba (el problema que vivimos en Cintruénigo parecía solucionado, ¡chapeau!) Aqui la divertida crónica de Isma en el blog de SuperPablo: http://dymotos.blogspot.com.es/p/entrenos.html


Al final, una cuanta atrás se puso en marcha ese día. El tiempo apremiaba, los viejos norteños del MC Pistón, con Josón a la cabeza, montaban un sarao que tenía una pinta bestial, ¡teniamos que ir a su cita de Santander! Al principio dudé si me admitirán, total, la inscripción era limitada y casi por invitación pero había que intentarlo, además, este año, lo organizaban en el paradisiaco paraje de la Magdalena, ¡casi nada! Me parecía tan exótico y hermoso que casi se me antojaba un poco irreal. ¿Correr en una “isla”, rodeado por el mar, alguna que otra gaviota en el horizonte (¿tipo Philip Island?), junto a esa buen agente del norte? Woww, no era precisamente una carrera “urbana”, ni un paisaje lleno de manzanas de casas y esquinas….. Teníamos unas cuatro semanas para recomponen la herm-Ossa.
Gracias a mi padre y a nuestra Yoli nos pusimos manos a la obra y se arreglo la fibra del depósito (no es de chapa) y la del colín, después se pintaron y, a falta del vinilo verde que no dió tiempo de poner, la Ossa quedó como una auténtica dama blanca. En paralelo, se soldó la rotura del chasis gracias al maestro Juan Antonio. Miramos con lupa el amortiguador de dirección y el soporte. Al final, por los pelos (y mira que me quedan pocos) dimos por cerrada la “revisión”  solo tres días antes de salir pitando hacia Santander. Eche un litro exacto de 98 con su correspondiente porcentaje de aceite Castrol y arrancamos. Mi cabeza bullía llena de dudas y esperanzas pero, después de un cuarto de hora, paré el motor y la volvimos a guardar algo alegres. Todo parecía en orden, We're back!

Lo ideal hubiera sido salir el viernes pero, para ahorrar costes, salimos el sábado en buena compañía, como siempre, yo repasando mentalmente mis prioridades para esta historia (creo que lógicas):
 1) Totalmente prohibido caerme y joder otra vez la moto (la incumplí en parte al final), 2) que todo el Team lo pase superbien (¡prioridad cumplida!) y 3) estar más delante que en Cintruénigo (este año) donde el embrague me la jugo y me retraso varias posiciones digamos "naturales"... (no lo negaré nunca, aunque hacemos todo esto para divertirnos tenemos nuestra honrilla ja,ja)
Ver a Yoli y Rosa con su cachondeo habitual y esas caras de felicidad es todo un bálsamo y representa el mejor anticipo de lo que nos esperaba a nivel humano. Estas chicas son de lo que no hay, de verdad que es increíble la energía positiva que trasmiten. Cargamos la moto en el voluntarioso furgo de Rosa (¡gracias encanto!) y salimos hacia el norte. Por San Brembo, como me gustaría esa vida de "gitano" recorriendo España y Francia, como poco, je,je... me encanta ver la moto dentro, empiezo a olvidar algunas cosas y empiezo a sonreír, siempre con esa preocupación clásica ultimamente de "¿Como irá el motor esta vez?"...


Después de repescar a la gran Pekas (alias Gemma, ¿o es al contrario?) en Sotopalacios (la unica que fue en moto, ¡con un par!) llegamos al mar Cantábrico, Santander city, ¡ciudad bonita y majestuosa! Pronto nos metemos en la península de la Magdalena, concretamente en la explanada verde que hace de boxes. Ambientazo y muchas caras conocidas, buen rollo, parece un paddock de los años 70... El asturiano Rodrigo, el favorito, está cerca, le saludo y charlamos un poco, él viene con su family en rulot, justo sale el tema de la carpa y ¡¡toma!!! me deja una que lleva de sobra, ¡estupendo!, ¡que bien nos viene! Va a llover, y hace viento, la montamos sin poner la lona, ¡gracias crack! Mi padre empieza a disfrutar de lo lindo. Antes de irnos, dedicamos un par de horas a arrancar la moto y poner los precintos. Mi padre empieza a disfrutar. Bettor y el amigo pasiego, José, aparecen por ahí, ¡qué buena tropa! y pedazo de cámaras de fotos que llevan, ya tenemos reporteros oficiales del evento. Antonio empuja y luego prueba la Ossa. Empieza a anochecer.. Cubrimos a la herm-Ossa con una manta blanca que llevamos (menos mal, que no me coja frío la pobre...) nos vamos... el sitio está vigilado, puedo dormir bajo techo con los demás. Echo de menos no ver a nuestros amigos valencianos pero, la verdad, les pilla retirado venir a la cita del Sardinero.
Llega la improvisada cena en un WOK. Antonio se lleva el record en zampar, mientras las chicas se parten con los chistes malos de mi padre y otras historietas impublicables que se cuentan entre plato y plato. Si no hubiesen carreras me iba de juerga con ellos pero regreso con el master a eso de medianoche al hotel. Haciendo zapping descubrimos la carrera de SBK en Laguna Seca, genial. Cuando dan el banderazo cerramos los ojos, el domingo empezaría exactamente a las 7h30...

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...