Voltoya racing meeting!



Llevaba tantos meses (o años) sin montar mi tienda de campaña que la cita ineludible de Voltoya me parecía oportuna e ideal para "volver a los origenes" (dicho en plan dramático). Y en parte porque empezamos a sentir que el "aburguesamiento" a veces nos ronda. Cada año pasamos menos frio en la moto, cada año viajamos menos (no por falta de ganas), cada año dormimos en lugares más comodos y las motos rara vez "se rompen" (mejor)... Aunque ya no tengamos las mismas condiciones fisicas no pasa nada por volver a dormir sobre una esterilla alguna noche..aunque sea en solitario... Pues nada, encontré la tienda en el trastero y confie que estaria completa. Deseché llevarme un martillo (¿veis? otro sintoma de la "tonteria" que nos ronda, ¿cuando bemoles he necesitado uno para clavar las piquetas?) más que nada por no llevar mucho "equipaje" y, para más "inri", casi monto las alforjas que acabo de pillarme a un precio de risa... pero, en el ultimo momento, fui "realista" (dentro de mi computación mental) y me dije.. ¿para qué tantos trastos si voy a pasar una sola noche? Además ver una R con alforjas o baúl me parece casi un crimen, algo meritorio pero contranatura... Con el saco y la tienda ya iba bien apañado, y así fue al final, ni alforjas ni nada especial, solo mi nueva pecata, la que me regaló Inma hace pocas semanas, debidamente "tuneada" con parches de "Castrol" y "Ossa".
De casa al pequeño pueblo segoviano  hay muy poca distancia por lo que, habitualmente, damos un pequeño rodeo que nos lleva al famoso puerto de la Cruz Verde y de alli nos encaminamos a dos puertos muy interesantes y menos transitados, Lancha y Cruz de Hierro. Desde sus alturas ya se puede divisar la meseta norte, nuestro objetivo a mediados de los meses de febrero. No se incrementan mucho los kilómetros totales pero sí el número de curvas y desniveles. La otra opción, la más "rápida", es llegar a tierras segovianas cruzando el puerto de Guadarrama (Alto del León) que, aunque técnico y adrenalínico, suele presentar tráfico y, desde hace poco tiempo, ostenta por desgracia dos nuevos radares...
Sali el sábado después de comer, solo, echando de menos la compañia de mi padre y otros amigos cercanos, pero él sigue convaleciente y aunque quiso probar le convencimos que todavia no debía montar en moto... Otros amigos salian por la mañana, muy pronto para mi, asi que, con tranqulidad, bajo un cielo gris, me puse camino de los puertos. Ninguna incidencia que reseñar. Llegando a la desviación que nos conduce hacia Valladolid empezó a llover ligeramente. Tenia la moto limpia y me dió un poco de rabia, tampoco llevaba mono de agua ni puñetas, total, me resulta casi vergonzoso decir que estaba "viajando", mas bien era un paseo para ver a buenos amigos...  Pronto llegue a las últimas "estepas" castellanas que conducen al pueblo mientras la lluvia aflojaba... Consulté el reloj, habia tardado hora y media apenas. Meti la moto en el recinto e incluso antes de bajarme de ella ya vi a Jesús "Hondita", todo un clásico, saludándome... y a una motera que me pidio una foto con la Honda casi en el mismo instante, ¡espérate que baje, dije! Siempre es agradable un buen recibimiento aunque me gusta pasar desapercibido. Buen ambiente y bastante gente por alli paseando o llegando, entre ellos Marco y Meli, que hacia tiempo no los veía. Llevaban prisa y apenas estuvimos una media hora larga charlando. Acordamos vernos más despacio y en moto en breve plazo, como luego ha pasado, por fortuna. En la foto con ellos y con la simpática amiga que quiso inmortalizarse con la Infinita.


Hondita venia acompañado de su inseparable Enrique, del MTM, pronto subiriamos al pueblo a tomar un café. Pero antes saludamos a Rosi y Luis, los "capos" del M.C. El Foro, los organizadores, que como siempre, junto a sus compis de guerra, nos tratan de lujo en todo momento.  También saludé a Fernando de Fuenlabrada que venia con su panda aunque no pasarian la noche por alli. Miré hacia la incipiente hoguera,
esperando que no lloviera por la noche, mientras llegaba una conocida Guzzi roja con dos pasajeros, eran Noe y Angel, clásicos en esta reunión. Miré al feo cielo que nos escoltaba pensando que Voltoya sin la hoguera no seria la misma invernal. De frio, bien, poco para mi gusto, mientras montaba la tienda descubriendo que era la iglú (no la mia canadiense) y que le faltaba el doble techo... me reí y gracias a Rosi que pasaba por alli en ese momento, montamos la tienda en apenas tres minutos. Después de dejar los trastos, subi al pueblo con Hondita y Enrique a tomar ese café que anuncié antes. Echábamos de menos a mi padre, recordando el homenaje que le brindamos el año anterior alli. Fue un momentazo muy agradable, basicamente porque no se lo esperaba y porque conseguimos reunir un nutrido grupo de amigos. Este año, sin embargo, no pudimos contar con Antonio, Yoli, los Tortugas o con Rosa y Alvarito, ¡me sentia un poco solo, confieso!..


Llego la hora de la cena y el cielo se abrió para dejar caer algo de lluvia. Descubri a Mayka y Miguelón, y diversos conocidos de estas guerras. Entre ellos y en compañía de Angel y su chica, empezamos a pasarlo en grande con la música.. y las garrafas de licor café que nos incitaban al vicio. Un "peligro" esta Mayka, ¡como me conoce!, sabe que soy presa fácil ante ese licor que tanto me gusta... yo creo que es digestivo, sin duda, muy sano y natural. Luego me contaron la "receta" de su formulación pero confieso que al día siguiente olvidé parte de la misma. De la música que pusieron, un diez, y la cena, espectacular. Luego el divertido concurso de disfraces mientras apuraba mi petaca pensando qué suerte tenia de llevarla... hasta que otro participante, entrado en años, se rio de ella en mi cara mientras me enseñaba la suya, ¡tan grande como un portatil!, colgada de su cuello. Más que petaca parecía eso, un ordenador portatil, ¡increible, nunca habia visto nada igual, ni en las reuniones de los franceses en su tierra! Faltó quizá hacer una foto, lástima.

Pasaban las horas mientras seguiamos haciendo el tonto escuchando a Fito, Leño, Los Suaves, Queen, etc, una pasada de "banda sonora nocturna".. muchas risas, ese gran remedio para la tristeza y los problemas de la vida, y luego al "sobre", en mi caso, a la tienda... me meti en el saco aunque apenas hacia frio y dormi como un bendito, con mi vieja mochila de almohada, como tantas veces... De madrugada tuve que abrir las cremalleras para una expulsión liquida de urgencia (habia espacio suficiente para trazar un bonito arco descendente sin salpicar a nada). Cuando estaba amaneciendo noté que tenia los pies congelados, aunque seguia dentro del saco.. Algo después alguien me grito desde fuera que ya era hora de levantarse.. ¡debia ser tarde!.. abri los ojos como pude y descubri que las cremalleras inferiores de la tienda estaban abiertas.. ¡se me habia olvidado cerrarlas, de ahi que tuviera los pies congelados!.. Sali a quitarme las legañas y Rosi me anunció que estaba ya el Mudo por alli esperando vernos... ¡habia llegado pronto o yo me habia levantado tarde! seguramente lo segundo.

Por fortuna el sol inundo la mañana y almorzamos luego unos estupendo huevos fritos con chorizo que nos sentaron de maravilla (¡lo mejor para la resaca, sin duda!) mientras yo bebia "un poco" de agua y me preguntaba porqué me dolia un pelin la cabeza... (risas de fondo). Todavía llegaron algunas motos, como la VFR de Juanki.. Qué pena que al final no acudieran, aunque fuera el domingo, Germán y mi padre juntos.. esperemos que el año que viene estén en mejor forma ambos dos.


En resumen, otra edición memorable, ¡ya la XXIV!, llena de grandisimos momentos, donde siempre disfrutamos de buenos amigos, buena música y ese ambiente añejo que apenas existe ya en las comerciales reuniones de ahora. Siempre apreciamos las conces pequeñitas de motoristas donde puedes dejar el casco o las llaves puestas en la moto sin peligro a que desaparezcan. A buen entendedor.. Gracias a todos los "culpables" que hacen posible la invernal de Riberas de Voltoya, ¡se os agradece muy mucho!

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...