Estamos locos



Desde que alguien comenzó a disfrutar de la velocidad sobre una máquina de dos ruedas, las motos y la pasión han viajado cogidos de la mano durante décadas de manera ininterrumpida, ofreciendo, disfrutando y padeciendo todo tipo de emociones al personal, pilotos, público, fabricantes y demás involucrados en su mundo, saltando entre corazones de distinta edad, generando esperanzas e ilusiones en nuestra juventud pura, eludiendo a veces la muerte, jactándose de su sentido de libertad, enamorando a todo tipo de personas, cruzando fronteras sin importar raza o cultura, condición económica o lugar de nacimiento... El milagro del motociclismo, a mi parecer, ha sido basicamente ese: unir a muchas personas que, por lo demás, en ocasiones, son muy diferentes y hasta contrarias. Curioso, cuantos tenemos amigos con ideas políticas o religiosas totalmente contrarias a las nuestras, o hábitos de vida o gustos, salvo la moto, distintos a los nuestros... pero no pasa nada. La moto, como chispa común, hace que fluya la comunicación entre mucha gente heterogénea. Es el milagro que aporta al mundo el buen motorista. Por eso es raro que dos desconocidos con casco que se encuentran de repente por ahi no hablen antes o después... ¿Cuantas "tribus" pueden decir algo así? También nuestra unidad frente a problemas sociales o propios de nuestro colectivo nos hace una tribu un tanto especial, en lo humano y en lo divino.


Pero volvamos a las carreras... No solo el incipiente marketing de las marcas provocó la creación de las carreras. La pasión de aquellos fabulosos "locos" dió de comer a la "burra" y todo empezo a rodar (y nunca mejor dicho) de manera imparable. (Los pilotos son los auténticos protagonistas, algo que a veces se olvida en nuestros días). Total, la idea no era nueva del todo. Antes se habian inventando todo tipo de carreras, a caballo o con cuadrigas, nadando, corriendo... Y aunque hubo varias alternativas o variantes, que si prototipos, que si máquinas de serie (T.T.), que si..., surgio una bonita historia que, a partir de 1949, se denominó Campeonato del Mundo de Velocidad. Y buena parte del mundo enloqueció (yo creo que con razón) ante las gestas de esos valientes héroes y la maravillosa armonia visual y acústica de aquellas máquinas de leyenda, motocicletas con alma, resonancia y parlamento, sin duda. El mundo tenia su cara agradable, válvulas de escapes (no solo en los motores) para los más inquietos. Entre guerras, entre tantas desgracias, había un bello arte guerrero que elevaba la moral, generaba excitación y desarrollaba nobles sentimientos, entre ellos, la virtud, la gallardía, el sentido de la superación personal y la llama de la competición. Y pasaron algunas décadas y aquellos campeonatos se profesionalizaron. Y aunque, pienso yo, al ser humano de cualquier época, le ha motivado siempre argumentos comunes y conocidos, no podemos caer en el tópico de pensar que siempre fuimos así, tal como somos ahora, y que en este mundillo vivimos el mismo ambiente que nuestros más cercanos ancestros moteros. Y si "la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros", por aqui, desde hace algunas décadas, el dinero se hizo tan, tan fundamental que empezó a ser casi imposible aspirar a participar en casi cualquier campeonato, por modesto que fuera su definición y alcance. Es imposible vivir en el mundo pasado, no somos ni vivimos lo que vivieron nuestros padres o tios con manillar, ni siquiera, en ocasiones, lo que vivió algun pariente quince o veinte años mayor que nosotros y que empezó a correr con ganas e ilusión. Ahora estamos peor.

Con mucho esfuerzo y sacrificio en ocasiones fue posible, sin duda, pero en lugar de caminar hacia una senda más racional y equitativa, nuestra cultura capitalista empujó nuestro noble arte del motociclismo hacia las manos siempre ubicuas y ansiosas del comercio, del mercadeo y del negocio. Y así estamos desde hace tiempo.... Y rebuscando, mirando, haciendo de tripas corazón, sumando dos más dos seis veces, vendiendo cosas o privándose de placeres normalitos algún joven o viejo centauro pretende divertise y "jugar a las carreras" pero, antes o después, descubre un panorama desolador. Olvidate de motos grandes o de campeonatos medio serios (suponiendo que tengas talento, claro). Olvidate de alguna Copa, la más barata vale un pico. Si no tienes padrino o una estructura por detrás a pesar de tu talento (quién lo tenga) lo tendrás muy jodido porque ellos cambiaran medio motor o motor entero cada dos o tres carreras (según campeonato), podrán gripar dos veces cada mañana de entrenos (perdón, la memoria me lleva a 1981 en el circuito de motocross de Alcobendas, ¡donde ahora hay un Carrefour!) y tú, amigo mio, no podrás seguir ese ritmo, salvo que te hipoteques de por vida realmente o robes o mates... y eso no es my recomendable. Estamos locos pero no tanto (creo)...

Quizá, años después, descubras unos evocadores y bonitos campeonatos regionales y nacionales de motos antiguas y pienses que podrás participar con dignidad en algunas pruebas... quizá lo intentes y hasta participes durante algunos años en ciertas pruebas aisladas pero, antes o después, te encontrarás en la vieja disyuntiva que ya te hizo abandonar una vez: el punto de inflexión económico que hace volverte loco o quedarte mejor calladito y paradito en tu rincón porque, para cualquier cosa, hace falta mucha pasta, no solo para preparar esas máquinas cuyas tripas no son tan clásicas como imaginabamos sino para mantener un ritmo de recambio sencillamente inaudito si no estás dentro de la "bestia" y conoces los detalles que se mueven en su "tripa". Y verás en algun circuito camiones grandes, no solo furgonetas y despliegues estupendos y casi profesionales. Y pensarás... si me toca la lotería quizá tendriamos algo parecido. Y, por supuesto, algún veterano te dirá que cada uno con su dinero hace lo que quiere, lo cual es cierto, pero también puedes responde con educación que, efectivamente, así es, pero precisamente por eso, por ser la ley de la selva, al final tenemos carreras para ricos y carreras para pobres porque como no hay una regulación que contenga los costes la peña nos volvemos locos por enésima vez... Y un amigo te recuerda que olvides darle vueltas al asunto, tu no tienes tierras en el pueblo, ni una herencia, ni doscientos olivos o cosas así...

La locura de la velocidad traspasada bolsillos, presupuestos y materiales. Y algún otro veterano rápido pero que todos los lunes, como tú, se levanta para ir a trabajar te dirá que pasa de participar en esos campeonatos, porque solo inscribirse en cada carrera vale una pasta y para ir de comparsa de las grandes escuderias va a ser que no... Así que nos quedaremos con las carreras y las exhibiciones de pueblo (tan bonitas, oye) que nos podamos costear porque todo lo que empiece por Copa de... o Campeonanto de... resulta inalcanzable para cualquier bolsillo "normal", seas bueno o malo encima luego de tu montura, porque por bueno que alguno por ahi sea tampoco le será fácil encontrar un mecenas que le ayude.

(¡Flash informativo!: Y ahora encarcelan a uno que fue campéon de 250, un niño de papa que lo tuvo todo para triunfar, todo menos decencia, verdadera afición y virtudes como persona... y me alegro que le hayan trincado, ¡que quieres que te diga! Un recuerdo para todos los valientes con talento pero sin medios que se quedaron por el camino... Por desgracia, conocemos demasiados casos.)

Que nadie me malinterprete (bueno, o si lo hace, ¡qué le vaya bonito!), nos siguen gustando las carreras, nos gusta ver a pilotos veteranos dando mangueta con maestria, como hace unos sábados vimos en Albacete, que nos alegramos que sigan haciendonos disfrutar y, al menos, paseando sobre sus depósitos los viejos emblemas de Bultaco, Ossa o Montesa... que nos gusta todo eso porque amamos las carreras pero, por eso mismo precisamente, evaluamos y analizamos lo que hay por detrás...


Y si vas a correr con una pit bike o algo así, porque suena barato y accesible, preparate... ¡también están locos! Una pit bike no cuesta un dineral (comparado con una moto grande, se entiende) pero la gente ya monta bombas de freno de R1s y cosas por el estilo en esas motitos, y como con dinero a todo el mundo nos gusta comprar y poner chuches bonitas y caras a nuestras motitos esto es una espiral que no para nunca.

Y luego vas con tus amigos a las carreras del RACE en nuestro viejo circuito favorito y, por supuesto, aunque lo sepas de sobra, no dejas de sorprendente ante la pasta que circula alrededor y dentro de cada moto. ¡Otro campeonato para bolsillos grandes! Si eres rápido y te apoya algún taller, eres un tipo afortunado, si vas solo con la novia, tu padre o tu tio lo tendrás más dificil, pero, ojo, hay de todo, al final lo que se impone es lo de siempre, y quien tenga presupuesto podrá seguir corriendo, quede delante o detrás...

Y si piensas en la competida, actractiva y preciosa Z Cup, quizá con ayuda puedas hacerlo, ¡ojala!, pero ten claro que esos motores te van a durar como mucho esa temporada. Aunque es una moto estupenda y un motor cojonudo no está diseñado para zumbar a tope tanto tiempo, lógico, y al final pasa factura. ¡Lo hemos visto!

La edad, la veteranía que ya tienes comporta nostalgia de tiempos pasados que a veces fueron mejores y a veces no tanto. Hemos mejorado en muchos aspectos, como la seguridad, la sana promoción, la fiabilidad de nuestras monturas... pero en otros aspectos hemos ido a peor porque seguimos locos pero ahora todo es más caro, empezando por lo que te piden las federaciones y algunos moto clubs. Si al menos lo gastaran en promocionar nuestro deporte...


Y el epílogo de esta vieja historia de amor y desamor es decididamente romántico pero un tanto triste, hasta "dramoso" en ocasiones. La locura actual sin dinero se queda en letras, sueños, suspiros y "carreras" salvajes por nuestra sierra, circuitos improvisados dónde todavía no cobran peaje por rodar habitualmente pero donde el peligro a las sanciones y a los domingueros hace que no apures del todo porque, sencillamente, no merece la pena jugártela entre piedras, guardarraíles y asfaltos rotos. Pero aún así, son las carreras de los "pobres"... porque estamos locos, supongo. Pocos abandonan esa opción por una vida de peatón, una existencia a "cámara lenta". Juzgue usted, amigo, si lo estamos. Salud y gasolina...

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...