Tormo, siempre en el recuerdo


El mes de diciembre siempre trae alguna fecha triste que asalta la memoria con aspereza. Hace dos días se cumplió otro aniversario de la desaparición de nuestro Ricardo Tormo. Se nos fue en las navidades de 1998, sin  ver ninguna carrera en su circuito, pero rodeado de cariño y muestras de admiración. Se fue muy pronto pero su mala suerte ya había comenzado en 1984, cuando el fatídico accidente arruinó todas nuestras ilusiones y destrozó su salud que no sus ganas por seguir luchando. No es la primera vez que hablo de él en este blog pero todo lo que se diga de su figura será bueno y merecido. Hace dos días escribí lo siguiente en mi página del Facebook, de manera espontánea, después de pensar en el campeón de Canals. Es solo una pequeña reflexión que quería compartir con vosotros aquí también. Decía...

Jamás pude hablar con Ricardo en persona (tampoco con Barry). Nací tarde para mi gusto, me perdi muchos años explosivos pero, al menos, vi correr a Ricardet como una docena de veces quizá, la mitad en nuestro Jarama. Tuve el privilegio de tener un padre que desde niño me contó muchas historias épicas sobre carreras y campeones, historias sobre Santi, Barry, Ricardo, Nieto, Palomo, Rougerie, etc, también de Grau y de Leon y sus hazañas en Montjuic. La tragedia de Santiago Herrero enmudecía cualquier corazón con un mínimo de sensibilidad y seguramente fue la primera tragedia deportiva que me provocó aquella típica pregunta tan usual: ¿la vida es justa? Años después, el ejemplo y las hazañas de superación de Ricardo, un piloto al que sí veía correr alguna vez, me llenaban de alegría y de admiración. Era el mejor ejemplo palpable de lo que era ser un auténtico campeón, dentro y fuera de la pista. Un luchador infatigable contra todo tipo de sinsabores y falta de recursos, un hombre gentil y generoso capaz de llenarse las manos de grasa ayudando a un joven piloto cuando tenia que estar recibiendo su trofeo después de una victoria, capaz de subir a la élite del motociclismo sin pisar a nadie, en suma, de ser un campeón humano sin perder la sonrisa y la clase que tienen las auténticas buenas personas. Cuando anunciaron su fichaje con la fábrica de las balas rojas se nos abrió una ventana de esperanza y de justicia. Y le vimos ganar aquella carrera en el Jarama del Europeo, aquella del famoso podio lleno de valencianos, pensando que solo era el principio, el preámbulo de unos años llenos de éxitos y títulos mundiales. Que, en suma, el destino le devolvería el premio a tantos años de lucha. Pero me equivoqué. Nunca más volví a verle correr. Al final regresó la oscura pregunta, la vieja duda que comenzó con la historia de Santi. Como tantos otros aficionados, imagino, solo pude contestar una cosa: que esta vida no es justa. No por mi, sino por ellos. Corazón de león, allá dónde estés, espero que tengas todo lo mejor. Siempre en el recuerdo.

Tampoco es la primera vez que lanzó esa vieja pregunta vital, sobre todo cuando la aplicas a grandes héroes como los citados o recuerdas los casos de Palomo, Sheene o Torras... No solo dentro de la pista se puede tener mejor o peor suerte, también fuera, en la vida. No insistiremos más en una cuestión filosófica que atesoran otras mentes más sensibles en sus corazones o en sus cabezas, solo añadiré antes de terminar que, precisamente, durante estos días el veterano periodista Paco Desamparados ha sacado un nuevo libro sobre sus conversaciones con Tormo. Una lectura que, sin duda, será muy interesante para todos los viejos seguidores del campeón valenciano.


Como dijo otro aficionado, Ricardo fue demasiado bueno para este mundo. Y como añadió Desamparados fue campeón "a pesar de..." y no "gracias a..". Mientras esté en nuestra memoria, mientras no se olvide su vida y sobre todo su ejemplo, Ricardo Tormo seguirá ganando y viviendo entre nosotros, en nuestros corazones.



Zuera: Disfruting mode ON


Quedaba por contar la última carrera del año, la que se celebró en el circuito internacional de Zuera, una pista que no conociamos ni de espectador. Después de un cambio de fecha que le vino mal a algunos amigos clásicos de las clásicas (Xose, Edu, etc) me empeciné en acudir a esta cita que cerraba el Cto. Norte (que consta de dos pruebas en Zuera, una esta), la de Cintruénigo que celebramos y otra en Motorland, donde, incrompresiblemente los monocilindricos tienen que aguantar sin gripar las largas rectas de una pista que, a todas luces, nada tiene que ver con estas motos). Hubiera estado muy bien correr todas estas pruebas pero la primera de Zuera nos la perdimos por un problema logistico de última hora (alguno se acordará, fue en abril). Una pena porque aquella prueba fue bajo lluvia, flag to flag, y sé que hubiéramos olido podio, sí, aunque suene flamenco decirlo, ja,ja...

Como contaba, me empeciné en acudir a la carrera aunque cayera el diluvio universal, aunque hubiera un terremoto o aunque fuera a pie hasta la pista esta de las narices (no sabia ni donde estaba exactamente). Por este motivo no fuimos a Colombres, la hucha no da para tantas fiestas, ni tampoco fuimos a otras exhibiciones que habia ya planeadas por Almansa o por pueblos de la costa. Seria el tercer intento y dice la tradición que con ese número lo consigues. De todas formas no sabia qué podia ocurrir. Casi cada dia miraba en la federación el número de pilotos inscritos porque si solo fueramos 4 o 5 entendia que no se celebraria la prueba (¡o sí!, en todo caso, seria con ese número una carrera algo "aguada"). Por fortuna al final fuimos una veintena, ¡menos mal! También contábamos con el aliciente de una prueba especial de la Copa CBR250 donde los jovenes pilotos habituales compartirian carrera con viejas estrellas del nivel de los Cardús, Torron, Champi, Miralles, Hernández, etc...


Después de gestionar la Peugeot Partner de la otra vez (al final fue una Fiat Domo, más comoda pero más lenta) en Loranca, donde por 100 pavos la tienes casi 3 días ¡sin casi limite de kms! (no he conocido oferta igual) fui preparando los bártulos y seguí pasando algo de hambre, que luego lo agradezco. Vamos los dos Luises, algunos amigos se querían pasar pero se les ha complicado la vida, lástima, siempre es agradable estar rodeado de gente que aprecias. Y no lo digo solo por empujar, mal pensados, ja,ja, aunque también...

Ya habíamos cambiado el piñón de salida de la Ossa para acortar el desarrollo y no perder tantos metros una y otra vez en cada carrera, ¡muy mala cosa no hacerlo antes! Por desgracia, la rosca de la tuerca que sujeta ese piñón no parecía estar bien, luego nos daríamos cuenta que es la del eje del motor la que está pasada, ¡tema jodido!...

Llegamos el viernes a la hora de comer (pero no comimos). Pague para poder entrar esa tarde y rodar para conocer la pista. El tiempo era ideal, ni frio ni calor. Nos costó un infierno arrancar la moto, muchisimo, en frío ya se sabe, es costoso lograrlo, mucho. Mientras, llegaron algunos amigos y desconocidos, alguna supermotard (sin saber qué tipo de trazadas harían, las nuestras o las de barrer pista, grrr) , niños de esos que dices "joder, ¡ya verás con el jodido niño ese!", más la gente de los karts (algunos con motor Yamaha) que ya estaban por alli, en sus celdas. Uno era un auténtico dandy con su deportivo BMW, gafas de sol, traje sin corbata y pelo medio engominado. Le ayudamos a guardar su kart y a cambio le pedi unas bridas y algunas cosillas más ja,ja...  La agradable sorpresa fue descubrir a Juan, de los MOCLAVA, que parece que, afortunadamente, se ha librado de sus graves problemas de salud. Ya ha vuelto a enfundarse el mono y su Montesa, con su característico dorsal 20, fue buena compañía, además su presencia nos recordó a nuestros añorados amigos de Moclava que tan pocas veces vemos ultimamente...

El circuito estaba muy solitario y empece a rodar despacito. Descubrí dos partes muy diferenciadas. Por un lado la parte final y el principio, rapidillo y técnico, curvones interesantes y curvas enlazadas muy chulas... por otro lado, descubrimos una parte central del circuito muy ratonera, al menos para mi, de karts pura y dura, donde apenas disfruté, y donde más sufría. Como luego descubrií no era el único que pensaba así. Por ejemplo, en la curva a izquierdas mas retorcida e infinita no tiene sentido ceñirse al piano, ni buscar su ápice, hay que entrar abierto y retardar la entrada para que el resto de la curva sea más digerible. Tarde algunas vueltas en ver cual seria mi trazada. Luego empecé a jugar con el cambio. La mayor satisfacción fue ver que podía hacer la rápida curva de final de recta, "el curvón", practicamente en cuarta a tope, salvo unos instantes donde repeles un poco para "estabilizar la moto y tu trayectoria"... no me flaneaba todavía la Ossa, como pasaría el sábado pero era un subidón happy. También destacar las dos curvas de derechas enlazadas que había casi al final del circuito. Observé, desde mi modestia, que habia que hacerlas con una solo trazada, muy inclinado y con el gas a medio punto. Creo que es la parte que también hacia bien porque el sábado nadie me adelanto allí, salvo Bultó al poco de entrar en la primera de las dos (primera manga).

Sigo dando vueltas para quitarnos las telarañas..... ¡¡¡aaaah, qué pena que no podamos rodar más a menudo...!!! Al rato de repente noto que no tengo embrague.. miro y veo la tapa del motor algo desplazada!!!! paro y camino hasta "boxes"... los malditos tornillos que quisimos sustituir han cedido, la rosca que llevan tampoco es una maravilla.. solucionamos el asunto aprentádolos otra vez y sujetando con una brida gorda la tapa al chasis.. creo que es esto ultimo es lo unico que nos garantiza que no se volverá a soltar. No vamos a aplicar fijador, se cambiaran por roscas de acero y tornillos decentes este invierno. Tendremos que consultar a Hierro Feroz.


Tambien descubrimos que el soporte que sujeta el vaso de expasión se habia roto... de frenos parece que no hay problemas, ¡menos mal! la horquilla.. una barra sigue perdiendo... es el ultimo finde que vamos a rodar con la moto, tendrá que aguantar y yo con ella. Jugamos a cambiar dos veces los chicles para hacer mejor la parte lenta, acertamos a la segunda, dejamos un 330 puesto (bajamos diez puntos, por cierto, ¡en Mikuni las numeraciones son asi de altas!), con el 340 iba mejor en alta pero fallaba (demasiado gorda, la bujía parecia un zulú) en baja, con un 320 hubiera ido mejor todavia pero justo ese chiclé no lo tenemos.. y con el 310 ya va demasiado fina).
Sábado. Madrugamos de lo lindo. Después del bonito briefing y esas cosas nos ponemos en situación. Por boxes encontramos al bueno de Fer y otros conocidos como el rápido Javier Alcalde, un tio que parece un piloto de cualquier categoría grande del Cto. de España, rápido y efectivo. Subirá al podio, como siempre. Además es afable y humilde, da gusto conocer gente asi, aparte de una pasión y una afición increible: al día siguiente correra la última del CyL en el FK1. También estan todos los del MC Cirbón, mi club, incluyendo al rapido Joaquín con su dorsal 8 y su artesanal Ossa que tiene mil y un inventos. Nos cuenta algunas cosas que me cuesta digerir, increíble pasión la de este hombre. Seria buena rueda, siempre queda delante.

Apretamos mil cosas, tensamos cadena, revisamos cables, etc, hago la mezcla y le meto apenas 4 litros.. pero no nos da tiempo salir en el libre (voluntario)... por más que empujamos el motor no cobra vida. Todos los arrancadores están ocupados o desconectados ya... Putada pero bueno.. ¡menos mal que el viernes me aprendi el circuito!

Salgo al entrenamiento cronometrado (obligatorio, logicamente) y apreto lo que puedo. El curvón me parece una maravilla y sé que alli gano tiempo, quizá el que pierdo en la zona que se me da de pena, la del centro. La pista no está tan sucia como esperaba y tiene zonas muy técnicas que merece la pena disfrutar una vez "analizadas". La mezcla de pilotos es la caña, desde chavales jovenes hasta "abueletes" como Salillas que con su Ducati #29 siempre sube al podio. Esta vez no le vi rozar en ningún momento con los codos como hace en dos curvas en Cintruenigo ¡pero madre mia que pasadas nos metia!, mas de uno sé que no se lo creeria al verle, pues casi parece un anciano pero cuando se pone el mono y se sube a su Ducati se transforma y solo Bultó con su avión pudo sacarle algunos segundos.. ¡admirable lo de esta gente!
Terminamos enteros y con ganas de salir. Algo me dice que con este desarrollo ya no se me irán tan facilmente, que en la salida no palmaré como llevo palmando hace año y pico, veremos.
Descansamos y nos tomamos un plátano cada uno de los dos LFs. Esta vez ningún amigo ha podido venir a acompañarnos, estamos tal cual, con nuestra mesa y nuestras cosas, eso sí, bien rodeados. Los compis del motoclub navarro me animan a usar su bonito arrancador y me facilitan la vida, ¡que pena que no consiga uno!...
Primera manga. Aclarar que como somos solo unos 20 pilotos salimos todos juntos, es decir, los de 250 que somos mayoria, y los 3 o 4 de 350. Se apaga el semáforo rojo y salgo bastante bien, casi no me lo creo, ¡¡¡como se nota que ahora tenemos más moto!!!.. y ya en el curvon adelanto, creo, dos posiciones, quizá tres, mientras llegamos a la primera curva embudo en plan maricón el ultimo. Milagrosamente no hay toques y como ya empiezo a conocer a esta gente sé que si te escapas un poco en las dos primeras vueltas es más dificil que te remonten muchos puestos luego.. lo intento de veras y voy a mitad de clasificacion me parece, eso si, dandolo todo, eso de dejar para luego no lo puedo gestionar porque apenas doy el minimio exigible.. eso lo haran los cracks, los demas hacemos todo lo que podemos, rozando cada vuelta el 100% cuando no lo superamos... Algunos intercambios de posición mientras a lo lejos veo como los punteros abren metros y más metros... En el curvón consigo algunos adelantamientos aunque noto que la suspension trasera me da serios avisos, de atrás se mueve cada vuelta más. El de la Montesa blanca, el que no quiso empujarme el viernes por la tarde porque ya lo habia hecho con otro, ja,ja, por lo visto, me va a pasar facilmente pero calcula mal y al comienzo de recta se sale por "la agricultura" para no chocar con mi colin, detalle que agradezco. En la penúltima vuelta me adelantaria y quedaria tercero, luchando con Javier y su Ossa. Cuando quedan como tres minutos de manga, Edgar, un chaval joven que vi correr con una Aprilia  en Cintruénigo, me adelanta por dentro justo después de fallar un cambio.. regreso del punto muerto e intento seguirle pero no consigo rebasarle, termino el 11... Juan se ha caido, por fortuna sin consecuencias. Regreso a boxes medio contento, nada cansado, me lo he pasado bien y no hace calor. Con esos dos ingredientos es dificil que me canse encima de una moto, la verdad.


Segunda manga. Después de endurecer los dos amortiguadores y revisar media moto, de ajustar un poco el freno delantero y condenar el amortiguador de dirección con urgencia con cinta (se me aflojaba en marcha), salgo a la segunda manga con unas ganas tremendas. La diferencia con las carreritas del año pasado es que esta temporada todo va mejor (el motor ya tira algo, ¡¡bendito carburador Mikuni!!) y estoy disfrutando de lo lindo aunque, obviamente, me parecen siempre malos resultados y solo quiero mejorar más y más para la siguiente... esa "obsesion" es lo que me produce inercias para seguir, solo o acompañado...

Se da la salida y esta vez, por primera vez en mi vida, lo bordo, ¡sin exagerar, sí que lo bordo! Casi siempre suelto el embrague con el cuerpo erguido, sin sentarme en la moto, por lo que ayudo a que durante unos instantes el motor solo empuje el peso de la moto, no tanto el mio, pero aparte de esta "tontá" que me enseño mi padre y Carlos Morante hace mil años, el caso es que salgo a full y no dejo de dar gas mientras entramos a mogollón en el curvón de final de recta, ya sabéis, mi curva favorita del circuito. Miedo me da decir la verdad, pero leches, es que casi no me lo creo... hago un por fuera antologico y adelanto minimo a seis o siete, hostia casi se me pone dura je,je, perdón!!!, luego sé que la mitad me pasaran pero durante unos cientos de metros estoy justo detrás de los cracks de la prueba, je,je. Como os decia antes, una táctica obvia en estas carreras es apretar al principio porque al final pocas posiciones cambian... y en eso estoy, me adelantan, adelanto a alguno, asi pasan la vueltas y pienso que voy sexto o séptimo (de mi categoria) mientras trascurren los minutos.

De repente veo una bandera azul, eso es que nos van a doblar, luego veo otra agitada, asi dos veces más, empiezo a comerme el coco demasiado, mal, muy mal por mi parte... me empieza a dar cosilla seguir al mismo ritmo y  miro pa tras. Veo un par de motos cerca, me abro un poco y me pasan las dos... ¡pero una de ellas no iba en cabeza, es la Impala de Juan!, más listo que yo aprovechó el tema para recuperar la posición que le robé tres o cuatro giros antes.. ¡¡cago en to!! he pecado de lechón e inocente, luego mirando los tiempo veo que subi cinco segundos en esa vuelta, ¡demasiados!

Apenas queda vuelta y media y no hay manera de rebasarle facilmente. Tengo un punto preparado, sí, el famoso "curvón" pero cuando por fin me acerco a el en la recta, acelerando tanto que casi me duele la muñeca (jajaja, ¡es retórica!) y entro casi sin mirar por dentro (al endurecer los amortiguadores la moto va mucho mejor aunque de delante va muy blanda) me doy cuenta que NO HAY mas vueltas.. me mira Juan.. supongo que diria.. ¡¡a donde vas, hombre, si esto se ha acabao ya!! me quedo con esa espinita clavada.... vuelvo contentillo a boxes. Mi padre, que no es hombre de facil piropos, me dice que me ha visto muy bien y que la Ossa iba mas estable en las zonas rapidas... que habria que practicar más para fundirnos a cuatro o cinco mas de estos, je,je.. me encanta cuando le sale ese instinto killer que siempre tuvo... en fin, bueno.. quién sabe lo que pasaria... Al final octavo en la clasificación final, nada del otro mundo, pero cierto que me lo he pasado pipa.

Siempre diré que la emoción de una carrera, sea la que sea, el hecho de luchar con otras motos, el rodar a tu limite junto a otros tipos que buscan lo mismo que tú es de lo más bonito y emocionante que he vivido en mi vida, porque encima te abstraes de todo lo demás y solo hay una cosa en la cabeza, solo un objetivo. Las ambiguedades y los problemas domesticos desaparecen, el futuro y el pasado también, los instintos toman el mando, solo hay una meta en las tripas. Todo ese "pack" ¡me encanta! :-)


Nos espera un invierno con muchas horas de entretenimiento y diversos arreglos por cumplir, con estas motos casi nunca se para... Si encontráis mi viuda rica decidla que me hace falta, ¡que va en serio! ja,ja, necesito unos calentadores, un arrancador y un caballete delantero... además quiero volver a llevar un casco con mis propios colores, o sea, tocaría comprar un casco nuevo (el de Barry además empieza a pedir "pista"), un casco con los colores que tenia de peque... y ¿casualidad?, sabéis cuales eran... blanco y verde, como la HermOssa...

Mis amigos trotamundos


Qué alegría silenciosa supone ver que todavía quedan "chalados" por la vida con "locos" sueños entre manos. Ultimamente algunos mortales somos afortunados: tenemos amigos que están en ello y podemos vivirlo casi como si estuviéramos en el "ajo". En paralelo, difícil no rememorar a viejos amigos y antiguos viajes casi olvidados, crónicas anacrónicas en blanco y negro, memorias que no deben desaparecer en el océano del tiempo, de cuando el mundo era analógico y los recuerdos costaban más apuntalarlos en algún medio físico.

Pero comencemos por lo más reciente. Como muchos sabéis, hace meses, en abril concretamente, Vitin nos presentó su proyecto de vuelta al mundo, solo, con su fiel "Camel" y toneladas de ilusión, preparativos y anotaciones técnicas.


El viaje arrancó según lo previsto y fuimos siguiéndole gracias a los contenidos que fue preparando y publicando en la red. En mi opinión, todo en su justa medida, porque las aventuras, cualquiera me atrevería a decir,  hay que vivirlas en primera persona, a tope, y luego, si hay ganas y tiempo, contarlas. Ese es el orden lógico y la mesura razonable que algunos apreciamos. Sin embargo, conocemos otros casos en que parece más importante la publicidad, la exposición y las prisas que vivir a flor de piel cada momento, una sensación que hace pocos años ni se concebía. Pero sigamos con el resumen de lo ocurrido estos meses. Vitin partió hacia el Este, buscando el buen tiempo además, recorriendo increíbles tramos de Bulgaria, Turquía, la siempre impresionante Irán (¿cuantos piensan que un Occidental no puede viajar por aquellas tierras del "eje del mal"?), hasta llegar a dos lugares, para mi, especiales, mágicos, casi de leyenda: La India y Nepal, incluyendo su capital Khatmandú, el paraíso de los hippies, y hasta del budismo (zona "energética" que el que suscribe esto sueña con visitar algún día). Las imágenes que nos ha brindado Vitin durante este tiempo son impagables. Y si al verlas, o al escucharle en sus vídeos, te imaginas un poco lo que ha vivido nuestro amigo encima de su moto (por fortuna, casi todo en positivo) tienes casi que notar en tu cuerpo la palpitación de la emoción de la aventura, la tensión de la incertidumbre, todo mezclado con mucha envidia y  admiración, aparte de la típica curiosidad de cualquier rutero. Sí, mucha admiración por tener la valentía de escuchar al corazón y meterte en semejante berenjenal, vender parte de tus posesiones y lanzarte a la piscina de crear un viaje personal iniciático, de larga duración, bajo tus condiciones, algo que sin duda marca la vida de cualquiera. El "detalle" de los recursos para financiar semejante proyecto no es cuestión pequeña. Salvo algunos patrocinadores técnicos, Vitin no ha contado con más ayudas.


La divulgación del viaje gracias a sus vídeos personales es estupenda. Son muy amenos, con una duración correcta, sencillos, directos y simpáticos. ¡Cuantos tendrian que aprender!, la cercanía de este hombre, esté donde esté, y su don de gentes, es admirable. Ya nos avisó varias veces que no iba solo a dar la vuelta al mundo, que el mundo está lleno de gente. Y así nos lo ha confirmado una y otra vez. Verle con semejante "jamelga" en esas poblaciones de Asia debe ser todo un show, los "fans" surgen espontáneamente y, por lo que nos ha contado, es habitual que cualquiera eche una mano. Es verdad, queda mucha gente buena en el mundo todavía, aunque desde aquí a veces cueste de creer. Por fortuna no ha tenido que sufrir ninguna avería mecánica ni ningún problema de salud en mitad de ninguna parte, pero sí ha sucedido un intermedio no previsto.

En Malasia tuvo que acudir a un concesionario para resolver un pequeño problema con el tapón del depósito. Providencialmente, allí le detectaron que tenía prácticamente quemado el embrague. Fue toda una suerte evidenciarlo allí y no en mitad de cualquier ruta. Después de echar números y evaluar pros y contras, todo derivado de una garantía internacional de BMW que algunos creemos es muy mejorable, Vitin decidió mandar en barco a casa a su fiel compañera y él mismo regresar a la piel de toro en avión. Un tiempo que ha costado la travesía de Australia pero que, por otra parte, ha permitido que nos veamos con Vitin antes de lo previsto (en mi caso dos veces). Por Madrid, nos hemos visto primero en el bar Daytona donde nos juntamos unos cuantos (foto de abajo), disfrutando de algunas anecdotas y con la oportunidad de volver a ver amigos y conocidos que no vemos a menudo. Luego, hace apenas unos días, volvimos a vernos unos cuantos, esta vez en el bar motero de moda en Madrid, Motor B, en el centro de la city. Ahora, ayer mismo, nuestro héroe voló rumbo a Argentina donde reanudará su viaje hacia el norte, Chile, Perú... EEUU será la última etapa global del viaje pero para llegar a esas tierras todavía falta tiempo. Disfrutaremos mientras tanto de sus nuevas aventura andinas. Personalmente sueño con viajar a Perú y a sus ruinas desde crio, seguro que algo nuevo aprenderé con los relatos que nos aguardan. (Puff, no me hubiera importado viajar en una maleta de "Camel" estos días...)


 El hermoso viaje de Vitin no es el único que estamos degustando. Antes de empezar el suyo, ya estamos disfrutando del que está preparando nuestro amigo Hugo Scagnetti (¡compañero de trabajo!), otro motero acostumbrado a viajar por todo el planeta y a soñar sobre dos ruedas (en moto y en bici). Su idea de hacer la vuelta Verniana al mundo en 80 días a bordo de una moto surgió después de sufrir una inesperada enfermedad que le impedía caminar. Cuando se intereso en conocer su rara enfermedad (necrosis avascular de la cabeza del fémur), de la que afortunadamente ya está recuperado, descubrió que apenas hay "cobertura" médica en nuestro país. Su viaje tendrá un elemento solidario importante porque sus beneficios (derechos de imagen) irán destinados a la investigación de esta enfermedad, con el hermoso objetivo de ayudar a los niños que la sufren. El proyecto de vuelta al mundo en una moto (always connected!) se llama "GLOBAL RIDER 360", contará con el apoyo de Movistar y Yamaha, y presenta una faceta tecnológica insólita e inédita (tecnología M2M) ya que la moto y el piloto estarán conectados y monitorizados en tiempo real por diversos sensores, aparatos y centralitas, lo cual aportará sin duda mucha información técnica para estudiar y comprender el comportamiento de la máquina y el piloto en todo tipo de  circunstancias y lugares. Hugo aunque circule solo en su moto, pretende que todos compartamos sus aventuras, día a día, gracias a las posibilidades de las actuales telecomunicaciones. Así que seguro que disfrutaremos un montón... :-)
Aparte de todo esto, que haya involucrado a Yamaha y lo haga a bordo de una SuperTénéré es un "detalle" que, particularmente, me encanta, ahora que vivimos inmensos en la "fiebre GS", como si no hubiera más motos tragamillas en el mercado. (Se notan mis gustos, lo sé, pero no diréis que no hay cierta "fiebre" germánica desde hace ya muchos años, para mi gusto una moto sobrevalorada).


Ya tendremos tiempo para profundizar en sus aventuras, proximamente. La otra noche en Motor B, junto a ellos, más amigos y nuestro querido Mudo no pude evitar recordar el alucinante viaje que, hace muchos años, hicieron José Cuervo (el hermano de Gustavo Cuervo) y Carlos en sus BMW boxer por Argelia y el desierto. No habia móviles, ni wi-fi, ni mecánicas tan fiables... tampoco grandes patrocinadores ni geolocalizaciones tan exactas. Recordamos el accidente que tuvieron y como reconstruyeron el tren delantero de una de las dos motos en un camping. Con mi padre asistí a su regreso a España, por la carretera de Andalucía, antes de llegar hasta Madrid donde les esperaba la familia y amigos de la revista Motociclismo. En aquellos días, no había muchas hazañas que seguir; si encima las protagonizaban amigos tuyos era un auténtico puntazo, como cualquiera puede adivinar. Y a renglón seguido Mudo recordó en plan resumen su aventura en Vespa a Elefantes, hace más de 30 años, viaje que he comentado en este blog en alguna ocasión pasada. Con aquellas motos, con aquellas ropas... disfrutando de la nieve, podríamos decir, porque sus fotos de aquella hazaña son sencillamente fascinantes. Recordé de pasada, intentando no gastar muchos minutos con el pasado, la intentona de mi padre en esos días con su Guzzi de viajar a Elefantes, también solo. Desgraciadamente, el clima y el hielo le dejó atrapado antes de llegar a meta. Nunca pudo volver a intentarlo, ahora lo pensamos en casa, acudir a esta cita mítica y tacharlo de mi "Debe"... vieja deuda que cumplir, sin duda. En general, a veces echo de menos aquellos sabores... pero no creáis que es nostalgia infinita, para nada, solo una memoria que aborda el presente, el futuro y también ese glorioso pasado. Nada está terminado, nada queda obsoleto. Todavía tenemos esperanza de nuevas aventuras. Gracias a trotamundos como Vitin o Hugo, todavía queda tela que cortar y aventuras que disfrutar... aunque no estemos encima de otra moto, junto a ellos. Algo que me encanta de estos dos ruteros es su mentalidad. Piensan y sienten, cabeza y corazón, todo bien mezclado. Preparan las cosas pero no temen los imprevistos, que llegarán, por supuesto... Todo esto me recuerda en ocasiones viejas ideas que hay que regar con mimo o se secan inexorablemente con el paso del tiempo. Basicamente se resumen en tres palabras: preocupaciones las justas.


Mañana me voy con Julito y mi padre de viajecillo a Pirineos y no he mirado el tiempo, como cuando era joven, como cuando era practicamente inmortal (sic), cuando no planeábamos en exceso "medidas de contigencia", cuando, casi siempre, era fácil y "obvio" salirte con al tuya... Este viajecillo no es una aventura, desde luego, pero me sirve de ejemplo para recuperar tono... La diferencia es que de joven ignorábamos esos posibles problemas por puro desconocimiento y falta casi absoluta de preocupación, ahora es por decisión, cocinando la receta que venia con nosotros al nacer (opino que nacemos con esa naturalidad benigna que perdemos con los años, cuando generamos o vemos problemas incluso dónde no los hay). En resumen, ni ser un temerario ni rozar la excesiva prudencia que conduce a la cobardia, dejar un poco de margen para todo, incluido la locura sana de la aventura. Poco más nos queda sin programación en este mundo moderno... 

Vitin, gracias por tu pasión, amigo, gracias por darnos otro ejemplo memorable, gracias por hacer que el motociclismo sea todavía el barco ideal para los pocos piratas que quedan en la Tierra. Hugo, te seguiremos de cerca, ¡se presenta apasionante tu insólito viaje! ¡Buena ruta para todos!





Bañeza 2015: Temperatura emocional


Ya va siendo hora de repasar lo vivido en la prueba urbana más legendaria de nuestro país (al menos para unos cuantos). Seas quién seas, creo sinceramente que merece la pena escuchar a quienes lo viven cada año de cerca. Las palabras de cada participante, y muchas veces las de los acompañantes, son dignas de ser escuchadas, por no hablar de lo que siente el público y lo que viven y sufren los organizadores. Sin todos ellos, obviamente, toda esta fiesta de los sentidos seria imposible. Está claro, es una gozada hablar de esta carrera siempre. Y todo porque los relatos y los sentimientos suele salir de las tripas, no solo del corazón. Historias de motoristas, de personas, de soñadores en muchos casos. Ahi va la nuestra...

Este año llegábamos algo más preparados. Con la mente más despejaba y con menos preocupaciones en la mochilla llega uno más animado y centrado para abordar cualquier aventura. Aparte, lo importante, muy bien acompañado: Luismi me volvió a ofrecer su inestimable ayuda (personal y logística) y encima mi padre pudo venirse y aportarme su sabiduria "on line", ¡cómo se lo paso! Junto a Laura, los cuatro partimos hacia la aventura un viernes por la noche, con esa sensación que tan pocas veces siente uno al año, la de no saber muy bien qué pasaría aquel finde. También ibamos con otro plus: la mecánica es mejor que la del 2014, cuando debutamos en este templo. La moto carbura y anda relativamente bien (sobre todo en alta). No llega a ser uno de esos aviones punteros o esos inventos de dudosas tripas clásicas pero anda razonablemente. (Como dije en la crónica de Cintruénigo, empezamos a tener una moto de carreras, no solo una clásica tuneada, pero queda mucho camino mecánico por delante...) Volviendo a nuestro relato, solo habia un pero, culpa mia... Al final, por H o por B, no fue posible conseguir el desarrollo adecuado para el trazado, por lo que ibamos con un desarrollo largo que nos penalizaria inevitablemente... Siguiendo con las buenas noticias, alli nos esparaban los amigos valencianos aunque esta vez, por desgracia ni Manu ni Pau iban a correr (esperamos su regreso para el 2016, ¡junto al del mítico Barrina!). Carmelo y el Mudo tambien estarian desde el primer minuto por la zona de boxes para echarnos una mano (o dos, o tres), vamos, que no me podia quejar, ¡menudo team!

Como siempre, en la categoria de 250 hay muchos inscritos, tantos que los entrenos se dividen en dos grandes grupos para seleccionar unos 30 para la carrera del domingo. Este año me avisaron que eramos unos 70 inscritos. En 4T y en GP no sucede esto, al ser muchos menos inscritos es muy raro que no salgas el domingo. Os aseguro que solo rodar el sábado con tu moto merece la pena, aunque obviamente no es el objetivo. Otra vez llevo el dorsal 31, mi otro número favorito. Pero vamos por orden.

Como decía antes, llegamos más preparados. Volvi a perder unos kilos como el año pasado antes de la cita, todo por la HermOssa y la relación peso/potencia. También se nota en los cambios de dirección e incluso en los reflejos. ¡Si es que sin salud no somos nada! Con 43 tacos (los cumpli días antes, ¡el mítico dorsal de cierto piloto veloz cartagenero que ganó aqui también!) y con tantas reponsabilidades de la vida "civil" sobre la espalda, ¿qué más puedo pedir?, ¡cualquiera se queja!...¡soy un puto privilegiado!

Llegamos a la calle Armonia arrastrando a mano el carro que me prestó el bueno de Marco, mientras Luismi continúa hasta el final de la calle para aparcar la furgo, cerca de las vías. Enseguida nos descubre Edu y nos hace una foto divertida, ¡buen recibimiento! Estamos justo en el callejón, donde los valencianos ya han motado su espectacular "chill out", donde no falta de nada, ni mesas, ni comida, ni cocina, ni calor humano, por supuesto. Luis, Paqui, JJPolit, etc, etc... ¡un año sin ver a la mayoria, pero parece que han pasado solo unas semanas! Después de algunas charlas y muchos saludos, empezamos a colocar nuestros trastos bajo una carpa dónde, este año, solo habrá una moto, ¡la mia!, la verdad, me siento abrumado, parezco el piloto más mimado del mundo. Amigos, conocidos y desconocidos rodean la HermOssa...


Quedan unas horas por delante. Paso pacientemente por la oficina y me "presento", como todos, recojo el trasponder y la bolsa de embutidos con la que nos obsequian a cada piloto, ¡lujazo! Aparte, comentar para quién no lo sepa, que en esta carrera los pilotos no pagamos nada por la inscripción. Un dato muy agradable y que no se repite a lo largo del año en ninguna parte... Muchas caras conocidas, muchos saludos y algunos abrazos. El cielo sigue azul y el calor, aunque presente, no resulta todavía asfixiante, ¡menos mal! Por fin encuentro a Champi y hablamos, también al otro gallego, a Xose. Luego saludo al bueno de Alejandro, el dueño de la bella Benelli cuatro que todos conocéis si sois seguidores de esta prueba. El participará con su Bultaco amarilla en la categoría 2T. La Benelli está solo de exposición un año más, por desgracia... De los Moclava poca presencia, una pena, ¡se les echa de menos! Veremos a Paco más tarde pero, por desgracia, tampoco corre este año, y luego, sin saber que estaba por alli, al bueno de Juan que ha prestado su Impala a un piloto.
  
Pronto empezamos a revisar nuestra pequeña Ossa. Enseguida la arranco para preparar las verificaciones. Como siempre, en frio y sin "arrancador", cuesta un poco. Por fortuna, Carmelo ya está preparado y sus biceps me ayudan para empujarla y arrancarla. Apenas he echado un litro de mezcla. Después de varios intentos y cientos de metros recorridos, la moto atrona por primera vez, en dirección contraria en la recta de meta, como era el trazado hace muchos años. Empiezan a rugir otros tubarros, comienza a verse público y vecinos asomados por las esquinas... Me voy en marcha y vestido de paisano hasta el final (o principio) de la calle Santa Elena. Antes de llegar a la curva rápida que enlaza con Pedro El Oculista (¡nombre de la siguiente calle!) doy la vuelta y sigo quitando carbonilla. Repito la operación un par de veces más. Habiamos arrancado la moto dos semanas antes y rodé con ella unos quince o veinte minutos en el polígono, rodando a ritmo muy tranquilo, pues con el tráfico que tiene ese polígono es imposible estirar siquiera tercera. Lástima no poder practicar más y llegar, los dos, más rodados... pero no hay que quejarse, hay que dar el cien por cien con lo que uno tenga, siempre, para evitar luego mirar atrás y reprocharnos alguna cosa.


Sorpresa, noto que el depósito pierde líquido por la zona que pensaba que ya estaba estanca. Al mismo tiempo, conocemos en persona a un tio genial, "Efe", a secas, y junto a mi padre empezamos a pensar en cómo solucionarlo. La verdad que pierde bastante, ¡vaya tela! Lo suyo seria arreglarlo por dentro pero es una operación imposible de realizar en plena prueba, y por fuera, necesitaremos alguna pasta de esas o algo similar. Después de preguntar por los boxes, los simpáticos conocidos de la Bultaco-KTM me prestan una cinta que usan los fontaneros para evitar perdidas, por otra parte un chaval joven que corren en 125/Moto3 me presta un tubo de pasta especial (no recuerdo el nombre) de esa que mezcla varios componentes. Lijamos la parte del depósito afectada y combinamos ambas soluciones. Como quedan horas por delante, lo dejamos secar bajo el sol que empieza a atizar de lo lindo.


Llegan las verificaciones y una vez mas veo que son de chiste... a mi ni me miran los precintos pero me dicen que no puedo llevar "puente de horquilla", aunque mas bien es un piececita fina de aluminio que sujeta la aleta a las barras, nada más. Algunos creemos que se podrian hacer mejor estas verificaciones. No digo que miren el cubicaje de todas las motos (alguna sorpresa saldria) pero, por ejemplo, a final de carrera se podria hacer una elección al azar o similar.
Comemos buen arroz, claro, aunque yo apenas apuro, no me apetece, ¡el ambiente es genial y alimenta! Engraso la cadena y me visto de romano tranquilamente. Por fin vamos a salir al crono libre. Me entero en qué grupo salgo, el primero y me pongo las gafas como último "accesorio" personal (sin gafas todavía soy más lento, ja,ja). Tengo ganas de salir de una vez. La pista me encanta, mi favorita para una clásica, y aunque ha pasado un año recuerdo claramente el subidón que me produce la mitad de su trazado (en la otra mitad más que disfrutar, sufro un poco). El sonido es casi infernal, y ya hay mucho público por alli. Abro los grifos y muevo la dirección, mi vieja mania, estamos a punto. Este año abandono la idea de intentar arrancar al empujón por la calle de boxes, demasiado peligroso con tanto peatón y motos rulando. Carmelo y yo subimos hasta recta de meta y le preguntamos a uno de los comisarios si nos deja arrancarla en la bajada. Nos dice que ok (¡que buena gente!) y enseguida la moto vuelve a rugir poderosa. Un pequeño escalofrio me recorre, parece que me activo, dejo de pensar y me centro en lo que vamos a hacer. Salimos pronto y la primera vuelta del crono libre me la tomo logicamente de "inspección". El aspecto del circuito es magnífico, o a mi me lo parece. Esta vez no me toca descubrir curva a curva sus metros de asfalto, empiezo a recordar rapidamente algunas cosas, alguna referencia. La moto va bien, y con eso ya me conformo. Ya en la segunda vuelta empiezo a apretar un poquito y a disfrutar de la bajada que muchos conocéis, ¡poderosa, atractiva!, que gozada bajar a tumba abierta mientras metes cuarta. No es momento de darlo todo pero una Impala intenta pasarme por fuera justo donde termina la bajada, un lugar algo comprometido.. de hecho, casi se sale recto, por fortuna solo nos tocamos. Unos segundos mas tarde, en la recta que precede al Sacacorchos me pasa por la izquierda, una vuelta más tarde se cae solo, unos metros delante de mi. Me da que iba un poco pasaéte... Por el camino descubro a gente diez como Xose, Rodri o Fer.. todos con ganas, claro. También da tiempo a ver fugazmente a los pilotos rápidos como Eti, ¡alucinante contemplar de tan cerca su talento! Me animo y empiezo a apretar, sin volverme loco, claro. La moto va muy bien pero palmo en la recta de meta y en la zona rápida anterior, no estoy aprovechando bien el cambio, el desarrollo es largo, como imaginábamos, me falta aceleración. El ángulo que precede a la recta-subida de meta es un calvario, abro tan pronto como puedo, tirando de embrague incluso, pero me pasan sin mucha dificultad... luego recupero en la bajada unos metros.. por lo demás, aprieto los dientes, aprovechando mejor la pista que el año anterior. De frenos no voy sobrado precisamente pero cumplen. Luego "Efe" me diria que tengo que redondear menos algunas curvas, como la del ángulo que mencionaba antes. En los urbanos, ciertamente, muchas veces merece más la pena hacer trazadas en "V", no tanto en "U"..pero para ello hay que apurar mucho... tomo nota de su consejo para el entreno cronometrado (aunque imagino que no podré parar tanto la moto como para hacerla girar noventa grados en tan pocos metros, ya veremos...).


Me noto mas suelto vuelta a vuelta aunque la boca se me queda seca como el esparto. La temperatura ayuda, no hace excesivo calor, la moto va redonda y el público nos jalea a todos, lo noto aunque no puedo apartar mucho la mirada de lo negro. Es increíble el ambientazo que empieza ya a respirarse... Concretamente, en la zona del Sacacorchos se nota muy cerca el calor de la gente, sus gritos y sus palmas de ánimo parecen empujarte... luego me comenta un conocido que me animaban mucho en esa zona, ja,ja, la verdad que en esas eses hay que andar muy fino pero la recompensa es inmensa, ¡un lugar alucinante! Las gomas como son casi nuevas se agarran que da gusto, este año es más fácil tumbar de verdad. Estoy contento, disfrutando, aunque cuando te pasa un avión dejes de sonreir mentalmente. Es lo que hay, si quieres lo tomas o si no lo dejas... nadie nos obliga a meternos en estas historias...

Terminan los quince minutos aproximadamente y aunque supongo que mi tiempo no será para tirar cohetes mi balance personal es aceptable, luego apretaré más, hay margen todavía. Además, estas motos requieren "rodaje", luego irá mejor. Luismi, Carmelo, Mudo y mi padre me reciben animados, hasta contentos diria yo. El "telemétrico" del crono me dice que iba bajando mi tiempo vuelta a vuelta, buena señal, y que han habido varias caidas, la gente no se guarda mucho, no... Este año la organización ha bajado el corte a 1,30, quién no lo supere no saldrá en carrera. Estoy a dos segundos y poco, sé que si aprieto y espabilo un poco más lo conseguiré. No me gusta largar mucho pero es lo que pienso y algo comento a mis amigos, ¡qué menos que derramarte entre ellos! Con 1,32 hubieramos podido salir en carrera en ediciones pasadas (si no recuerdo mal) pero eso ya no vale, no cuenta, somos muchos y es lógico que salgan los más rápidos. ¡De celebrar una carrera el domingo para los demás participantes que no pasen el corte, ni hablamos!, ya sabéis que nos dijeron hace dos años que no les dejan más tiempo para organizar otra manga el domingo... (sic)...

Bajo la carpa de boxes, después de comentar la jugada, miramos la bujía y vemos que sale un pelin (solo un pelín) gorda pero no vamos a cambiar chiclé. Tocamos los bajos del depósito y vemos que no pierde, ¡bien! aunque algunas gotas siguen saltando por el tapón, a pesar del cajeado que le hicimos hace tiempo. También tensamos el freno delantero pues en las dos últimas vueltas casi tocaba la maneta el puño del gas. Al final, decidimos cambiar la NGK por otra bujía impoluta... Mi padre está disfrutando a tope, mira y remira la moto, apreta algun tornillo, revisamos las estriberas, el embrague, la tensión de la cadena, el pedal trasero, revisamos hasta donde baja la horquilla... cerca del tope, ¡este invierno hay que hacer varias cosas!

El tiempo vuela y volvemos a salir. Ya es el entreno cronometrado. Aqui no venimos ninguno a pasearnos, hay que jugarsela logicamente, olvidar ciertos "raciocinios". Echamos un par de litros más de mezcla por si las moscas y volvemos a repetir operación de aranque por la linea de meta cuesta abajo... esta vez, logicamente, es más fácil y arranca en pocos metros. Como he bebido una lata isotónica de esas espero que me dé alas y baje esos pocos segundos que me separan de lo que seria un puntazo (para mi): clasificarme para carrera. En 4T no tendría ese problema... pero tengo claro mis prioridades, ¡aunque suframos! Los valencianos, que tienen mucha mili y llevan años viniendo a estas tierras, me animan como el que más, ¡qué buena gente!, eso de que hace falta tres o cuatro años para clasificarse no debe afectarme, ¡hay que clasificarse ya! Sonrió agradecido por su calor..., es fácil recordar porqué nos metemos en estos fregaos..., vamos a darlo todo, me gustaría devolverles la confianza con un buen crono.

Salimos enchufados. La primera vuelta es un poco de "reconocimiento", para que se calienten las ruedas, aunque muchos punteros lleven en su equipaje calentadores. Es la segunda vuelta y apretamos de lo lindo pero enseguida noto algo "raro"... sigo apretando y apurando lo que puedo. En la famosa bajada la cosa va bien pero apuro un poco más y noto que casi hago tope de horquilla, se me mueve media moto, a la vuelta siguiente igual, pero eso no me preocupa mucho, hay otro tema, en las rectas noto que la moto no anda igual.. no sé si es una paja mental mia o sucede algo... una vuelta más tarde me empieza a ratear en varias curvas.. empiezo a preocuparme en serio. En la recta de meta esta vez me pasan más facilmente, no lo entiendo, no es que no ande la moto pero anda menos que en el libre, eso está claro. Un momento "interesante" de la tanda: Eti el valenciano (que al final conseguiria la pole) nos pasa por dentro limpiamente a otro corredor y a mi donde termina la bajada, madre mia, ¡como va!, parece que va con su antigua 125 de GP, fabuloso. Luego hablariamos de ese momento. Termina el crono, estoy un poco reventado, lo he dado todo, casi me cuelo dos o tres veces pero no quedaba otra opción. El que se coló una vez de una manera divertida (¡para los demás!) es Fer, este gran hombre con su Impala roja (que también saldría en 4T con su Sanglas). Resulta que llegando (otra vez) al Sacarcochos, adelantando a otros dos pilotos mas lentos, otro piloto y yo vemos como su Impala nos pasa como un cohete por la derecha ¡a los cuatro!.. me da tiempo a pensar aquello de "tio, ¡si tienes manos para meter ahora la moto en la curva olé tus cojones!", pero no, se hace un recto para no comerse las balas de paja... luego lo comentariamos en tono jocoso. Poco más que contar. Paro preocupado, hablamos. Me dicen que he picado peores tiempos... Miramos la bujía, sale muy fina.. yo personalmente no lo entiendo, pero cuando comento que noto que la moto anda menos.. mi padre nos hace levantar la Ossa en vilo un instante y hace girar la rueda delantera... ¡está frenada!... ¡las zapatas se han dilatado!... se me queda cara de tonto... otra cosa que teniamos que haber cambiado semanas antes quizá, ¡qué oportuno que suceda ese sábado! ¿Quizá tuvo que ver que tensamos el freno entre las dos mangas? posiblemente.. Bueno, a casi todo el mundo algo le pasa. Nos tocó una china un poco más gorda. El tiempo está lejos del marcado en el libre, es un lentorro 1,36, cuatro segundos más lento, me da mucha rabia pero la evidencia es la evidencia, otro año será... Mi padre, que no es amigo de derrochar piropos, más tarde, me dice con cara seria que iba bien, que seguro que me hubiera clasificado de no haber pasado aquello... Me lo tomo como un comentario a tener en cuenta, para nada un cumplido. Quién sabe...

Llegan Marco y Meli, ¡por fin!, comentamos la jugada, él lleva muchos años sin pasar por aqui, sabe apreciar lo que vemos en cada esquina. El domingo alucinará cuando detecte una moto "clásica" con caja de cambios cerrada... Llega también esa gente chula del sur, Dani, su chica María, Pedrito.. al rato, por fin, veo a Iván (que no conocía la prueba y está alucinado), a Daniel Pisabarro de alli, de La Bañeza, a los indios, Sergio y Bego, etc... solo falta Valentin pero vendría al dia siguiente desde Asturias...  Todos estos encuentros consuelan el ánimo. Tengo una sensación agridulce en la cabeza pero es lo que hay..., quizá no teniamos que haber tocado nada entre los dos entrenos. Al final descubrimos otra cosita: he debido reventar un retén de la horquilla, se escape liquido, las marcas de las apuradas asustan un pelín de hecho. Bueno, esas barras habrá que tocarlas este invierno... un buen ajuste de sus pasos internos, cambio de aceite y cortar muelles para endurecerlos.. pueden pedirte unos 150 euros, merece la pena, yo no fumo, eso se lo gastan algunos en tabaco al mes, ja,ja....

 
Llega la noche del sábado. Muy entrentenida la velada pero con un frío que jamás habiamos pasado allí (¡cenamos con las chaquetas puestas!). Luego bajamos algunas calles para ver el concierto... pero ojala hubiera tenido motivos para pasarla durmiendo, pensando en mi carrera del domingo, pero no pudo ser. Volviendo a casa, en la furgoneta me preguntan si merece la pena vivir todos los sinsabores previos, todas las semanas de pequeños preparativos, tantos recados, tantas horas robadas al sueño o al ocio... y la gran pregunta, qué se siente dando vueltas al mítico circuito. Y esa última pregunta es la típica cuestión que yo preguntaba de joven a los amigos pilotos que participaban en alguna prueba. Pues la respuesta, que suelo guardarmela para mi, es la siguiente: al margen de tus manos, aquellos minutos de placer y desafío personal son tan intensos y emocionales que no sé muy bien describirlos. Vives en esos minutos con la obsesión de ser rápido, de hacer lo que más te gusta de manera correcta, negociando los ápices de las curvas sin llegar a tocar las balas de paja, acelerando hasta con las tripas cuando giras la muñeca, concentrando todas tus energías en la cercana lejanía de la siguiente curva, disfrutando y sufriendo, olvidando todo lo demás, hasta el mundo que te rodea por supuesto.. En esos intensos minutos solo hay un objetivo y todo se reduce a cuestiones muy simples de formular... Es una satisfacción tan enorme cuando salen las cosas bien y un chasco tan crudo cuando no es así que cuando dejas atrás esas vueltas todo te parece lento, aburrido y demasiado seguro. Cuesta "resetearte"... y lo digo con modestia y sin exagerar.
 
¿Qué mas contar de esta prueba ya casi legendaria? que hubo mucha gente, mucha. Comentaron días después que llegamos a los 60000 asistentes, ¡qué pasada!, ¡más que algunos GPs! Un deseo absurdo pero lógico: ¡ojala se celebrara esta prueba cada seis meses!, qué caro salen los errores... Eso sí, que se olviden de esta prueba las federaciones (y Dorna, ja,ja), que dejen el evento en sus actuales manos... no necesitamos mucho más, un diez a la organización.

Las carreras del domingo fueron bastante explosivas, y con algún incidente. En 2T se bajaron los tiempos de una manera brutal, especialmente Sergio Fuertes, el vencedor, después de remontar, bajó en ¡tres segundos! el record del circuito, picando un alucinante 1,17,602. Ningún piloto pudo hacerle sombra...salvo el gran Eti con su Bultaco voladora. Los demás punteros, a un par de segundos mínimo. En 4T tuvimos una animada carrera con la satisfacción de ver ganas al veterano Múgica que con sus 60 y pico años volvió a ganar una carrera en La Bañeza después de.. ¡¡35 años!!, ¡esta mágia solo se encuentra aqui! Mala suerte para nuestro admirado Jorge Quirós. Cuando disputaba la victoria con Múgica tuvo algún problema que le relegó a una lejana novena posición final.


Y por último, el plato fuerte, las motos de GP, palabras mayores, con unas medias entre calles que pocos se creen hasta que las ven en acción. En el ambiente flotaba la doble tragedia de Laguna Seca, luego fue emocionante vivir el homenaje a Bernat Martínez y a Dani Rivas. El hermano del primero, Alex, quedó segundo en la categoría de GP (dorsal 32). Verle rodar solo unos dias después de la tragedia ponia un poco la piel de gallina. Por fortuna, sin duda sintió el afecto de todos los presentes. Fue duro seguro, pero pienso que tanto calor humano le vino muy bien. También hay que mencionar la presencia de un miembro de la saga Dunlop, ¡sí, sí!, Sam Dunlop, sobrino del mítico Joey, que corrió por primera vez aqui, un poco despitado, y con unos settings poco adecuados por lo visto (terminó el quince). Pero volverá, dijo. De Pedro J. Vellaspi ¿qué podemos decir?, grande, original, único... el mejor speaker que podría tener la carrera... y hasta se declaro a su chica en linea de meta después de terminar las carreras, micro en mano, rodeado de todo el gentío, ¡momentazo!

Lamentar la mala suerte que tuvieron Champi (sobre todo con la Ducati, ¡se le paro en la salida el domingo!) y Edu, con el choque que tuvo en la recta de meta... Xose sí se clasificó y creo que se lo paso pipa. No quiero terminar sin mencionar a más buena gente que pasó por nuestro chiringuito. Los amigos de AMZ (Conchi, ¡no te pierdes una!), de Motorock, Marta Fernández, etc, etc.. y por fin, otra vez, nuestro querido amigo Luis Dios. En general, ¡cuanta gente anónima pudo acercarse y hacerse fotos con la Ossa!, si hubiera cobrado un euro por barba, je,je... Y como colofón, el domingo fue todavía más especial cuando nuestro estimado Mudo consiguió reunir facilmente siete, ¡¡siete!!, Luises para esta foto que os pongo aqui (entre ellos, agachado, Luis Rosón, viejo compañero de aventuras de mi padre, ¡llevaban tres décadas sin verse!):
 

El domingo desmotamos la carpa y los valencianos recogieron todos sus bartulos. Se barrió la acera, la calle... los sonidos de los tubarros quedaban atrás... A veces pienso que estamos un poco locos, que somos unos ingenuos.. ¡mira que acudir nosotros a esta cita, donde ser reunen los mejores del país!, tiene "delito", solo hay que ver sus despliegues, su talento, sus tablas, sus motos... pero, la verdad, mientras no hagamos el ridículo volveremos a intentarlo. Ya queda menos para que todo cuadre bien, incluso este invierno quizá podamos practicar y rodar más y mejor... Si no se tuerce nada a nivel personal estoy totalmente convencido que llegaremos a nuestro objetivo. Antes se hiela el infierno que perder las ganas... Gracias a mis amigos, a Luismi, Mudo, Carmelo, a mi padre... todos echándome más de una mano, gracias a todos los que nos animan y a todos los que hacen posible esta fiesta irrepetible en tierras leonesas.


Campeones de la carretera...



Hace como treinta años, en una de sus fantásticas Cintas Americanas, el gran Dennis Noyes rememoraba sus viejos tiempos en Inglaterra, entorno a finales de los años sesenta, cuando sus temerarios amigos competian en circuito y por carretera abierta con sus monturas británicas, llenas de personalidad, averías y singularidades. Se hacia una bonita reflexión sobre las prestaciones de aquellas máquinas (y las heroicidades de sus valerosos jinetes) y las prestaciones que él comenzaba a disfrutar en los años 80 probando poderosas japonesas como la Yamaha FJ1100 o alguna Ninja gorda, con sus cifras y tecnología casi galácticas, nada que ver unas con otras (por mucho que en ocasiones se empeñara en pensar que eran una "continuidad" de los modelos británicos pero mejoradas). Titulaba aquella fantástica Cinta con la lacónica frase "No es época de héroes".

El cambio de prestaciones que existía entre las motos de ambas épocas marcaba la diferencia. Con las primeras, basicamente modelos de marcas inglesas, auténticas monturas con alma, con prestaciones limitadas y mantenimiento by owners, la idea de exprimir todo el potencia del motor era algo habitual y hasta "lógico" dentro de la cabeza de aquellos aguerridos motoristas de cuero negro y casco Cromwell (o sin casco directamente). Sí, aquellos héroes del famoso Ace Cafe de Londres por ejemplo. Daba a entender Dennis que, al fin y al cabo, aquellas velocidades, aunque muy meritorias pues el resto de la moto apenas acompañaban (frenos, chasis, suspensiones) eran más o menos asumibles y disfrutables por el común de los mortales con pocas neuronas, lo cual no resta ni un ápice de mérito a conseguirlo... porque habia que tener valor para exprimirlas en aquellas carreterillas con suelo húmedo y tráfico algo caótico. Personajes reales de los comics de Joe Bar. Sé que me entendéis. Esa esencia era magnífica; luego, ahora también, legendaria.
 
¿Tenía Dennis razón?, ¿con las motos modernas que tenemos podemos emular de alguna manera a aquellos valientes de cuero negro y mirada temerosa? La respuesta que me surge es rápida y tajante: no. Y no hablo solo por nuestros actuales pepinos, hace diez y veinte años contestaría lo mismo. ¿Dónde puedes exprimir tu japonesa de cuatro cilindros de casi 200 CVs? obviamente, creo que en un único paisaje; un circuito. ¡Y a veces ni alli!, dudo que puedas alcanzar el límite, en circuitos como Cartagena o Albacete, de alguna SBK de litro actual. Asi que imagínate estrujar de verdad tu Fireblade, tu Ninja, tu Panigale o tu S1000RR en carrete abierta... como hacian con sus motos aquellos británicos tan auténticos. Da igual que existan rectas largas por ahi y que te juegues ir al a cárcel, es fácil subir unos instantes a, por ejemplo, 240, pero es que las motos grandes de ahora corren bastante más... Serán tan pocas las ocasiones y tan peligrosas que hasta el más tonto se dará cuenta que no compensa. Además, ya sabemos el dicho que rima (el pareado de motores y cojones), por lo que nuestra atención, sabiamente, esta casi siempre enfocada en las curvas, ¡como debe ser!



Y ahora vamos a seguir jugando a las adivinanzas o suposiciones. ¿Podemos estrujar a tope nuestra moto en carretera abierta con cierta frecuencia? Viajamos en el tiempo y retrocedemos casi veinte años. Tomamos entre las piernas la primera y salvaje R1 (la de carburadores y nerviosa dirección) e intentamos exprimirla a tope en carretera abierta.. ¿cuantos segundos lo consigues? (Si es que lo consigues).. está claro, también terminarás en la cárcel, en el hospital o en la morgue. Prueba con una ligera CBR 900, o una Ducati 916... el resultado será calcado... con tanta tecnología y tantos avances y seguimos sin poder gozar de ese privilegio que tuvieron aquellos tipos de cuero negro...

Volvemos a dar al botón del pasado y viajamos a los primeros años noventa o finales de los ochenta. La Tomcat o las primeras ZZR1100, las queridas EXUP, la venerable CBR1000F, la salvaje GSXR1100 por poner modelos conocidos... vale que alguna de ellas se picó con un tren de Alta Velocidad al que ganó... o con algún Porsche.. pero hay lo que contaba sobre todo eran las medias de velocidad mantenidas, no tanto la velocidad punta de cada vehiculo... además, en mi opinión, fue el canto de cisne, la última ocasión publicable en que vimos que las locuras (en gotas mesurables y asumiendo algunos riesgos)todavía eran posibles. Pocos años después, aquella prueba hubiera sido simplemente imposible de realizar, casi de concebir... Está claro, salvo algún profesional muy cualificado, pocos exprimiamos aquellas motos habitualmente.. normal, ¡no habia sitio!, no habia tantas autopistas o autovías, ¿te imaginas a 260 por las carreteras de la sierra?, ufff... ¡a mi al menos me cuesta mucho de imaginar!, y eso que en aquellos días mirábamos a lo negro y no tanto a las cunetas como ahora...

No hace falta insitir... como decía al principio, Dennis comparaba las viejas glorias británicas con novedosas japonesas de alto postín, auntenticas motos rápidas para la época y casi para las restantes... intentó engañarse pensando que eran la mismas motos pero mejoradas pero no, eran algo más diferentes, era penetrar en otro dimensión.. en la dimension de prestaciones realmente altas, de película, de carreras, de pilotos y mecánicas de altura... y el sueño, el viejo sueño de ser campeón en la carretera (esta es expresión mia), de volver a casa y soltar sin mentir "¡he puesto la moto a tope un buen rato!" se iba diluyendo porque era, basicamente, inviable...



Relacionado con todo esto, terminaré este post contando dos anécdotas personales, dos 'SMCG'  ('sucesos motociclistas cercanos a la guadaña') vividos hace unos pocos años que pueden ilustrar estas reflexiones.

El primer 'SMCG' (que no lo fue tanto, pues no hubo perdida de control) sucedió en la recta de atrás del bello circuito de Motorland, la recta más larga del trazado. Estábamos rodando varios amigos bajo los cielos tranquilos de una mañana de otoño. En un momento dado, después de una tanda de calentamiento, quise ver por fin el limite de mi moto, la Infinita (para quién no la conozca, una Fireblade del 2009), ¿qué mejor lugar que un circuito rápido? Pues nada, esta vez apuré la sexta mientras me agarraba con fuerza a los semimanillares (Carlos Morante odia que se piense en eso de "agarrarte al manillar", no son asas, dice siempre en sus cursillos pero, creo yo, que a veces hay excepciones). La pista despejada, pocas motos en aquella recta, comienzo a acelerar a saco. Mientras observaba como subian rapidamente los números digitales del marcador sentí por primera vez lo que era volar a ras del suelo. Conste que nunca había tenido una moto tan rápida. Y sí, por fin vi el número límite de mi marcador digital, los "299"... ¡¡pardiez!!.. Lo curioso fue el epílogo de esta pequeña prueba que apenas duro unos segundos. Cuando pensaba que era el ser más rápido del planeta (en las rectas, ja,ja, que solo estamos hablando de "pruebas de aceleración") me paso una "Merkel" niquelada que todavía no calculo a qué trapo pudo abrasarme.  Unos metros más tarde comenzamos a frenar con todo lo que teniamos a mano y casi me voy largo por mirar al cabrón que me arrancó las pegatinas. Luego, de peatón, pensé una y otra vez a qué velocidad me había podido pasar aquel cohete blanco y, más importante, qué sentido (si tenia alguno) tenia correr a esas velocidades... si donde disfrutamos es en las curvas, lentas o rápidas. Todo eso ubicado en un circuito, asi que... ¿qué hago con el motor de mi moto por carretera abierta? ¡Disfrutarlo, por supuesto, sí! pero de eso a exprimirlo realmente a tope... ¡hay un abismo! ¡No, no podemos emular a aquellos británicos de cuero negro!


Segundo y auténtico (y emotivo) 'SMCG' (de estos últimos años). Una mañana que salimos con los amigos de Pinto para dar un buen rulo, el bueno de Antonio me brinda la posibilidad de rodar con su preciosa S1000RR. No puedo resistirme. Intercambiamos motos y ponemos rumbo hacia las curvas de Chinchón (quién conozca la zona de la Vega, al sur de Madrid, sabra valorar mejor esta historieta). Imaginaba que aparte de correr mas que mi Fireblade frenaria y se movería mejor. Era una moto extrañamente hermosa, blanca, de mirada guiñada y componentes de lujo. ¡Qué inocente! no solo frenaba muchisimo (tanto que me advirtieron previamente que lo hiciera con un solo dedo) sino que enseguida noté que era una moto espectacularmente ágil, intuitiva, como de carreras. No tanto por su peso, parecido al de mi moto, pero sí por sus geometrias y chasis. Pronto descubrí que era más fácil de meter en curva de lo que mi modesto cerebro podía concebir. Los primeros veinte minutos fueron un desastre, y de infarto, las dos cosas. O frenaba muy pronto o casi me iba a por uvas. Por primera vez en muuuucho tiempo tenia el corazón palpitando a todo trapo, sin exagerar. La moto inclinaba más de lo que sabía, de las curvas saliamos como un auténtico cohete a ras del suelo, los ojos abiertos como platos, las manos algo sudorosas, las piernas en perfecta pose de ataque... Me pase un buen rato rectificando y aprendido lo más básico... ¡¡menuda coleccion de trazadas malas y golpes de gas añadidos para llegar a las curvas!!.. de pena aquellos primeros minutos, de traca... no me podia creer que frenase tanto. En una ocasión casi hago un invertido, mala cosa, y eso que recordaba lo que me habia dicho su dueño, roza los frenos con un dedo, no más. Fin del primer acto. Paramos en una glorieta para esperar al pelotón e hice un breve balance. ¡Néctar de los dioses!, aunque empecé a vislumbrar una dura realidad que luego explicaré. En pocos minutos reanudamos el paso y empecé, poco a poco, a rodar mejor, más coherente y más seguro. Las palpitaciones cardiacas apenas bajaron pero por otro motivo: el disfrute y el orgasmo on line comenzó de verdad, ¡por fin! Mi cabeza pensaba que llevaba una 600 muy vitaminizada pero no, era una 1000. También creía que llevaba una moto de carreras, pero no, en teoría es una moto matriculable... media hora después ya eramos medio amigos y cabalgamos decentemente, sin hacer trazadas raras ni cosas por el estilo. Llegamos a un grupito de 600s y sin querer pasé a alguno de manera prudente y limpia, comodamente, sin apurar. Por un momento, ¡peligro!, te sientes un piloto de verdad, ¡cuidado con esos atracones!, ¡no hay que bajar la guardia!

No pequé de fogoso pero era completamente imposible no gozar aquella ruta con semejante pareja de baile. Solemos exagerar a veces nuestras impresiones cuando describimos una experiencia o relatamos una buena mañana de curvas pero no es el caso, aquello estaba siendo y fue BRUTAL. Salvo los primeros veinte minutos donde era la moto quién me llevaba y dónde estuve a punto de salirme fuera de lo negro mínimo dos o tres veces, la siguiente hora juntos fue una pequeña melodía de felicidad que nunca he olvidado. Solo os diré otro dato antes de la "verdad" que descubrí aquel día... cuando después de comer en Zorita de los Canes  tuve que volver a casa con mi Fireblade (alguno se reirá o pensará que estoy fumado, exagerando) no disfruté nada... me parecía una moto pesada, algo torpe y más lenta de reacciones... lo cual no era ninguna fantasía pues, en frío, diría ahora mismo lo mismo. Tardé más de una hora en volver a mi "chip" habitual. Lo malo de probar el paraíso es que luego tienes que volver a la realidad... Con el tiempo, a partir de esa experiencia, lo tuve claro, es "la verdad" que quería mencionar hoy: Mejor que no me toque la lotería, porque aquella BMW seria la primera que me compraría... y mejor porque también sé otra cosa, es posible que me hiciera mucho daño con ella más tarde o más pronto, y no porque sea una moto peligrosa, ¡para nada!, sino porque me faltan manos para sacarla verdadero jugo, para llevarla como haría un piloto profesional. Sé que, antes o después, intentaría buscarla las cosquillas y en alguna ocasión podría cruzarse un problema en mi camino.

Pero también sé otra cosa (la tercera en secuencia, ¡chaval espabilao!)... ¡¡quién sabe, si me toca la lotería... quizá me coma estas palabras y me la compre...!! (espero que venga con un ángel de la guarda incorporado).

La última conclusión está cantada, es la siguiente: Nos superan muchas motos, desde hace muuchos años (hablo de los simples mortales). Sí, Dennis tenía razón. Los años ochenta ya no era época de héroes, ¡ahora menos! Los años ochenta fueron maravillosos y nos trajeron motos maravillosas que muchos todavía adoramos pero, a pesar de ello, de la moderna tecnología y de las carreteras actuales ya entonces apenas podíamos gozar de ese privilegio que tuvieron aquellos europeos de los años sesenta y setenta, aquellos jinetes de cuero negro... el privilegio de apurar al máximo sus monturas en carreteras abiertas, en ser auténticos campeones de las carreteras.

¡Qué San Brembo nos acompañe y vigile lo que se le escapa a nuestro cerebro! Nos vemos en los bares y en la carretera.


EPILOGO: Quizá algún amigo piense que es hora de disfrutar de la moto desde otros enfoques. Estoy de acuerdo. Sobre gustos, además, no hay nada escrito. Os pongo un buen ejemplo, la preciosa Royal Enfield 535 que ya está a la venta, como la que me cedió gentilmente Tomás de Super7moto.com para realizar una pequeña prueba hace algunas semanas. Pinchad aquí si queréis leer esa experiencia, del todo distinta a lo descrito antes, justo en el otro extremo, pero también muy interesante y llena de momentos con alma.




El viejo guerrero descansa en paz


No sé muy bien por dónde empezar. Este texto no estaba previsto, iba a publicar otro post. Muchos estamos en shock. Ayer falleció Joan Garriga a los 52 años de edad. El lunes tuvo un accidente de tráfico con la moto, suceso que no conociamos la mayoría. No sé tampoco muy bien que ocurre ultimamente en el mundo. Hace poco más de un mes tuvimos otro mazazo terrible. Un maldito lunes desayunamos con la tragedia de Bernat Martínez y Dani Rivas en Laguna Seca, dos tipos muy singulares que, lejos de los focos, se labraban su camino casi día a día, con una entereza realmente admirable. Ayer jueves, por la mañana, también tuvimos que digerir la muerte de otro piloto en la isla de Man. ¿Qué pasa este año?, ¿cuantos se nos han ido? Tengo la sensación de que la parca negra ultimamente solo busca a los mejores para llevarselos.

Pero no quiero ponerme triste ni empujaros a la melancolía amarga recordando cuan injusta es la vida a veces. No. Vamos a recordar a Garriga como se merece, por su legado, por su contribución al motociclismo, por su marca personal: su innegable talento natural para montar en moto, su infinito coraje para superar las limitaciones técnicas que tantas veces mermaron sus resultados, su actitud de guerrero infatigable, por sus carreras... Yo no le vi correr en la famosa Rabassada de Barcelona, donde practicamente se crió, pero vi en directo y por la tele lo suficiente... Su palmarés no le hace justicia pero cualquiera que le haya visto correr y ame las carreras sabe muy bien que los números y la historia escrita sobre papel no podrán demostrar realmente cuanto talento y cuanto valor tenia este barcelonés. Vamos a recordar algunos momentos de esa vida llena de aventuras, de luces y sombras. Escribo de corrido, todo de memoria, disculpadme si me baila alguna fecha.

Yo era un niño cuando mi padre me llevaba a las 24 Horas  de Montjuic. Aquellos años fueron maravillosos, literalmente irrepetibles. La última vez que fui al parque, en 1985, Joan ganó la prueba junto a Grau y De Juan (ya habia ganado un año antes y volveria a hacerlo en 1986). Su estampa encima de la Ducati 750 se me grabó a fuego. ¡Cuantas vueltas pude disfrutar de su pilotaje sentado en una bala de paja en el Angulo de Miramar! La combinación del joven Garriga junto a toda una leyenda como Grau era alucinante. Aquel fin de semana fue literalmente la hostia (permitidme la expresión), todavía más que el año anterior, os cuento porqué. Antes de la famosa prueba de resistencia Joan (y algún otro valiente) corrió la prueba del Mundial de TT-1... una jugosa parrilla donde también estaba ¡el mítico Joey Dunlop! (la única vez que he visto rodar al legendario rey de las Road Races). ¡Doble ración para los más echados pa'lante! Muy meritorio si tenemos en cuenta el tute que luego se pegarian. Os pongo una foto que hizo mi amigo Gregg (del Motogrup Tortugas) aquel día.


Poco tiempo después volveriamos a disfrutar de su pilotaje en algún poligono, o en el Jarama, con aquella novedosa GSX-R o, anteriormente, con alguna Yamaha casi de serie. Su estilo era inconfundible, agresivo, muy descolgado, patilargo... parecía que se comía las curvas. Técnico, hábil con la mecánica, mañoso, decidido, cuantas virtudes llegó a atesorar. Seguro encima de la moto, el tio iba rápido de cojones y se notaba que era muy, muy valiente. Algo digno de valorar cuando hablamos de alguien que luchaba con otros tipos duros, todos valientes. Eran los años 80, la década que nos "educo" a unos cuantos, la que nos hizo disfrutar y amar el noble arte del motociclismo. Luego llegaron los momentos "de nivel"... Joan fichaba  por Cagiva en 1986... los hermanos Castiglioni que le conocian bien de sus años en Ducati le ofrecian una oportunidad dficil de rechazar, una temporada para aprender y crecer. Un año antes habia sido Pons, su futuro rival, el que habia tenido el valor de correr en la categoría máxima con una mecánica ya obsoleta. A Joan le paso algo parecido. Salia a parrilla con una moto claramente inferior a las demás pero no se arrugaba y en las curvas era de los más rapidos. Garriga no se quejaba mucho, era muy joven, apretaba los dientes, se comia el mundo, hasta Kenny Roberts alavaba su talento. Los resultados no llegaron pero llamo la atención.


Meses después por fin todo indicaba que tenia opciones de éxito. Correria en el mundial de 250 con una preciosa Yamaha YZR azul patrocinada por Ducados, luciendo el dorsal 31. Le vimos en el Jarama aquel año, 1987, ¡qué espectáculo! Joan se paso la carrera remontando y luchando con el grandísimo Anton Mang, ya sabeis, el campeón alemán con cara de capitán de submarino. ¡Carrera memorable!, entraron a meta con una diferencia inferior a un segundo. Aunque ya habia subido al podio en Jerez, meses atrás, pienso que ese día en el Jarama dejo claro qué nivel tenia y a qué aspiraba. Desde entonces estoy seguro que todos le miraron de otra manera.

Lo que vivimos durante la temporada 88 fue sencillamente histórico, creo que todos lo recordamos sin esfuerzo. Sito se encontró con un rival inesperado por el titulo. Casi nadie contaba con Joan para ello. El Comecocos contra el Búho. La pasión contra la precisión. Cuando se encontraban codo con codo saltaban chispas. Una afición dividida, dos estilos, dos marcas en liza. Comenzamos a escuchar que habia circuitos Honda y circuitos Yamaha... aunque algún experto dijo que no, porque la aceleracion y velocidad superior de las Honda era muy clara en todos los circuitos... para compensarlo en parte, los chasis Yamaha siempre facilitaban la labor en las curvas.


Una pequeña anécdota personal: durante esa pretemporada asistí junto a mis padres a una presentación de la temporada 88 organizada por BRADOL, uno de sus patrocinadores. Recuerdo que le presentaron como el futuro nuevo campeón del mundo del cuarto de litro. Aplaudimos. Disfrutamos de sus comedidas palabras. Joan iba para estrella, para campeón, eso estaba claro. Lo que no sabiamos era cuando lo conseguiria. Por todos sus poros trasmitía velocidad y valor. Esperabamos que Yamaha se pusiera la pilas, no pediamos nada más. Yo era un chavalin y no seria, aquel año, ni "Sitista" ni "Garriguista", era un bicho raro, admiraba a  los dos..., ¡y queria que los dos fueran campeones del mundo! Como a Sito le seguía de años atrás (victoria en el Jarama de 1984, por ejemplo) en mi lógica de adolescente pensaba, mientras avanzaba esa temporada, que Sito podía ganar ese año y Joan debía ganar el siguiente... pero cuando disfrutaba de sus duelos no podia evitar rabiar un poco viendo como aquella bella Yamaha nada podia hacer contra la rapidisima Honda. Uno estorbaba al otro en las rectas, y ese otro estorbaba al primero en las curvas. La afición y la prensa se caldeaba, sus carreras eran las más esperadas del domingo y los duelos, memorables. Era la lucha de dos pilotazos muy distintos. Sito el calculador contra Joan el piloto por instinto. Seguro que os acordáis de un titular muy famoso con una foto de Garriga en la portada. Decia aquello de "Si en Yamaha encuentran los CVs que faltan en Honda tendrán que montar una escuela de conducción" (o algo muy parecido). Al final el titulo fue para el cerebral Sito Pons y su perfecta Honda... me alegré en parte pero también me dolió ver como se partia el pecho el jinete azul en cada circuito. Aquellas carreras siempre las quise grabar en vídeo pero no teniamos en casa. Estaba tan enganchado que recuerdo como no acudi a recoger un trofeo (por ser el piloto más joven) en la concentración de nuestros amigos en Almorox por seguir sentado en el bar de la plaza y ver la prueba de 250 en la tele.

Llego 1989 y muchos eramos del Comecocos.. por desgracia Yamaha metió la pata: en lugar de potenciar el motor que era el punto débil de aquella moto, se olvidó de ello y modificó el chasis, justo su punto fuerte. Increiblemente, le obligaron a utilizar carburadores Mikuni en lugar de los Keihin y la respuesta del motor no era la misma, se complicaba la manera de aprovechar la potencia de su Yamaha, a todas luces ya de por si inferior a la de los motores Honda NSR. Garriga y sus incondicionales nos desesperabamos, rogó por volver al chasis anterior pero creo recordar que no fue posible. Los meses pasaban y pronto vimos que Joan ese año no podria luchar por el titulo. Asi fue. Lo perdió por culpa de su inferioridad mecánica, en pista solo Sito podria haberle tosido, estoy seguro. Y ambos rivales, como si sus vidas tuvieran que seguir entrelazadas, como las dos caras de la moneda que al final fueron, subieron a 500 justo el año más complicado. Justo cuando las motos de 500 eran más salvajes, justo cuando habia un plantel de superestrellas que creo no hemos vuelto a ver. Rainey, Schwantz, Lawson, Gardner, Sarron, Magee, Chili... Garriga montaba Dunlop, los pilotos de Michelin luchaban durante los entrenamientos por un buen juego de Michelin A que solo tenian seguros algunos pilotos estrella. Las caídas eran continuas, las lesiones parecian un parte de guerra. Sito precisamente, en Yusgoslavia, calzando Michelin B quiso hacer la machada y quedar delante pero solo consiguio una grave caída que condicionó su futuro deportivo. La cosa se estaba desmadrando.. Temporadas para super hombres aquellas de los principios años 90. Todavía no habian llegado los motores big bang. Garriga hizo todo lo que pudo pero durante la primera mitad de temporada los resultados de Sito le eclipsaron un poco. Al final Joan terminó por delante de su némesis en la clasificación final.


Otro momentazo que vimos algunos por la tele: Superprestigio 1991. La mítica prueba se disputa esta vez en el novedoso circuito de Montmeló, buen elenco de pilotos de 500 que incluye a Gardner, Kocinski, Doohan, Sito, McKenzie... 80000 personas acompañan a los pilotos. Joan lo hace de maravilla, ¡menudos hachazos mete al mismísimo Doohan en la zona del Estadio! Tercero en el cómputo final de la prueba a dos mangas (segundo y cuarto). Se adivina en el ambiente una gloriosa temporada 1992.

Pasan algunos meses y ya estamos en 1992. Malasia. Carrera en mojado, dos mangas. Garriga va como un tiro y se pone delante hasta que le pasa Doohan... queremos que suba al podio pero, al final, el que sube al podio es el debutante en 500, Crivillé, dejando a todos alucinados. Bravo por Alex, pero Joan ha dejado su huella, luego declaró que se arrepintió de no haber rodado más a cuchillo.

Assen, quizá la carrera de su vida. Cuando más cerca estuvo de ganar una carrera en 500. Gardner, Doohan y Rainey, lesionados, no salen en carrera. El parte de bajas sigue a tope. Schwantz y Lawson se autoeliminan a final de recta. Kocinski, Crivillé, Barros y Joan se disputan la victoria. Todos queremos que gane un español y si es el piloto de la Yamaha roja mejor que mejor. Luchan a brazo partido pero al final es el nen de Seva quién gana.  

Ahora volamos hasta Donington, seguimos en 1992. Joan ha pasado mala noche. Tiene fiebre. Era la primera vez que corre con un motor 'Big Bang', la moto va fantástica. Por lo visto, le han prestado unos cigüeñales usados de Kocinski, sale a carrera a pesar de la fiebre. Gardner y Rainey se disputan la carrera. Será la ultima temporada del aussie y su última victoria (acaba de anunciar su retirada después de ganar en las 8 Horas de Suzuka). Garriga pasa a Little John, a Fogarty... lucha con Lawson  y gana el duelo, ¡cruza la linea de meta tercero! (Fue aquella carrera dónde se cayó Schwantz por culpa de aceite en pista, despidiéndose del título, y agarrando luego la bandera de aceite a un comisario para avisar a los pilotos). Primer y único podio de Garriga en 500. Por fin una alegría, una recompensa digna de su pilotaje, un domingo feliz. Todos soñamos con una temporada 93 puntera...

¡Quien lo iba a imaginar, el destino aguarda burlón y cabrón! Por ser fiel a Ducados y Yamaha, a final de aquella temporada, Garriga y su entorno demoran dar el "sí" a Suzuki para que ser compañero de equipo del tejano. Pasa el tiempo y se confirma que Tabacalera no volverá a patrocinar su equipo, ¡putadón!, ya es tarde para para fichar por Suzuki, Barros ya ha firmado. Garriga, uno de los mejores pilotos del mundo, no tiene un manillar de 500 para 1993. La mala suerte comienza a cebarse con él.

Huye al campeonato de Superbikes con una Ducati oficial, gracias otra vez a los Castiglioni. Algún resultado interesante, un podio, pocas carreras, su cabeza no está donde deberia, en la pista, los problemas a la hora de desmontar su viejo equipo le complican la vida, la situación económica es muy delicada. Los patrocinadores y algunos supuestos amigos le dan de lado... la mala suerte y algunas decisiones equivocadas le complicarán la vida durante los siguientes años. Parece que le ha mirado un tuerto. Joan todavía es joven, puede dar mucha guerra si consigue material y equipo, eso está claro, pero anuncia su retirada. Quién pudo ayudar no lo hizo y su figura deportiva comienza a diluirse. Participa en las 24 Horas de Montmeló en 1995 con éxito y sigue siendo una figura adorada por el aficionado pero algo ha cambiado, los problemas se encadenaran durante años, solo falta que le caiga un rayo...


Pasan muchos años en este modesto relato personal. Estamos otra vez en las carreras urbanas de La Bañeza, cita ineludible, donde la máquina del tiempo está siempre en marcha. Estamos en agosto de 2010, con el tipico calor que tortura al más pintado. Garriga ha sido invitado y es la estrella del domingo para toda la afición. Sale a corre en la carrera de 250 con una blanca Honda RS prestada. Termina segundo, detrás de una JJ Cobas exPuig. Bonitas vueltas, su estilo sigue inconfudible aunque su presencia física sea muy distinta a la que recordarmos de su época dorada. Que yo sepa aquella fue su última carrera de motos. Luego llegó el plato fuerte, va a salir con la roja Yamaha Ducados de 500 a modo de exhibición.. ¡¡qué ruido, qué poderio!!.. tiembla hasta la tierra bajo nuestros pies. La gente está como loca. Estamos viviendo algo memorable, y sí, solo podía pasar en La Bañeza donde el contacto entre público y pilotos es total. Alli estamos con la cámara de fotos en mitad del gentío, recibiendo y dando empujones, riendo, intentando escuchar los comentarios de Joan con la gente que le está echando una mano. Sale a pista y esperamos. En poco rato aparece por recta de meta en una rueda... ¡¡impresionante!! Domingo glorioso. Mucho mejor que ir a misa, doy fe.

Ultimo flash-back: hace apenas dos meses. Bajamos el sábado con las motos para Jerez, la idea es disfrutar de nuestros viejos idolos en el evento de Legends. Gardner, Schwantz, Spencer, Champi, Sarron, Read... y Garriga. Nuestro héroe no sale con las estrellas de 500, primera decepción del dia, de hecho nos enteramos alli que ha tenido problemas por el camino con la furgoneta. Y de venir, rodará con una roja Ducati 916.  Ya salieron a pista las leyendas del medio litro y nos hicieron disfrutar. Fue bonito ver rodar a los grandes ases del medio litro. Ni iban parados ni como en sus tiempos, claro. Se alternan en cabeza, dando un poquito de espectáculo, miraditas, pasaditas, distintas trazadas, ¡no se les ha olvidado rodar! Gardner con una Cagiva que fue de Mamola, Spencer con una Yamaha... sí, mejorable, pero suficiente para deleitarnos y escuchar además las maravillosas mecánicas de 2T que se han cargado Dorna y Honda. El golpe de calor que me dió nada más llegar a la pista enciende alguna critica de un amigo sobre la fecha elegida por los organizadores para montar el evento.

A lo que ibamos. Aguardamos mientras miramos preciosas RDs y demás joyas de 2T y oldies de todo tipo... por fin llega Garriga al circuito. La gente, sobre todo los más veteranos, esperan impacientes. Se pone su viejo mono Ducados, el de siempre. No ruje ninguna moto dentro del trazado en esos momentos, el sol sigue torturándonos. Pasan algunos minutos... estamos terminando de comer algo mientras un leve rugido lejano crece poco a poco inundando el ambiente. Sí, ¡algo se escucha al fondo!, una moto viene veloz por la zona de Nieto-Peluqui... escuchamos la inconfundible melodia de un motor desmo, ¡por ahi viene Garriga y la Ducati! Pasa en esa primera vuelta más o menos tranquilito... pienso instintivamente que ojala los neumáticos estén calientes ya (bueno, fríos no creo que estuvieran) y podamos disfrutar de unas vueltas chulas de Boeing 747. Pasa un rato y vuelve a venir, pero esta vez más rápido. Vemos a un piloto perfectamente acoplado a su montura. Sin exagerar parece el de siempre, las trazadas son de carrera y no va de paseo precisamente. Apenas pestañeamos. Más vueltas con el mismo estilo, no muchas pero no hemos perdido detalle. Desde donde estamos aplaudimos, pequeño gran recital, vuela bajo el viejo Comecocos. El domingo habrá más mangas aunque por desgracia tenemos que volver a casa y nos las perderemos... Y lo hablamos esa tarde, sin exagerar en nuestra valoración: ¿qué hubiera pasado si llega a salir con los astros de 500? yo lo sé perfectamente, me atreveria a fanfarronear. Fue muy fácil ver qué piloto era el más rápido aquel sábado en Jerez. Luego, sobre el escenario donde actuaron algunos artístas (incluído el campeón-pianista, Toseland), pilotos como Cardoso o Gardner escucharon sus palabras. Emotivo encuentro con la afición, con tanta gente que le quiere y admira.


Me quedo con esa imagen, con ese sentimiento, el de piloto valiente y buena persona. Me quedo con su ejemplo de luchador infatigable. A perro flaco todo son pulgas. Muchos medios e individuos exageraron sus errores cebándose en sus desgracias. Muchas mentiras circularon durante años. Muchos le abandonaron cuando las cosas se pusieron feas. Esos amiguetes de opereta que solo están cuando hay copas y buenas noticias. Que le expulsaran de su casa, por un impago casi testimonial, que ni siquiera le dejaran retirar sus efectos personales (¡entre ellos sus trofeo y sus diplomas!) fue la última injusticia que le cayó encima dejandole el corazón literalmente roto. Del árbol caído es fácil hacer leña pero ¿quienes somos nosotros para juzgar a nadie? Me asquean los vampiros del "salsa rosa" que apareceran inevitablemente ahora recordando más sus errores que todo lo que aporto a cientos de miles de aficionados y al motociclismo español. ¿Cuantas TZR vimos con sus colores hace treinta años?, ¿cuantos admiramos todavia el diseño de sus cascos?, ¿quién no recuerda sus mejores carreras?, ¿cuantos chavales se aficionaron a las motos gracia a él?... Ahora solo pedimos respeto. Y que, más pronto que tarde, se le dedique una curva... Muchas deudas le debemos pagar todavía. Gracias a él y a Sito el motociclismo moderno subió como la espuma. Antes de los Lorenzo, Márquez o Pedrosa hubo dos tipos que dividieron a la afición catapultando el motociclismo en los medios, subiendo las audiencias de televisión y la venta de motos, dos tipos que lo daban todo para quedar por delante de su rival, semana tras semana... y fue Garriga quién luchaba aquellas batallas con peor espada, por eso al final se convirtió en un héroe para mi. Que hagan examen de conciencia quienes ahora se suben al carro y son pro-Garriga de toda la vida, que lo hagan también quienes le dejaron tirado y todos nos preguntemos dónde estábamos cuando empezo su calvario en la tierra...

Joan, estés donde estés, ojala vuelvas a ser feliz, a volar en libertad y a sonreír. Es lo que me atrevo a pedir. Gracias por todo lo que nos diste, campeón. GRANDISIMO PILOTO, LO DEMAS SOBRA.




"Menudo año para el motociclismo, admirado por todos como persona y deportista, luchador como pocos pero siempre le acompañó la mala suerte asta el final , te recordaremos siempre por los momentos que nos brindastes en nuestro deporte, el destino está escrito y contra eso no se puede luchar, descansa en paz querido Garriga." - Luis Rosón

"Es posible que la vida de Joan Garriga no haya sido modélica. Pero lo que no es tolerable es que algunos, no sé si la Administración o particulares, pisoteen su humanidad porque lo ven débil, indefenso y necesitado. Entiendo que la Administración sea insaciable, y más ahora que da la sensación de no tener corazón, pero lo que le han hecho a Joan le ha conducido a las puertas de la muerte y a eso no hay derecho" - Sito Pons

"Joan pasó por la vida como los héroes griegos, luchando contra el destino y condenado a morir joven. Lo recordaremos por lo mucho que nos dió en los circuitos." - comentario de otro aficionado leído ayer en Facebook.

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...